EL PAíS
› EL REALINEAMIENTO DESPUES DE LA INTERNA BONAERENSE
Balestrini, sostén del acto
› Por Martín Piqué
Néstor Kirchner decidió cambiar de planes y optó por un escenario simbólico, que parece traer buena suerte, para el cierre de su campaña electoral. Será en la plaza de San Justo, en La Matanza, el 24 de abril, tres días antes de las elecciones y en las 24 horas previas al inicio de la veda electoral. La organización fue posible gracias a un reciente acercamiento con el intendente Alberto Balestrini, quien se había distanciado de Kirchner debido al apoyo que el candidato le dio a su rival en las internas de la comuna, Rubén Ledesma. Con el acto en La Matanza, Kirchner terminará su campaña en el mismo distrito que usó Carlos Menem para cerrar la suya en 1989, y que volvió a elegir para estrenar oficialmente su cruzada reeleccionista, en 1995.
La relación entre Kirchner y Balestrini, dos viejos aliados, sufrió cierto deterioro por la interna de La Matanza, en la que Balestrini se enfrentó con el Negro Ledesma, titular de la CGT local y uno de los pocos dirigentes bonaerenses que respaldó al santacruceño desde el principio. Por eso, Balestrini se refugió en su distrito hasta las internas del 30 de marzo, que ganó ampliamente con más del 70 por ciento de los votos. Balestrini, fortalecido, hizo valer su triunfo y se ausentó del palco de famosos en River Plate, aunque estuvo con su gente en la tribuna. Pero las diferencias se limaron con los días, hasta que el último miércoles, en un acto en Morón, Kirchner y Balestrini firmaron la paz.
En esa oportunidad, el candidato anunció que su acto de cierre será en La Matanza, un municipio clave porque tiene un millón de habitantes. Ese anuncio exteriorizó el acuerdo con Balestrini, aunque el intendente aún mantiene una agria discusión con Ledesma, quien reclama el cuarto, el octavo y el décimo segundo puestos en la lista de concejales, que corresponden a la minoría. Paradójicamente, Ledesma fue apoyado por el menemista Hugo Fernández, senador provincial y candidato a intendente de Alberto Kohan. Mientras se resuelve esa pelea acotada, los dirigentes del PJ bonaerense se reunieron ayer en la Casa de la Provincia de Santa Cruz y, después, en la Rosada con el presidente Eduardo Duhalde. Allí aprobaron que el cierre de campaña se haga en La Matanza.
La primera reunión comenzó a las dos de la tarde, en el bunker de la calle 25 de Mayo, donde los mismos intendentes que luego se corrieron hasta Balcarce 50 –Julio Pereyra (Florencio Varela), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Hugo Curto (Tres de Febrero) y Manuel Quindimil (Lanús)– se reunieron con el titular del Comfer, Carlos Caterbetti, José Pampuro y Paco Larcher, uno de los operadores de Kirchner para la provincia. Allí escucharon la confirmación de que el cierre de campaña se haría en La Matanza y no en Rosario, en el estadio de Newell’s Old Boys, como estaba previsto. “Balestrini va a hacer el acto como una demostración de lealtad al candidato, más allá de lo que significó el desgaste de la interna”, confirmaron a Página/12 desde el entorno del matancero.
Dos horas después, Duhalde recibió a los jefes comunales en la Rosada. Por allí pasó también Balestrini, quien habló con el Presidente y dialogó con los intendentes, a quienes pidió infraestructura y apoyo para organizar un acto masivo. Con Duhalde, Balestrini analizó el escenario elegido para recibir a Kirchner. Ambos examinaron los pros y contras de las dos opciones que baraja el intendente: la plaza de San Justo, o en Laferrère, sobre la ruta provincial 21, donde se hacían los actos de la pierrista Liga Federal. Ese fue el lugar que eligió Menem para cerrar su campaña en 1989 y al que recurrió otra vez en 1995, de la mano de Duhalde. Ocho años después, el mismo paisaje desolado –lleno de fábricas cerradas– acompañará a Kirchner en su desafío por vencer al “viejo fantasma”.