EL PAíS › EL VICEPRESIDENTE RATIFICó SUS DENUNCIAS CONTRA EL ESTUDIO DEL PROCURADOR Y CONTRA EL TITULAR DE LA BOLSA DE COMERCIO
El vicepresidente sostuvo en su escrito ante la Justicia que el estudio de la esposa de Righi le ofreció hacer lobby en Tribunales para que no tuviera problemas. El procurador puso a disposición su renuncia, que le fue aceptada por la Presidenta.
› Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
Tras la denuncia presentada ayer por el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, el procurador general de la Nación, Esteban Righi, puso su renuncia a disposición del Poder Ejecutivo y a la noche la presidenta Cristina Kirchner resolvió aceptarla. Boudou sostuvo ante la Justicia que el estudio que integra la esposa de Righi le ofreció hacer lobby en los tribunales de Comodoro Py, presagiándole que iba a tener problemas, lo que el vicepresidente vincula con la causa judicial actual, relacionada con Ciccone, en la que se pretende involucrarlo. En el mismo texto, Boudou denunció también que el titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, se presentó ante él en 2011 sugiriendo un virtual arreglo económico para favorecer a la empresa Boldt en su intento de retener el manejo de la quebrada Ciccone Calcográfica.
Righi, afectado por la denuncia contra el estudio jurídico familiar, volvió ayer desde Nueva York con la decisión tomada. Mantuvo un encuentro en buenos términos con el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, ofreció su renuncia y un poco más tarde le fue aceptada. El Ejecutivo tendrá ahora que designar un nuevo procurador, que requerirá del acuerdo del Senado con el voto de los dos tercios de los senadores presentes. La causa iniciada por la denuncia de Boudou quedó en manos del juez federal Ariel Lijo y el fiscal Jorge Di Lello.
Los dos hechos que denunció el vicepresidente se produjeron en momentos distintos. En 2009 fue visitado, dijo, por Ana María García, esposa de Righi; María José Labat, esposa del actual ministro de Seguridad porteño y ex juez federal, Guillermo Montenegro, y el abogado Fabián Musso, todos integrantes del estudio García, Labat, Musso y Righi. Hubo un segundo encuentro con los abogados, en mayo de 2010. Más tarde, en marzo de 2011, relató que se produjeron dos reuniones con Adelmo Gabbi. Lo que según Boudou tienen en común ambos hechos es que en el encuentro con los abogados le dieron a entender que tendría problemas legales serios en los tribunales federales y que necesitaría ayuda. El vicepresidente sugiere que esos supuestos problemas que le profetizaban son los que tiene ahora, vinculados con Ciccone y Boldt.
Transcurrido más de un año, se produjo la entrevista con Adelmo Gabbi. Este le advirtió que Antonio Tabanelli, el dueño de Boldt –una megaimprenta y también una poderosa empresa que maneja buena parte del juego en la provincia de Buenos Aires–, quería “destruirlo” y que para evitar esa ofensiva le ofrecía un arreglo económico. El motivo de la ofensiva de Tabanelli era que quería quedarse con Ciccone.
Desde el punto de vista judicial, la denuncia apuntaría a un tráfico de influencias en el caso del estudio de abogados y a una tentativa de cohecho en el caso del titular de la Bolsa. Boudou señaló en el texto que “las circunstancias denunciadas fueron desdeñadas ante la carencia de seriedad que aparentaban poseer por aquel tiempo, pero que posteriormente y a la vista de las actuales circunstancias que rodean el caso Ciccone-Boldt advierte la gravedad y que deben ser puestas en conocimiento de la Justicia”.
