Mié 18.01.2012

EL PAíS  › EL ABOGADO DE SUSANA FREYDOZ ANTICIPó QUE, POR EL MOMENTO, LA VIUDA DE SORIA NO DECLARARá

La defensa prepara su estrategia

Puso en duda que la mujer esté en condiciones de defenderse y admitió que intentará que sea considerada inimputable. El juez recorrió la chacra donde murió Soria y ordenará nuevas pericias.

Susana Freydoz, viuda del gobernador rionegrino Carlos Soria, se negaría a prestar declaración indagatoria por lo menos hasta que su abogado, Alberto Ricchieri, haya podido leer toda la causa en la que figura como única sospechosa del asesinato de su esposo ocurrido en la madrugada del 1º de enero. Así lo anunció el propio Ricchieri, quien aclaró que podría pedir “una nueva fecha de audiencia”. También puso en duda que esté en condiciones de responder y defenderse por estar psíquicamente alterada y, debido a eso, “medicada”. El letrado explicó que entre sus estrategias de defensa, intentará que su clienta sea considerada inimputable. Al día de hoy, señaló, “está realmente mal” y advirtió que “encarcelarla” sería “un riesgo para su integridad”.

Freydoz todavía no fue convocada para ser indagada, pero según allegados a la causa la citación sería en el transcurso de esta semana. La investigación volvió el lunes a su juez original, Emilio Stadler, quien trabaja en un escrito donde describirá el hecho que se le imputaría a la viuda y en el que también podría disponer más medidas de prueba. Ayer al atardecer sorpresivamente el juez y el fiscal Miguel Angel Fernández Jahde fueron a hacer un relevamiento a la casa de la chacra de Paso Córdoba donde Soria apareció muerto. Todo indica que, más allá de la investigación que llevó adelante los primeros quince días el juez Juan Pablo Chirinos, Stadler quiere sacar sus propias conclusiones antes de interrogar a Freydoz. En esa línea, el juez le habría dado autorización al fiscal para realizar pericias complementarias sobre el arma.

“Por hábito profesional, mis defendidos no declaran hasta que yo lea toda la causa con detenimiento. Si el juez no me da tiempo suficiente, es muy factible que no declare”, previno Ricchieri. Aclaró que en ese caso pediría postergación. Pero, además, dijo que “es complicado” que declare porque “está tomando medicación” que “le afecta el estado emocional”. Sin embargo, para los dos peritos psiquiatras (oficial y de parte) que la evaluaron está en condiciones de responderle al juez.

Stadler emitió anteayer un comunicado de donde surge que llamará a indagatoria a Freydoz una vez que termine de estudiar el expediente. El abogado defensor dijo que pidió la ampliación de pruebas y estudios. Esto está en línea con la apuesta a lograr que sea declarada inimputable, o a conseguir una pena atenuada. De hecho, el perito psiquiatra de parte, Carlos Cornaglia, reclamó exámenes toxicológicos para establecer el nivel de alcohol y ansiolíticos consumidos por ella aquella noche y en forma acumulada; también planteó estudios psiquiátricos para detectar posibles patologías de base. Buscan elementos para demostrar que podría haber actuado sin control de sus actos.

La “inimputabilidad” es lo único que podría librar a Freydoz de la acusación de haber matado a su esposo. La atenuante de la “emoción violenta” al momento de disparar, que señaló como posibilidad el perito oficial, Ricardo Risso, no reduciría significativamente de la pena, que quedaría de 10 a 25 años, al estar agravada por el vínculo. El juez Chirinos y el fiscal manejaban la hipótesis de que se trató de un homicidio doloso. El relato de la hija menor del matrimonio Soria, María Emilia, que estaba en la chacra en el momento del crimen, reforzó esa convicción. Habría contado que al ingresar al dormitorio donde estaban su madre y su padre tendido en la cama baleado, Freydoz le habría gritado “¡llamá a la ambulancia, boluda!”. La frase, según los investigadores, haría suponer que tenía conciencia del hecho.

Ahora habrá que ver cómo analiza los datos el juez Stadler quien, además de indagarla tendrá que resolver si le dicta prisión preventiva o si dispone una internación psiquiátrica. Ricchieri dijo que está “detenida” de hecho, encerrada en la casa de su hermana en Allen, con vigilancia policial y médica. Para él, sin embargo, no se la puede considerar “imputada” hasta que no le describan de qué la acusan. Agregó que no cree que haya ningún juez que “pretenda encarcelar a una persona que está en la situación psiquiátrica de mi defendida”. “Desde el punto de vista humano está en una situación muy crítica –comentó–. Ella está realmente mal, está medicada, tiene episodios que no tiene sentido comentarlos, pero que existen.”

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