EL PAíS › LA PUJA POR LA CONDUCCION DE LA CENTRAL SINDICAL
Tres dirigentes sindicales hablaron con Página/12 sobre la renovación de la cúpula cegetista. Omar Plaini avaló la continuidad de Hugo Moyano. Oscar Lescano y Alfredo “Barba” Gutiérrez se pronunciaron por un cambio. Los argumentos de unos y de otros.
“Moyano a través de su experiencia, sus convicciones y su propia lucha es quien mejor expresa el sentir de la clase trabajadora”, argumenta Omar Plaini, escudero del titular de la CGT, Hugo Moyano, a pocos días de que el dirigente camionero anunciara su voluntad de ir por un nuevo período al frente de la central obrera, a pesar de que sabe que hay un sector importante que apoyará otras candidaturas. Para el canillita, miembro de la mesa de conducción cegetista, la cuestión no se definirá hasta julio, fecha de la elección, y si bien aclaró que “la unidad es un objetivo en sí mismo” advirtió que “la realidad tiene otra dinámica” y que se podría “complicar”.
–¿Cómo ve el panorama interno de la CGT desde acá hasta julio?
–Todavía faltan prácticamente tres meses, hay muchísimo tiempo por delante, por lo tanto creo que va a correr mucha tinta y la realidad objetiva es que recién entonces se va a definir. Hay que quitarle dramatismo: en definitiva no es más que un Congreso General de la CGT, algo en la lógica de la militancia gremial.
–La historia dicta que cuando se llegó en condiciones parecidas fue difícil mantener la unidad de la CGT...
–No se puede traspolar la historia automáticamente. Lo importante es que el movimiento obrero se va a expresar a través de su representación. La unidad es un objetivo en sí mismo que tiene la clase trabajadora porque la fortalece ante los patrones y distintas circunstancias que va viviendo. Está demostrado históricamente que la fortaleza es mayor en los casos en que hay una central y no múltiples centrales. El objetivo siempre es ése, pero se puede complicar.
–¿Avisora complicaciones?
–Siempre se nos dijo que el que gana conduce y el que pierde acompaña. Después la realidad tiene otra dinámica. Lo más importante es encontrar la solución que refleje lo que más quieren los trabajadores.
–Se habló de modificar el estatuto y establecer el voto directo de los afiliados...
–Nosotros creemos que lo más conveniente ahora es el voto secreto y directo de los congresales. Eso no quita que podamos hacer análisis y pensar que en algún momento se evalúen otras posibilidades.
–¿Una dirección colegiada podría ser una alternativa?
–Me parece que en estas circunstancias más bien veo que se elegirá a un secretario general y en todo caso se destacará el rol del Consejo Directivo. Tengo la impresión de que eso va en la dirección de lo que los trabajadores expresan.
–Tras tantos años, ¿qué impulsa a Moyano a buscar otro período?
–La continuidad de Moyano parte de una objetividad, de la realidad que le manifiesta mayoritariamente la clase trabajadora. El recorre el país, se sabe, y en todo este recorrido los trabajadores piden su continuidad. Esto es lo que Moyano recoge en cada lugar al que va. Está claro que es un personaje que trascendió los límites de la política sindical, sin ninguna duda, ya es un dirigente sindical, político y social.
–¿Se puede ganar la CGT sin apoyo del Gobierno?
–Acá lo importante es lo que quieren los trabajadores, no lo que quiere el Gobierno, por lo tanto no me parece que eso vaya a ser un problema. Moyano es, por trayectoria y por compromiso, el más importante de los dirigentes sindicales en la argentina, y a esta altura del partido ya es, sin dudas, más que eso: una figura de relevancia sindical, política y social.
–¿Cree que se está a tiempo de alcanzar un consenso todavía?
