EL PAíS › EL GOBIERNO DE MALVINAS IMPIDIó QUE UN CRUCERO CON ARGENTINOS RECALARA EN EL ARCHIPIéLAGO
Un barco procedente de Chile no fue autorizado a detenerse en Malvinas y el gobierno local argumentó razones sanitarias. El incidente se produce después de que los países del Mercosur definieran rechazar que naves con bandera malvinense atraquen en la región.
La cuestión Malvinas sumó un nuevo capítulo a las declaraciones de los últimos días: esta vez el gobierno del archipiélago impidió que el crucero Star Princess, en el que viajaba, entre 3600 personas, un contingente argentino, recalara en las islas. Aunque las autoridades insulares adujeron motivos sanitarios por la presencia de “20 casos de gastroenterocolitis” a bordo, los pasajeros denunciaron que se habría tratado de una medida de carácter político “en represalia” a la decisión que tomaron hace menos de un mes los países del Mercosur (a los que pronto se plegó Chile) de prohibir que barcos con bandera del territorio en disputa atraquen en puertos de la región.
“Hubo mucho desencanto entre quienes queríamos llegar al archipiélago. Muchos iban a rendir homenaje a sus muertos en la guerra de Malvinas. Un capitán quería dejar una placa en la tumba de uno de sus soldados”, describió la situación Luis Hauser, un psicólogo argentino que viajaba a bordo del Star Princess y denunció la irregularidad. “Los 20 casos de gastroenterocolitis no justificaban el impedimento que puso el gobierno kelper”, explicó Hauser. “El capitán del crucero se mostró sorprendido porque dijo que fue una decisión sin precedentes y la consideró errónea por el bajo número de casos.”
El crucero había salido de la ciudad chilena de Valparaíso el 7 de enero con destino a Río de Janeiro, Brasil. Aunque la empresa dueña del Star Princess es de capitales de los Estados Unidos, la embarcación de lujo lleva bandera de Bahamas, “un Estado independiente que pertenece a la Comunidad Británica de Naciones”, tal como se encargaron de aclarar a bordo. Antes de intentar su escala frustrada en el archipiélago, había hecho puerto “sin inconvenientes” por la cuestión sanitaria en Punta Arenas, ciudad en el extremo austral chileno, y en Ushuaia. “Incluso –contó Hauser en diálogo con el programa De haberlo sabido, por Radio América– en Tierra del Fuego los casos eran más al momento del arribo que los registrados cuando el crucero intentó recalar en las islas Malvinas.”
La decisión que tomó el Mercosur el mes pasado de impedir que los barcos con bandera de Malvinas atraquen en sus puertos movió el amperímetro del conflicto por la soberanía sobre el archipiélago, obligando al gobierno británico a ratificar públicamente su compromiso de mantener a las islas bajo su órbita, negando toda negociación al respecto, y despertando una polémica dormida en el seno de la sociedad inglesa. El sábado, el influyente diario The Times publicó dos artículos en los que se respalda la postura de Buenos Aires, uno de ellos firmado nada menos que por el canciller argentino, Héctor Timerman.
“El Reino Unido debe poner fin a esta resaca imperial”, titula el ministro de Relaciones Exteriores su artículo, que los ingleses ilustraron con la foto de dos ex combatientes argentinos con una bandera celeste y blanca sobre la que se recorta la silueta de las dos islas. “Es imperativo que el Reino Unido abandone algunas acciones –como incomprensibles ejercicios militares y la explotación de recursos naturales en violación de resoluciones de la ONU– que empeoran la situación en las islas Malvinas”, denunció el canciller en la nota.
También recordó que “el mandato de la ONU, ratificado por nueve resoluciones posteriores de la Asamblea General y renovado cada año desde el Comité Especial de Descolonización, sigue en vigor y todavía no ha sido implementado debido a la decisión unilateral del Reino Unido”, y destacó el compromiso argentino de “alcanzar una solución pacífica del conflicto que respete la forma de vida de los isleños”.
Sin embargo, resultó aún más sorprendente la nota firmada por el periodista inglés Simon Winchester, que cubrió la guerra de 1982, en la que propuso “repetir el éxito de la entrega de Hong Kong” y “darle las islas a la Argentina”. Para Winchester, la cuestión Malvinas “es un problema que podría resolverse, y en su totalidad, con diplomacia y sentido común”. Sostuvo que “es bastante absurdo que la relación con un país latinoamericano importante sea tan incómoda por esquivar un problema tan mezquinamente”.
En abril van a cumplirse 30 años de la guerra, y la soberanía de las islas Malvinas es considerada hoy en día un asunto prioritario de política internacional por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que ha logrado en los últimos meses importantes avances en el asunto, en el ámbito del apoyo internacional, aunque hasta ahora la respuesta de parte de Londres ha sido siempre la misma: la negativa a cualquier negociación.
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