Néstor Kirchner buscará posicionarse en la populosa provincia de Buenos Aires con un golpe de timón en su campaña. Por eso, a sugerencia de los caudillos locales, el candidato oficial aceptó “peronizar” la publicidad estática que lo promocionará en el distrito. Y decidió realizar el acto de cierre, el jueves 24, en la localidad bonaerense de La Matanza, y no en la provincia de Santa Fe, como tenía pensado originalmente.
La decisión fue tomada ayer luego de un encuentro entre el presidente Eduardo Duhalde, miembros del equipo de campaña del santacruceño, entre ellos Francisco Larcher, y un grupo de intendentes bonaerenses, quienes esgrimieron la necesidad de volver a las fuentes para seducir al electorado propio.
Sondeos en mano, en la Casa Rosada mostraron preocupación por la paridad que muestran los tres candidatos peronistas. “A esta altura pensábamos que Kirchner iba a estar cinco puntos arriba de Menem y Rodríguez Saá”, explicó un alto funcionario del Gobierno.
Un equipo de intendentes bonaerenses, coordinados por el titular del Comfer, Carlos Caterbetti, recorrieron en la semana los pasillos del poder insistiendo en la necesidad de un cambio en la estrategia publicitaria. Lo consideran trascendental para cosechar adhesiones en el distrito con más votantes del país, y que, en consecuencia, puede definir una elección.
–De los tres candidatos del PJ que buscan la presidencia me animo a decir que Kirchner es el que reúne menos votos de cuna peronista –alertó uno de ellos a la hora del análisis.
Por eso encargaron una nueva tanda de afiches (amén de las que a nivel nacional ya viene haciendo el publicista José Albistur), en la que no faltará la impronta peronista. En la provincia de Buenos Aires no es un dato menor. Por eso, además de la consigna “Kirchner presidente”, se incorporarán las palabras “peronismo bonaerense”, las imágenes de Evita y Perón y el escudo justicialista.
Además, en cada localidad, la imagen de Kirchner irá acompañada de la foto del candidato a intendente. El objetivo es claro: se busca que los postulantes a jefes distritales, más conocidos en cada lugar, sean los que traccionen votos hacia el aspirante a presidente. Claro, para ello también aportará la imagen de Chiche Duhalde, primer candidata a diputada y una de las referentes peronistas como mejor imagen provincial.
“Así podemos actuar sobre la gente que conoce a los representantes locales pero no sabe ni pronunciar Kirchner. Ahí Menem y Rodríguez Saá, quienes ya fueron presidentes, le sacan ventaja”, argumentaron.
Otros, más detallistas, hasta apuntan a la complejidad del apellido del candidato oficial. “No tuvimos la destreza como para instalarlo como ‘El Néstor’, algo que la gente de Rodríguez Saá supo hacer al llamar a su candidato como ‘El Adolfo’, que es mucho más sencillo”, señalaron.
La obsesión con el ex gobernador puntano no es casual: a esta altura disputan una misma porción del electorado. El duhaldismo bonaerense está convencido de que incorporaciones como la del ministro Roberto Lavagna al equipo de Kirchner (a la que se sumaría también Ginés González García y Susana Decibe) es una excelente señal para la clase media, pero que no modifica un ápice el ánimo de los estratos bajos.
“La adhesión a Rodríguez Saá y Menem va creciendo a medida que las encuestas se alejan de la Capital Federal. A esa gente tenemos que llegar”, evaluaron en Casa de Gobierno el gobernador Felipe Solá y los intendentes Hugo Curto (Tres de Febrero), Alberto Descalzo (Ituzaingó), y Julio Pereyra (Florencio Varela), además del secretario general de la Presidencia, José Pampuro.
Por eso es que el acto de cierre de campaña no se realizaría en el estadio de Newell’s Old Boys de Rosario, como se pensó originalmente, sino en la plaza de San Justo, La Matanza (ver nota aparte), la localidad más poblada de la provincia de Buenos Aires.