EL PAíS
La Bonaerense tardó pero desalojó Sasetru con gases y balas de goma
Tras doce horas de tira y afloje, la Bonaerense cumplió la orden del juez Eduardo Tubío y desalojó a los desocupados y ex trabajadores que empezaban a hacer funcionar la ex fábrica alimentaria.
› Por Laura Vales
La Policía Bonaerense desalojó la fábrica Sasetru, en el partido de Avellaneda. La planta, cerrada desde hace 19 años, había sido tomada en enero por ex trabajadores y desocupados del Polo Obrero con el objetivo de ponerla en producción. El juez de garantías Eduardo Tubío dispuso ayer que los ocupantes fueran sacados del lugar. Si bien el Concejo Deliberante local reaccionó sancionando la expropiación de las maquinarias en favor de la cooperativa obrera, el magistrado consideró insuficiente tal norma y efectivizó su orden.
Durante el operativo, la Bonaerense detuvo al abogado Pablo Heller y reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a quienes se habían reunido en el exterior para apoyar la toma.
Sasetru es un predio de seis cuadras de largo por cuatro de fondo, en el límite entre Avellaneda y Lanús. En su interior funcionaron plantas de elaboración de alimentos con una producción muy diversificada. El grupo fue declarado en quiebra a principio de los ‘80. En las dos décadas siguientes hubo anuncios de reactivación que no se concretaron; el paisaje actual es de grandes pastizales y tinglados semidestruidos, en algunos de los cuales se asentaron familias indigentes.
En la planta desalojada funcionó inicialmente una fábrica de fideos. El edificio es un galpón de paredes amarillas de cien metros de frente, en cuyo interior, según detalló la presidenta de la Cooperativa Gestión Obrera, Alicia Gutiérrez, hay “tres líneas de producción con capacidad para hacer cada una 15 toneladas de fideos por día”.
Los militantes habían limpiado el lugar y estaban poniendo a punto las máquinas en plan de que entraran en funcionamiento en los próximos cuatro meses, elaborando un producto que tiene insumos de bajo costo y salida asegurada, empezando por la red de comedores populares del conurbano. Según sus estimaciones, la cooperativa daría empleo a 150 personas y generaría de manera indirecta otros dos mil puestos, “en rubros como la fabricación de envases o la venta”.
“Cuando entramos al lugar, en enero, nos sorprendió que las máquinas estuvieran embaladas”, señaló Lisandro Martínez, de la misma agrupación. “Igual que el edificio, habían sido compradas a Sasetru por Molinos Río de la Plata aunque sin intenciones de usarlas, sino para sacar de circulación a una planta que le hacía competencia a sus propios productos.” Las máquinas, agregó Martínez, son “algo obsoletas si se las compara con los sistemas actuales, pero perfectamente utilizables para hacerlas trabajar”. La orden de Tubío se basó en un reclamo de la firma Molisud, de acuerdo con el abogado Heller y su par Luis Caro, quienes siguieron las negociaciones en el lugar, “sospechada de ser subsidiaria de Molinos”, que reclama la propiedad por “haberla comprado 6 años atrás”.
El operativo policial se inició a las siete de la mañana, cuando la policía desalojó el edificio. Una vez afuera, los ex trabajadores, desocupados y militantes se negaron a moverse de la puerta en protesta por la medida. Los bonaerenses los rodearon y desplegaron una segunda barrera en torno del extenso perímetro del predio de Sasetru, impidiendo el ingreso a la zona de quienes se fueron acercando en solidaridad. En la zona se desplegaron efectivos con lanzagases y perros. “Setecientos ochenta y cinco hombres”, contabilizó el comisario a cargo, Claudio Smith. Del otro lado de esas vallas hubo manifestantes del Polo Obrero, el MST, algunas asambleas barriales y delegaciones de Brukman, Grisinópolis y otras empresas recuperadas. También dirigentes y legisladores como Néstor Pitrola, Jorge Altamira, Vilma Ripoll y Alfredo Villalba, entre otros.
La expropiación en favor de la cooperativa venía siendo tratada en ámbitos legislativos y contaba con el respaldo del intendente Oscar Laborde. Por la tarde, ante la situación de crisis, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza de expropiación de las máquinas, declarándolas deutilidad pública. Como segunda medida, aprobó un proyecto de declaración solicitando a la Legislatura bonaerense que tomara la misma medida respecto del inmueble.
Una comisión de legisladores, con el secretario de Gobierno local, llevó copias de estas medidas a la puerta de Sasetru, donde los ocupantes resistían el desalojo en un clima que a lo largo de la tarde tuvo varios picos de tensión. La delegación llevó después la ordenanza de expropiación al juez, instalado en una comisaría cercana, aunque sin resultados. A las siete de la tarde, con gases lacrimógenos a los manifestantes y empujones y golpes a los desocupados de la toma, se concretó el desalojo. Anoche los integrantes de la Cooperativa anticiparon que se movilizarán a La Plata para continuar su reclamo.