EL PAíS › EL FRENTE DE IZQUIERDA, CONFORME CON LA ELECCIóN, PERO POR EL MOMENTO SIN DIPUTADOS
Jorge Altamira (PO) y Christian Castillo (PTS) aseguraron que lograron “la votación más importante de la izquierda desde 1983”, a pesar de que no habían conseguido ninguna banca. Expectativa en las cifras definitivas.
› Por Adriana Meyer
Anoche, en el bunker del Frente de Izquierda, todo era matemáticas, cálculos de porcentajes y quejas por las condiciones del Código Electoral para acceder a una banca. “Estamos en la puerta, pero aún no entramos”, se sinceró Néstor Pitrola, dirigente del Partido Obrero y candidato del Frente a diputado en la provincia de Buenos Aires. Acostumbrados a obtener por separado el ya clásico “cero-coma-algo-por-ciento”, hablar de al menos 2 o 4 por ciento ya era una evaluación positiva para los trotskistas que se aliaron para estas elecciones. Christian Castillo (PTS) coincidió con Jorge Altamira (PO) en destacar que ayer hicieron “la votación más importante de la izquierda desde 1983, que ya no se trató de pasar un piso, ni de una movida en las redes sociales, sino de una enorme campaña militante y un programa que nadie más levantó”, y en que “se trata de un proceso irreversible” en el que “la derecha cae y la izquierda sube como un polo de referencia política anticapitalista”.
Las angostas calles de San Telmo fueron el escenario de embotellamientos inusuales para un domingo a la noche. La mayoría iba a festejar a Plaza de Mayo, pero la calle Venezuela, a la altura de Piedras, estaba cortada frente al local del PO por decenas de militantes con sus rojas banderas. “Sacamos unos 700 mil votos a presidente, un 3 por ciento más que en las primarias, hubo gran corte de boleta del electorado kirchnerista a nuestro favor, diciéndole no a Julián Domínguez y a Roberto Feletti, y sí a Néstor Pitrola y a Gabriel Solano”, declaró Altamira. “Hoy la población está en la calle festejando que el Gobierno ha ganado las elecciones, y me he encontrado con gente que me dijo ‘cortamos boleta, votamos al Frente para la Victoria y para diputados al FIT”, agregó. Cuando le preguntaron a qué atribuye ese corte, dijo: “Porque la visión política de un amplio sector popular es crítica; y mientras el gobierno dice ‘falta mucho por hacer’, ese sector le dice ‘bueno, pongo diputados de izquierda en el Congreso para que te den una ayuda’”. Gabriel Solano miraba y pensaba lo poco que le faltaba para convertirse en el diputado de izquierda que el FIT buscó.
Altamira llegó a la casona del PO poco antes de las 20, y cuando aún no había cifras oficiales alertó sobre “posibles maniobras en el recuento de votos”. José Castillo, de Izquierda Socialista y candidato a diputado, explicó que “con una elección tan cerrada hay que evitar cualquier violación a la voluntad popular por el manejo de los punteros en las escuelas”. Mientras tanto, en el segundo piso, varios militantes expertos en informática intentaban verificar si las planillas entregadas por sus fiscales coincidían con las oficiales. Altamira volvió a tomar el micrófono, por si quedaban dudas sobre sus temores. “Si en la provincia de Buenos Aires está en juego que entremos, los partidos deberán privarse de algún diputado; ya ha ocurrido con el compañero Juan Carlos Giordano en provincia, con Del Frade de Proyecto Sur en Santa Fe, y los cito porque todos son de izquierda, cuando falta 0,1 o sobra 0,1 siempre hay una manipulación electoral para adulterar el resultado, perjudicando a algún luchador, sea de Proyecto Sur o de la vieja Izquierda Unida, y como somos de izquierda lo advertimos ahora, antes del recuento definitivo”, dijo. “Cuando una elección es tan cerrada, los aparatos estatal y no estatal más poderosos que el nuestro, porque están firmemente financiados cuando nuestros recursos son los de los trabajadores, van a operar políticamente para privarnos de esa representación”. De hecho, entre los cánticos y los choripanes, en la calle una mesa recibía a los fiscales con sus planillas.
Más allá de los vaticinios y la expectativa por obtener una banca, Altamira destacó que fue una “votación histórica” porque avanzó el “activismo en la clase obrera”, y consiguieron bancas en Salta, Córdoba y Neuquén. “Con nuestro programa y la unidad de la izquierda superamos en un 50 por ciento la votación anterior, esto implica una señal política, y sucede cuando varios candidatos de la política patronal están prácticamente jubilándose, y nosotros estamos muy contentos”, dijo José Castillo en el mismo sentido. “Estamos a un paso de consagrar diputados por la Ciudad de Buenos Aires y por la provincia de Buenos Aires, con el 5 por ciento y más del 4 por ciento, respectivamente”, agregó Altamira, y estallaron los aplausos. Pero, al cierre de esta edición, ese paso no los había colocado adentro del Parlamento.
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