“La carta autoincriminatoria del señor Brufau” es el título del cuarto capítulo de los fundamentos de la iniciativa enviada ayer al Congreso. En dos carillas (de un total de 46), el Ejecutivo critica el Plan de Inversiones que había propuesto semanas atrás Repsol, incluido en una carta dirigida a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por el propio CEO de la compañía, Antonio Brufau. “La propuesta consiste en ‘subconcesionar’ las áreas a ellos otorgadas en concesión pero que ahora confiesan que no pueden explorar ni explotar adecuadamente”, puede leerse en los fundamentos.

En una carta fechada el 2 de abril, Repsol menciona un Plan de Negocios a través del cual YPF podría resolver los problemas energéticos del país. Sostiene que podría incrementar la producción de crudo en un 30 por ciento y la de gas en un 20 por ciento. “Sin embargo, la empresa indica que no se encuentra en condiciones de implementarlo en la actualidad, ya que excede la capacidad inversora de YPF (...). Entonces, cabe preguntarse cómo se propone llevar adelante dicho plan”, sostiene el texto enviado por el Ejecutivo, que cuestiona la actitud del grupo español que hoy califica de “ilícita” la decisión del gobierno argentino.

La respuesta de Brufau, narrada por el Ejecutivo, resulta ingeniosa: “Las provincias y el Estado nacional podrían tomar una participación en la inversión en cada campo”, habría respondido. “¡Generoso ofrecimiento! Justamente Repsol, principal causante de la situación actual debido a las decisiones empresariales, se ofrece ahora como un salvador capaz de revertir la grave situación a la que llevaron el país”, expresa el texto del Ejecutivo.

Como si esto fuera poco –indican los fundamentos del proyecto–, Brufau confiesa que YPF mantuvo negociaciones con significativos ofertantes que representan compañías internacionales. “Vale decir que ya están dando pasos en esta dirección, ofreciendo a otras empresas lo que no les pertenece”, agrega el texto.

A confesión de partes, relevo de pruebas. “Esta desvergonzada propuesta no hace más que reforzar los argumentos que conducen a tomar la decisión que se encuentra corporizada en el proyecto de ley”, finaliza el capítulo dedicado a Antonio Brufau, CEO de Repsol.