Hace tiempo que desapareció de los primeros planos. Pero en la sede de la CGT las reuniones que organiza están a la orden del día. Rodolfo Daer recibe a Página/12 en un hueco de su agenda, pasadas las 20. Los ojos rojos acusan cansancio y horas de humo de cigarrillo. Los ceniceros están atiborrados de colillas. En la mesa descansan cientos de papeles y docenas de tazas de café vacías. Insinúan mucha actividad para un hombre del que poco se supo en los últimos días.
–¿Se esconde por algo?
–No, no me escondo. Sí he tenido un prudente silencio respecto a los cacerolazos. Pero la CGT no es indiferente, nos solidarizamos.
–Pero no participa de las protestas.
–Fuimos los pioneros. Nadie recuerda que el 13 de diciembre hicimos un paro contra el corralito y la incautación indirecta de los ahorristas.
–Entonces...
–Colapsó el gobierno de De la Rúa y Cavallo. Y Duhalde ahora propone la construcción de una nueva alianza, que deja atrás la alianza con el sistema financiero, que debe existir al servicio de la gente.
–Pero la ausencia de la CGT llama demasiado la atención...
–En la reconstrucción de la Argentina que plantea Duhalde los esfuerzos tienen que ser equilibrados. Y nosotros tenemos que aportar el nuestro.
–¿Es correcta la política de Duhalde?
–La pesificación fue correcta en atender a los sectores bajos y medios. Es un acto de justicia. Pero si la gente dice que nos callamos le digo que yo por ejemplo creo que falta una política de ingreso. Hay una pauperización del salario. Lo que pasa es que el tema no se soluciona en los 30 días de gobierno que pasaron ni en los 30 subsiguientes, hay que darle tiempo a Duhalde para que encuentre el camino correcto.
–Veo que, para usted, Duhalde es el hombre.
–Es de valientes gobernar en este país. Duhalde asumió con profundas convicciones, despojándose de todo protagonismo. Tiene la convicción de refundar la Argentina. Y el diálogo social que emprendió con diversos sectores es el instrumento apropiado.
–Usted participó de un encuentro con Sacerdote, Escasany...
–...No, no, no y ¡¡¡no!!! (remarca con una palmada en la mesa). Desmiento totalmente que yo o alguien de la CGT haya participado con Escasany, Sacerdote, Bulgheroni y Mendiguren en una reunión donde se haya decidido la pesificación. Esto lo dijo Elisa Carrió y es mentira.
–¿Está seguro?
–Me reuní con los hombres de la UIA y el Grupo Productivo. Nunca con los grupos financieros.
–Hace un tiempo planteaba que había que devaluar.
–Yo planteé una salida ordenada de la convertibilidad, que debía ir acompañada de una nueva política tributaria, una ley de entidades financieras, administrar el comercio exterior. Pero la crisis aceleró los tiempos y no se pudo hacer nada. Igual, la convertibilidad desapareció cuando comenzaron a surgir los bonos provinciales. Los responsables de estos son De la Rúa y Cavallo.
–En la CGT dicen que les gustaría verlos presos.
–Sí. Ellos son los culpables. Yo digo que tiene que haber una investigación que determine cómo se vació la Argentina.
–¿Se arrepiente de haber propuesto devaluar?
–No, porque con la convertibilidad se empobreció la inmensa mayoría.
–¿Rodríguez Saá cayó por el cacerolazo o por la interna del PJ?
–No era creíble ni responsable.
–¿No teme que a Duhalde le pueda pasar lo mismo?
–Sabemos que la gente está defraudada porque le mintieron y le cortaron sus ahorros. Pero hay que ver la profundidad de la crisis en toda su expresión y no en un sector social.
–Me está diciendo que los cacerolazos están acotados a la Capital Federal y que son solo de clase media.
–Los sectores medios fueron defraudados. Y hay un estado deliberativo que es bueno. Pero la democracia funciona con partidos políticos.
–Justamente es la clase política lo que se cuestiona. ¿Usted no ha tenido problemas en la calle?
–No. Pero he sido amenazado telefónicamente. Y lo peor que involucraron a mi familia. “Vas a sufrir por tus hijos y después vas a morir”, me dijeron. Amigos me han recomendado usar chaleco antibalas.
–Entonces sabe que hay cuestionamientos.
–Yo estoy más cauto. Pero hay comunicadores que me vincularon al Ejército, dicen que tuve reuniones para desestabilizar. Es un disparate ab-so-lu-to. Yo soy un hombre de la democracia.
–La CGT oficial estaba más cerca a Menem y De la Sota...
–(interrumpe)... somos independientes del gobierno de turno. Vamos a apoyar a Duhalde, lo que no quita ser críticos de aquellas políticas que afecten a los trabajadores. Yo, a diferencia de Menem, no estoy de acuerdo con la dolarización. ¿Cómo vamos a tener la moneda de Estados Unidos, que tiene 63 por más de competitividad?
–¿Se puede salir de la crisis sin la ayuda del FMI?
–EL FMI también es responsable de la crisis. No puede dilatar una ayuda que no es a Duhalde, es al país que está en una crisis terminal.
–¿Por qué prestaría dinero a un país que está en default?
–El Fondo juega a dolarizar. Pero eso empobrecería a la inmensa mayoría, más allá de la dirigencia. Es como el embargo a Cuba, ¿quién sufre? Sufre el pueblo.
–Bueno, es una estrategia para que la gente presione para cambiar a la conducción del país.
–Puede ser. Algunos sectores liberales presionan para instalar a López Murphy, y que luego este dolarice. Puede ser...
–¿Y qué propone la CGT?
–Mantener el poder adquisitivo del salario.
–¿La opción es control de precios o aumento de salarios?
–Los precios ya están remarcados. Por eso para no ingresar en un espiral hiperinflacionario hay que crear una canasta familiar con productos a precios accesibles, rebajándole el IVA.
–Con la devaluación, la gente ya perdió poder adquisitivo.
–En términos de dólar sí. Pero la comparación es por una hora de trabajo qué es lo que se puede comprar. Si acrecentamos el poder de compra la reactivación del aparato productivo va a ser más rápido.