En una sesión ante el Parlamento inglés, el primer ministro británico David Cameron anunció que su gobierno prepara para el año próximo un festejo en las islas Malvinas por los 30 años de la rendición argentina. “Es el aniversario de la liberación de las Falkland Islands y será un momento para una genuina celebración”, anticipó Cameron. La presidenta Cristina Kirchner, sin hacer una mención específica sobre el anuncio, criticó desde Venezuela la política del Reino Unido. Dijo que Malvinas “tiene que ver con lo que ocurre en el mundo, donde algunos países se imponen en la relación de fuerzas”.

La decisión inglesa de celebrar los 30 años de la guerra se conoció a raíz de una exposición de Cameron ante el Parlamento, por una pregunta que le hizo el legislador Andrew Rosindell, de su mismo partido, sobre la situación de los dieciséis territorios de ultramar que están bajo bandera inglesa. En ese sentido, dio la impresión de una puesta en escena.

Rosindell le preguntó a Cameron si Gran Bretaña estaba dispuesta a “proteger y defender” esos territorios, a lo que Cameron respondió: “Felizmente puedo darle esa garantía a nuestro honorable amigo”. Agregó que la bandera británica seguirá flameando “en la residencia de los gobernadores” y que Gran Bretaña está “aumentando la asistencia a esos territorios”. En ese marco, deslizó la frase sobre el festejo.

En el gobernante Partido Conservador analizan incluso si la conmemoración contará con la presencia de un miembro de la familia real. De hecho ya han dado un primer paso en ese sentido: hace apenas un mes hicieron saber que el príncipe William –segundo en la línea de sucesión de la corona– viajará a las Malvinas para recibir allí seis semanas de entrenamiento militar, como parte de su carrera en la Real Fuerza Aérea.

William estará así en las islas entre febrero y marzo del 2012, es decir en vísperas del aniversario de la guerra, lo que sin dudas tendrá efectos sobre el clima político. Cristina Kirchner habló de Malvinas durante su discurso ante los representantes de los 33 países que asisten a la cumbre fundacional de la Celac (ver página 5), donde agradeció “el apoyo que le brindó la región a la Argentina en esta causa global que es Malvinas”. Consultados por Página/12, diputados integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores coincidieron en rechazar las declaraciones del primer ministro. “Fueron una provocación”, señaló la diputada Mariel Calchaquí, del Frente para la Victoria. Desde Panamá, donde participa como vicepresidenta de la Asamblea del Parlamento Latinoamericano, la diputada consideró el anuncio del festejo como “una maniobra para contrarrestar las acciones que la Argentina viene impulsando en los foros internacionales para reabrir el diálogo con Gran Bretaña sobre Malvinas”.

“Nuestra Presidenta como ningún otro mandatario de la Argentina ha tenido además una política no solamente declarativa sobre Malvinas. Ha conseguido que países como Brasil adhirieran a la idea argentina de poner límites a la navegación en sus aguas de buques de bandera inglesa destinados a la prospección de petróleo en las Malvinas. Es ante estos avances que Gran Bretaña reacciona de esta manera.” También diputados opositores como Margarita Stolbizer usaron la palabra “provocación” para calificar el anuncio del festejo. La legisladora del GEN sostuvo que la intención de hacer esta celebración “debe ser rechazada unánimemente por los argentinos y por toda la comunidad internacional”. Y apuntó que “la concepción colonialista tiene que ser confrontada con una buena política exterior y alta diplomacia, que defienda cabalmente nuestra soberanía ante el mundo”.