Ya con fecha de elección para renovar autoridades, la interna de la CGT está al rojo vivo. Mientras el moyanismo se muestra confiado en lograr los votos necesarios para continuar al frente de la central obrera, los Gordos continúan con su embestida y su armado para desbancar al actual secretario general, Hugo Moyano. “Lo que pretendemos es unirnos, no queremos tampoco echarlo como se echa a un perro”, aseguró el secretario general de Luz y Fuerza, Oscar Lescano, portavoz de la oposición cegetista. El sindicato de Camioneros salió a responderle al dirigente lucifuercista y lo acusó de usar “la traición como moneda corriente”. Mientras especulan quién tiene más apoyos para lograr la secretaría general, esta semana se reunirá un cónclave antimoyanista.

“Antes del confederal, pretendemos que una delegación vaya a verlo. Esto para no confrontar, para no hacer el papelón de perder en un acto eleccionario. Si no quiere, mala suerte, tendremos que confrontar”, destacó Lescano, que descuenta una victoria de quien se enfrente a Moyano. El candidato más firme es el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, que ya mantuvo algunas reuniones para lanzarse al ruedo. Otro que aparece con chances es el mecánico Ricardo Pignanelli, ambos de buena llegada con la Casa Rosada. En el mismo encuentro de la mesa de la CGT en el que se cerró el 12 de julio como fecha para las elecciones, Moyano anunció su intención de ser reelecto.

El Sindicato de Choferes de Camiones que conduce Moyano no hizo esperar su respuesta a Lescano. “Hoy convertido en vocero de La Cámpora, ataca la figura de quien puede decir con la frente levantada que combatió el modelo económico de los ‘90”, señalaron en un comunicado, cuestionando la figura de Lescano porque “apoyó las privatizaciones y fue cómplice de la desaparición de miles de puestos de trabajo genuino”.

Esta semana volverán a reunirse los Gordos, los independientes y el barrionuevismo para avanzar en su estrategia para derrotar a Moyano, tal como lo hicieron el lunes pasado. Además, Lescano anunció que “en quince o veinte días” se reunirán cerca de cincuenta dirigentes para firmar un documento de la línea antimoyanista. “En la reunión va a haber más de 45 organizaciones que aportarían 1300 de los casi dos mil congresales que podrán votar en las elecciones del 12 de julio”, aseguró el titular del gremio de la alimentación y ex secretario general de la CGT Rodolfo Daer. El referente de los Gordos agregó que “esa cifra es la mayoría absoluta del confederal”, y aseguró la asistencia de Caló al encuentro. El dirigente metalúrgico es visto como posible prenda de unidad de los distintos espacios que conviven en la central sindical.

Los delegados que conforman el confederal en el que se va a elegir a la nueva conducción de la CGT son casi dos mil. Después de la reunión que mantuvo la mesa de conducción se anunció la incorporación de cincuenta sindicatos que se acercaron a la central obrera, cuyos afiliados ingresaron al padrón general. Entre los distintos sectores se diputan las mayorías necesarias para sentarse a la cabeza de la CGT. El moyanismo se muestra calmo. Seguro de lograr su continuidad, Moyano se garantizó una porción de los representantes en el confederal al acercarse al duhaldista Gerónimo “Momo” Venegas, de los peones rurales. Realizó un intento fallido por aliarse con el gastronómico Luis Barrionuevo e intentó acercar al secretario general de la UTA, Roberto Fernández, pero el colectivero apareció dos días más tarde en el cónclave opositor a Moyano.

“¿Sabe cuánto perdieron los Gordos?. Yo no sé en qué se basan para decir que tiene esos números. No coinciden para nada con los nuestros”, apuntó Omar Plaini, líder de los canillitas. “La Unión Ferroviaria era de los Gordos y ahora está con nosotros; los bancarios no eran moyanistas y ahora también están con nosotros. Estamos tranquilos –agregó el diputado–, los Gordos hace más de dos años que no vienen a la CGT, no tienen ni idea de cómo es el padrón actual.”