EL PAíS
› CERRO SU CAMPAÑA EN SAN JUAN Y MENDOZA
La gira cuyana de Carrió
La visita al asentamiento. La pobreza de medios. El ARI en tierra ajena. La silla que se cae. El humor de Gutiérrez. El entusiasmo por el debate. Los lentes de Gioja.
› Por Felipe Yapur
Por Felipe Yapur
Desde San Juan
Elisa Carrió pasó el último día de su última gira de campaña antes de los comicios en la capital sanjuanina. Apenas pasadas las 10 de la mañana, la candidata del ARI llegó al asentamiento Marquesal, ubicado en la periferia de San Juan. En una esquina, poco a poco fueron saliendo de las casillas mujeres que, con sus hijos en brazos, se acercaron a la chaqueña para besarla y agradecerle la visita. Eran la primera vez que una candidata presidencial llegaba por esas tierras. Fueron unas cincuenta madres que escucharon un corto discurso de Carrió, que se lo dedicó enteramente a ellas: “Ustedes, las mujeres, son las que permitirán que llegue a la presidencia. Lo sé porque ustedes saben lo que es la lucha diaria. Ayúdenme”, indicó.
El paso de Carrió por San Juan y Mendoza fue agotador. Sobre todo porque durante los dos días que estuvo realizó actividades en ambas provincias a la vez. Esto implicó largos y tediosos traslados entre ambas ciudades que provocaron más de una anécdota.
u La última buena noticia. Desde que llegó a Cuyo, Carrió sabía que estaba en tierra que no le era favorable. Durante los dos días que estuvo buscó insuflar ánimos a sus militantes porque pensó que la influencia de Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Menem la dejaban bastante rezagada en las encuestas de opinión. Sin embargo, ayer por la tarde le acercaron una consulta realizada por una empresa mendocina que da cuenta de un crecimiento de Carrió que la dejó tercera, apenas a un punto del riojano. “Tengo 15 puntos de intención de votos en Mendoza. Van a ver que seré presidente”, dijo levantando la voz en el bar del aeropuerto El Plumerillo.
u El humor del vice. Durante los interminables traslados entre Mendoza y San Juan, dos veces en dos días, el compañero de fórmula de Carrió demostró tener un amplio sentido del humor. Los chistes de Gutiérrez se sucedieron uno tras otro, pero en la memoria de todos quedó flotando el último, muy relacionado con la campaña electoral: “En un restaurante de Malargüe, la zona petrolera de Mendoza, los técnicos españoles de RepsolYPF fueron a comer. En la mesa de al lado estaban unos técnicos norteamericanos de una empresa de ese país. Ambos grupos pidieron carne. Pero al momento de ponerles sal a las ensaladas se dieron con que estaba húmeda. Los españoles golpearon el frasquito pero no tuvieron éxito. Los norteamericanos recurrieron a un palillo con el que liberaron los agujeritos. Uno de los españoles los miró con indisimulable envidia y les dijo a sus compañeros: son unos mierda, pero qué tecnología tienen”. Todos en la Trafic estallaron en una larga carcajada.
u Frases para sus competidores. Durante el raid de conferencias de prensa que tuvo Carrió en Cuyo, las preguntas más frecuentes eran qué pensaba de los candidatos del PJ y de Ricardo López Murphy. De Adolfo Rodríguez Saá dijo que era “un mentiroso”. A Carlos Menem lo consideró “el mayor delincuente de la historia”. Cuando llegó el turno de Néstor Kirchner dijo directamente que “no existe, es un invento del Gobierno”. Sobre el candidato del partido Recrear dijo que se trata de un hombre serio, “tan serio que es el mismo que propuso la rebaja de salarios de los empleados públicos durante el gobierno de la Alianza”. Y al final también habló de ella: “Dicen que no puedo ser presidenta. Tal vez porque soy mujer, gorda y con celulitis”.
u Campaña sin dinero. Desde que Carrió conformó el ARI una de sus principales exigencias fue la de transparentar el financiamiento de los partidos políticos, que incluyó, obviamente, la campaña electoral. Y así lo hizo. Se negó a recibir aportes de empresarios y la campaña se caracterizó por la pobreza franciscana con la que la está desarrollando. La consigna de la líder del ARI es ley y en todas las provincias serespeta esa orden. “Cuando ingresé al ARI pensaba que era un partido político, pero ahora sé que es un estilo de vida”, reflexionó el presidente del ARI mendocino, Néstor Piedrafita.
u Los lentes de Gioja. San Juan es territorio del senador y titular del Senado, José Luis Gioja. El legislador ha comenzado ya su campaña por la gobernación de la provincia, hoy a manos de la Cruzada Renovadora. El sanjuanino no dudó en recurrir a las viejas mañas de campaña y, como se comenta en la provincia, ya ordenó una partida de 6000 pares de lentes recetados para repartir entre sus posibles electores. El detalle es que esos anteojos están prolijamente guardados en cajitas que tienen la leyenda “Gioja gobernador”. Lo que no está claro es si repetirá la estrategia de su colega Luis Barrionuevo, que en su fallido intento por llegar a la gobernación de Catamarca entregó las recetas de los lentes que iban a ser retirados al día siguiente de los comicios.
u Menem lo hizo. En San Juan los integrantes del ARI local realizaron un pequeño acto en la sede que tienen a una cuadra de la plaza principal. Unas 150 personas se ubicaron en el amplio salón que tiene el local. Todos escuchaban con atención a la candidata presidencial hasta que de repente se escuchó un estruendo que dejó muda a Carrió. Todos se dieron vuelta para ver de dónde provenía el ruido. Sucedió que la silla de uno de los participantes del mítin cedió y el pobre hombre quedó desparramado en el suelo. Mientras lo ayudaban a incorporarse Carrió se solidarizó con el accidentado y lanzó: “No tenga dudas, mi querido, fue Menem”, le dijo mientras el pobre hombre le agradecía con la mano.
u El debate. Cuando le contaron que el diputado del ARI Rafael Romá había dicho por radio que Carrió no eludiría un debate con López Murphy, ella se rió. Luego preguntó si no se trataba de una broma, cuando le dijeron que era cierto fue entusiasmándose minuto a minuto. Rápidamente le ordenó a su vocero Matías Méndez que tomara nota de todo lo que necesitará para prepararse para ese día. “Esto va a ser lindo”, dijo Carrió refregándose las manos mientras se aprestaba a disfrutar de un churrasco con huevos y papas fritas.