La sorpresiva detención, a fines de septiembre, del dirigente ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero, quien luego fue liberado por falta de pruebas, le costó cara a Juan Manuel Yalj, juez subrogante en San Martín hasta hace dos semanas. El ex magistrado había recibido acuerdo del Senado para ascender y asumir como camarista en esa misma jurisdicción, pero desde la Casa Rosada le mandaron a pedir diplomáticamente que renunciara a su postulación. De hecho, Cristina Kirchner ya lo había excluido de los últimos decretos de nombramiento de magistrados.

Yalj renunció así a sus aspiraciones días atrás, en una presentación que hizo en sobre cerrado ante el Poder Ejecutivo (que originalmente lo candidateó), según confirmaron fuentes oficiales a este diario. Es una situación atípica: cuando los pliegos salen aprobados del Senado, lo habitual es que pronto sean confirmados en un decreto. Eso no ocurrió esta vez, ya que la actuación de Yalj en el caso Sobrero generó fuerte malestar en el gobierno en la recta final hacia las elecciones presidenciales. Sólo lo respaldó el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien se jugaba su propia pulseada con el gremialista.

El ex juez detuvo a Sobrero y a quien había sido su vocero, Leonardo Portorreal, entre otras personas, el 30 de septiembre último. Decía sospechar que habían estado detrás de la quema de vagones del Ferrocarril Sarmiento y los indagó por asociación ilícita, estrago doloso y extorsión. Hasta el fiscal del caso, Jorge Sica, se pronunció para que los liberara por la “endeblez” de las pruebas. Yalj los tuvo incomunicados y al cuarto día los excarceló.

La detención estaba basada en las acusaciones de directivos de la empresa TBA y en la declaración repentina de tres policías que habían recordado, cuatro meses después de los hechos, que al momento de detener a uno de los acusados de provocar el incendio, Alan Skrobacki, el joven les había dicho que un tal “Leo” le había pagado 100 pesos y le prometía 500 más por generar el fuego. Luego, el propio Skrobacki pidió declarar y contó lo mismo. Pronto salieron a la luz varias incongruencias: el joven indigente decía que el tal Leo tenía tez blanca y ojos claros, lo que no coincidía con el ex vocero de Sobrero; que hablaba con el Pollo por handy, algo que los ferroviarios ya no usan, y los vinculaba con expresiones a favor del líder de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, aunque están en la vereda política contraria. Portorreal y Sobrero llevaban largo tiempo sin estar en contacto.

Públicamente, Yalj acusó a la Policía Federal de haber tenido una “ineficiente actuación en sus tareas de inteligencia”. El 11 de noviembre sobreseyó a Portorreal y dictó falta de mérito para Sobrero, aunque insistió en que el dirigente “se benefició” con la quema de trenes, al conseguir respuesta a sus demandas.

Yalj, de 61 años, subrogaba el Juzgado Federal Nº 2 de San Martín desde 2009, elegido de una lista de conjueces abogados través de la Cámara. Pero no era juez. Había sido secretario de juzgado durante la última dictadura en la misma localidad. Fue abogado, profesor y asesor en la Cámara de Diputados. Como juez suplente, procesó por privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio al represor Santiago Omar Riveros, ex jefe de Campo de Mayo. También procesó con prisión preventiva a Miguel Angel “Mameluco” Villalba, como líder de una organización narco y vinculado con el caso Candela. Tuvo la causa del doble choque de trenes en San Miguel, donde imputó a los maquinistas.

Ante el caso peculiar, en el Gobierno ahora analizan si corresponde retomar el mismo concurso y enviar un nuevo candidato a ocupar el cargo de juez de Cámara en San Martín, o si hacen una nueva convocatoria. Todo indica que de lo que quedó de la terna saldría el posible camarista: primero queda Alejandro Castellanos, juez federal de Mar del Plata, y le sigue Alberto Lugones, asesor del camarista Mario Fera, quien preside el Consejo de la Magistratura. En el juzgado donde se desempeñaba Yalj asumió Alicia Vence.