–Si hay que ir a una compulsa, bienvenida en nombre de esa democracia sindical. Lo importante también es pensar para qué queremos elegir un secretario general. Cuál es el programa. De qué hablamos. Qué objetivos nos estamos planteando. En eso la dirigencia actual ha demostrado su compromiso inclaudicable al frente de los trabajadores: durante la dictadura, en los ’90, en esta etapa siendo protagonistas de un proyecto nacional y popular. Obviamente hoy hay diferencias entre la CGT y el Gobierno porque hay una agenda de la CGT y planteamos que hay que sentarse a dialogar para resolverlo. Dialogar no es bajar las banderas.
“Será fácil vencer a Moyano en una confrontación electoral”, se jacta Oscar Lescano, titular del gremio de Luz y Fuerza y miembro de los Gordos, históricos opositores a la conducción del camionero y que ahora sienten que, de la mano de una alianza amplia con otros sectores cegetistas, pueden arrebatarle la conducción de la central. Lescano propone cambiar las autoridades de la CGT para “gestionar” y “resolver los problemas de los trabajadores”. Aunque se mostró a favor de la candidatura del metalúrgico Caló, Lescano asegura que el nombre se definirá “en los últimos días” antes del congreso federal: “Buscamos primero la unidad del movimiento.”
–Hace mucho que no se llega a una definición de autoridades en la CGT con un panorama tan abierto...
–Yo lo veo muy claro, muy resuelto: hay resistencia a Moyano. Una cantidad de gremios importantes como la UOM, la Uocra, Sanidad, Comercio, no lo apoyan. Otros gremios, como Ferroviarios, están ahora con nosotros. Ya pasamos fácilmente el 50 por ciento, según nuestros cálculos. Moyano va a resistirse, no va a querer irse, pero nosotros queremos la unidad, incluso con los camioneros. Nosotros vamos a sacar un documento en los próximos días donde vamos a plantear qué clase de sindicalismo queremos: una institución que piense, razone y defienda los derechos de los trabajadores.
–¿Quiénes serían ese 50 por ciento?
–El 50 por ciento es la cantidad de congresales que integrarían este grupo, son los Gordos, los independientes, los barrionuevistas, algunos que estaban con Moyano...
–¿Cree que va a haber unidad en un grupo tan variopinto?
–Ya está unificado. Hemos hecho una primera reunión previa donde decidimos ir en unidad, para buscar una conducción que no sea la de Moyano. Moyano no supo contener, no supo unificar. No va a ser difícil vencerlo en una confrontación electoral. Estamos unidos. Hay diferencias y se pueden hacer críticas, pero el compromiso es gestionar y solucionar los problemas de los trabajadores que se generan por la pelea entre la CGT y el Gobierno, que en realidad no es de la CGT sino de Moyano.
–¿Cómo estará la central al día siguiente de la designación de las nuevas autoridades?
–Trabajando. Tenemos que ponernos a gestionar. Encontrar un compromiso con el Gobierno: pedir audiencia con la máxima responsabilidad de conducción para exigirle respuestas.
–Pero, ¿hacia adentro? ¿Se mantendrá la unidad?
–Hacia adentro de la CGT no va a haber ningún problema. Quizás alguno no nos acompañe pero nosotros tenemos que permanecer unidos.
–¿Tienen relación con el Gobierno en este momento?
–No nos llaman, ni llamamos. Caló tiene buena relación, me parece bárbaro, eso puede facilitar algunas gestiones, pero la CGT tiene su agenda, como fue históricamente. Una agenda que discuten los trabajadores, sí, pero mediante el diálogo entre todos los sindicatos y no como ahora que Moyano hace y deshace a su antojo. Estamos pintados como cuadros.
–¿Le parece que Caló es el mejor candidato para reemplazar a Moyano?
–La UOM en el movimiento obrero tiene una historia muy particular y es una entidad muy importante y que lo hayan apoyado es importante pero para nosotros no está nada dicho. Busquemos primero la unidad del movimiento obrero y en los últimos días se definirán los nombres, no nos quita el sueño. Será aquel que interprete mejor un proyecto de movimiento obrero. Caló está en condiciones de serlo, Pignanelli, Andrés Rodríguez también puede ser sin ningún problema.
–¿Y la posibilidad de una dirección colegiada?