Como es evidente, la presentación del vicepresidente afectaba a Righi, por tratarse de un estudio jurídico de su familia. Fuentes vinculadas con el Ejecutivo ratificaron el respeto por la figura de Righi, pero, al mismo tiempo, pusieron el acento en cierta falta de firmeza del procurador –una pieza clave en la Justicia– ante lo que consideran un manejo irregular en la causa Ciccone y en algunos otros expedientes. Además, Righi apoyó la designación como juez de Daniel Rafecas y al ser jefe de los fiscales, lo es de Carlos Rívolo. El fiscal impulsa la investigación que apunta a Boudou por Ciccone y Rafecas convalidó medidas pedidas por él.
Respecto de la otra parte de la denuncia, Adelmo Gabbi anunció que demandará al vicepresidente y que va a defender “su buen nombre y honor”. El presidente de la Bolsa negó que haya hecho gestiones a favor de Tabanelli o de Boldt, aunque no dio precisiones sobre aquellas dos entrevistas mencionadas por Boudou. “Todo es falso”, insistió.
En las cinco fojas de la denuncia Boudou transcribe gran parte de lo mencionado en la conferencia de prensa del jueves:
Relata en el escrito que fue visitado por los integrantes del estudio García, Labat, Musso y Ri-ghi el 3 de julio de 2009, siendo entonces titular de la Anses. “Me señalaron que por ser nuevito en esto y a fin de lograr resultados satisfactorios en la tramitación de las causas en general, debería contratar sus servicios, ya que adujeron tener buen lobby, influencia y contactos en la mayoría de los juzgados federales de Comodoro Py. Les expliqué que no creía encontrarme comprendido en ninguna de las situaciones judiciales que ellos indicaban y así fue que los despedí”.
“Ya en 2010, siendo ahora ministro de Economía, fui nuevamente visitado por los nombrados profesionales el 20 de mayo de aquel año. Me reiteraron el ofrecimiento de sus servicios, ya que sólo contando con la capacidad de lobby que ellos poseían lograría cerrar causas en trámite. En esta segunda reunión estuvo mi letrado, el doctor Eduardo Durañona, y me quedé con la sensación de estar en presencia de personas que venden humo.”
“Claro que hoy –continúa el escrito–, me resulta el hecho de haber ignorado el mensaje que se me estaba enviando, siéndome evidente que por las relaciones que esos letrados poseerían con ciertos funcionarios judiciales y a la vista de las actuales circunstancias de la denominada causa Ciccone-Boldt, me llevan a reinterpretar todo aquello de un modo hoy ciertamente diferente y atribuyendo una entidad a aquellas circunstancias que en aquel entonces no pude observar.”
En cuanto a la denuncia contra Adelmo Gabbi, el texto enumera:
“Lo recibí el día 3 de marzo de 2011 en una audiencia que había solicitado. En dicha reunión me refirió que estaba preocupado y asustado porque le habían dicho que la gente de Boldt decía que me iban a destruir si no los ayudaba a mantener la planta de Ciccone y a concretar el negocio de impresión de billetes que tenían ya arreglado. En particular, que el señor Tabanelli era una persona muy importante, influyente y que era de cuidado. Yo le manifesté mi sorpresa y que no conocía a esa persona ni a nadie de la firma Boldt. Continuó diciéndome que lo tomara en serio, que él podía interceder y que sabía que Tabanelli era una persona de códigos y que solo hacía falta ponerle un número a mi acompañamiento. Yo le respondí con evasivas, sin poder salir de mi asombro de tan fantástico planteo.”
“El 11 de marzo volví a recibirlo, siempre a su pedido, aunque esta vez mi atención no resultó cordial. Tuve la intención de referirle mi total escepticismo y falta de credibilidad ante el fantasioso relato, diciéndole además que no quería recibir ni transmitir de su parte mensaje alguno para con terceras personas.”
n“En ese momento tomé aquellas expresiones como irrelevantes, propias de quien deseaba mostrarse ante terceros como poseedor de ciertas influencias sobre un funcionario de alto rango. No había advertido entonces que aquello podía tratarse de algo serio ni de un ofrecimiento en concreto de un pago indebido.”
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