EL PAíS
Luis Zamora lanzó su candidatura a jefe de Gobierno de la ciudad
Acompañado por su esposa, candidata a legisladora porteña, y por su vice, el arquitecto Sergio Molina, Luis Zamora lanzó su candidatura para la Ciudad de Buenos Aires. Presentó a los demás integrantes de la lista como militantes sociales y de asambleas.
› Por Felipe Yapur
Con un tono intimista y alejado de las tradicionales arengas de los actos partidarios, Luis Zamora lanzó su candidatura a jefe de Gobierno porteño. En el salón de Unione e Benevolenza, el líder de Autodeterminación y Libertad (AyL) aseguró que su postulación no significa que haya claudicado en su lucha por el “que se vayan todos”. El actual diputado nacional señaló que el hecho de que en la Ciudad de Buenos Aires se renueven todos los cargos “abre una brecha institucional para sacarlos a todos”.
Unas 250 personas ocuparon ordenadamente las sillas que los organizadores dispusieron en el amplio salón ubicado en el barrio de Congreso. Esperaron tranquilamente el comienzo del acto, mientras en la puerta militantes de AyL ofrecían a los participantes la posibilidad de que se anotaran como fiscales para los comicios previstos por ahora para el 8 de junio.
El acto comenzó formalmente con la presentación, a cargo de Zamora, de los principales candidatos de la fuerza política que tiene apenas dos años de funcionamiento. El legislador le dedicó a cada uno unas pequeñas palabras a modo de presentación. El primero de ellos fue su compañero de fórmula, Sergio Molina, un arquitecto de 41 años, especialista en la autogestión para la construcción de viviendas. Luego fue el turno de los aspirantes a legisladores de la ciudad. La primera de ellas fue Noemí Oliveto, más conocida como Mimí y a la sazón esposa de Zamora, a quien definió primero como una “vieja militante, que militó mucho antes que yo y que es pilar de nuestro movimiento”, pero sobre todo la consideró como “mi compañera”. Tras el tímido saludo de Oliveto, subieron el actor Héctor Bidonde, Patricia Flores, Rubén Devoto y Daniel Vetti, entre otros. Zamora destacó que muchos de estos candidatos, entre los que predominan profesores e investigadores de la universidad y un par de delegados fabriles, surgieron de las asambleas barriales que crecieron al calor de la revuelta popular del 19 y 20 de diciembre de 2001.
Si bien el acto de AyL no contó con el tradicional cotillón de las campañas y los bombos, antes de que las primeras figuras del movimiento hablaran, el grupo musical Santa Revuelta le puso un poco de calor al lanzamiento de la fórmula para la Jefatura de Gobierno. En este momento, la familia Zamora también estuvo presente, ya que Sebastián, el hijo del diputado, cantó una de las canciones que ofreció el conjunto musical. El candidato, como buen padre, no ocultó su orgullo por la participación del vástago.
Zamora no desarrolló un típico discurso de campaña. Sin flamígeras consignas, prefirió justificar los motivos de su participación en la lucha electoral. Reconoció, antes que nada, que lo primordial por estos días en cualquier militante popular pasa por “rechazar la guerra imperialista de (George W.) Bush y (Tony) Blair porque es un deber no sólo del ciudadano porteño sino de la humanidad toda”, dijo y despertó el primero de los dos aplausos del discurso.
El candidato de AyL reconoció que la batalla por el que se vayan todos “la hemos perdido”, sobre todo cuando el presidente Eduardo Duhalde convocó a elecciones solamente para elegir a su reemplazante. “Duhalde manipuló la convocatoria para que se queden todos”, dijo a modo de justificativo por su decisión de no participar en los comicios presidenciales. De todas formas, nada dijo sobre las razones por las que su partido presentará a la médica Marta De Brassi, el trabajador metalúrgico Carlos Piñeiro y al militante barrial Ricardo Din como aspirantes a una banca de diputados nacionales. Ello no evitó que hiciera referencias a los candidatos presidenciales del PJ que, como afirmó, “hace un año están de campaña, gastando miles de pesos, sin poder superar el 20 por ciento de intención de voto”. Razones suficientes para Zamora paraadvertir que estos datos están dando una señal de que “algo está cambiando y que la lucha para que se vayan todos todavía no ha finalizado”.
A pesar del tono pausado que utilizó durante buena parte de su discurso, Zamora se mostró entusiasmado con el desafío que tiene por delante: “Construir poder desde abajo es apasionante y hermoso porque les estamos demostrando a los de arriba que podemos cambiar. Juntémonos, cada uno somos una gota de agua, pero juntos un torrente imparable”, arengó al tiempo que un fuerte aplauso tapó su voz.
Antes del candidato hablaron Oliveto y Molina. La candidata a legisladora leyó un texto que envió el psicoanalista y dramaturgo Tato Pavlosvsky y el compañero de fórmula desgranó algunos detalles de lo que debería ser la transformación del gobierno de la ciudad.