–La dirección colegiada estará en un secretariado que se va a reunir semanalmente para discutir todos los temas, en el que todos tendrán participación.
“La relación con el Gobierno no puede ser confrontativa”, dice, tajante, Francisco “Barba” Gutiérrez, intendente de Quilmes y dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que esta semana en un congreso nacional masivo respaldó la candidatura de su titular, Antonio Caló, para la secretaría general de la CGT que se dirimirá en julio. Para el dirigente metalúrgico, la relación entre el sindicalismo y la Casa Rosada pesará en la definición, tras la cual, sostiene, se abrirá una nueva etapa con “un sindicalismo que esté más identificado con la industrialización”, en la que espera que la actual conducción cegetista siga acompañando a las nuevas autoridades que sean electas.
–¿Estamos ante un momento bisagra para el sindicalismo en la Argentina?
–Está claro que acá tras la etapa de Moyano se abre una nueva alternativa para el movimiento obrero, y tiene que ver con la participación de los trabajadores dentro del modelo que lleva adelante la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y en cómo se profundiza. Con participación política no en el sentido electoral, sino en el sentido de participar en la toma de decisiones. El movimiento obrero tiene que exigirles a los otros actores un mayor esfuerzo por el país, y para eso me parece que es necesario un ciclo nuevo que va más allá de lo retórico.
–Esta semana la UOM dio un fortísimo respaldo a Caló, un candidato que proviene de sus filas...
–Es necesario un sindicalismo que esté más identificado con una etapa de industrialización y en ese sentido creemos que es el momento de la Unión Obrera Metalúrgica. Pero eso tiene que ser consensuado con el movimiento obrero, tienen que aportar todos los sectores. Hoy no hay una línea política hegemónica hacia adentro, hay distintos sectores, pero hay que consensuar entre todos en vez de imponer las decisiones uno sobre los otros.
–¿La relación de los candidatos con el Gobierno va a ser un factor relevante en la elección de autoridades?
–Obviamente: la relación no puede ser confrontativa, tiene que ser de diálogo para profundizar el modelo económico. Tomando las palabras de un viejo dirigente histórico, como Lorenzo Miguel, se parte de una base, y de ahí para arriba se puede negociar y discutir. La participación de los trabajadores en la riqueza tiene que seguir creciendo pero eso no se va a lograr desde la confrontación. La conducción de la CGT tiene que incluir a todos y apoyar a cualquier gobierno que esté identificado con los intereses de los trabajadores. Y Moyano también tiene que ser parte de este proyecto.
–¿Qué lugar debería ocupar Moyano en la CGT después de julio?
–Así como nosotros hemos acompañado a Moyano, y siendo uno de los gremios históricos del movimiento obrero estuvimos al lado de él, si en algún momento hay consenso de que sea la UOM la que encabece la CGT corresponde al otro acompañar.
–¿Existe la posibilidad de que tras las elecciones vuelva a quebrarse la central?
–No creo que haya una ruptura. Creo que hace bien que varios tengan aspiraciones pero una vez que exista un consenso todos tienen que aportar para que se avance en una dirección.
–¿Confía en que se consiga un consenso o se definirá a través de una votación?
–Yo creo que sí. Eso no significa que estén todos juntos, hay diferencias. Yo fui muy crítico de los Gordos y eso no me limita a sentarme con ellos a discutir la estrategia del movimiento obrero. La mayoría es siempre, al final, la que indica el rumbo. Todo el mundo hace una estrategia de acumulación: hay tres mil congresales, hay que ver quién construye una mayoría. Una vez que esa mayoría está clara, no creo que sea necesario contar los votos, va a estar claro que hay un ganador.
–Otras veces en situaciones similares se llegó a un acuerdo alrededor de una dirección colegiada...
–Sería ir para atrás. Estamos en un gobierno democrático que desarrolla un modelo que todos compartimos: podemos discutir matices o formas pero no el fondo, que ya está claro. En ese sentido no tiene razón de ser hablar de alguna dirección colegiada.
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