El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, encabezó ayer en la AMIA el acto anual en homenaje a los judíos desaparecidos por la última dictadura militar. El funcionario destacó que los judíos recibieron “vejámenes adicionales” mientras estuvieron secuestrados en los centros clandestinos de detención y que, por ello, la comunidad judía fue una “víctima propiciatoria” del terrorismo de Estado. Lo acompañó la viuda del periodista Rodolfo Walsh, Lilia Ferreyra, quien cuestionó la “abyecta concepción antisemita” de los represores y su apelación “sin reservas” a la simbología nazi en el marco de las torturas.

“Pertenezco a un gobierno que hizo de la lucha contra la impunidad uno de los fundamentos. No somos indiferentes a la historia nacional o a la historia universal”, señaló Duhalde al pronunciar su discurso en la sede de la mutual judía. En ese sentido, destacó que Argentina es el único país latinoamericano que integra el Grupo para la Cooperación Internacional en Educación sobre el Holocausto y la directora de su capítulo Memoria es una funcionaria argentina. “No nos quedamos en el pasado: desde el presente vamos al pasado para aprender las lecciones. Como decía Walter Benjamin, la memoria es el relampagueo de la conciencia en momentos de peligro”, afirmó, y destacó que a partir de 2003, con la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, se derrumbó “el muro de impunidad”. El funcionario agregó que hay contabilizados casi 2000 detenidos-desaparecidos de origen judío. “Ninguna duda cabe del trato especialmente denigrante que recibían frente al odio racista, a la explicitación de la ideología nazi y vejámenes por su condición religiosa”, afirmó. Participaron del acto el senador Daniel Filmus; el vicepresidente de AMIA, Angel Barman; el embajador de Israel, Daniel Gazit; la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit, y miembros de la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos en la Argentina.