Jue 24.04.2003

EL PAíS  › ACTO DE ELISA CARRIO EN LA FEDERACION DE BOX

“Pelea contra el régimen”

La candidata del ARI se reunió con 3500 adherentes que actuarán como fiscales en las elecciones. Advirtió sobre posible fraude.

› Por Felipe Yapur

La recibieron con una ovación y al son del cántico: “Olé, olé, olé, olá. No es comandante, no es general, es una gorda nacional y popular”. Con una sonrisa de oreja a oreja y tomada de la mano de Gustavo Gutiérrez, su candidato a vicepresidente, Elisa Carrió saludó y festejó la ocurrencia de los 3.500 fiscales que colmaron el estadio de la Federación de Box. Con un discurso corto e intenso, la chaqueña anticipó el triunfo del ARI: “El domingo, el pueblo votará con la conciencia, que es la voz del alma, la voz de Dios. Yo sé que millones de argentinos no ensuciarán sus manos y no serán cómplices al no votar lo peor del país”.
Si bien se trató de un acto con los fiscales que controlarán el escrutinio, la reunión de ayer se pareció mucho a un cierre de campaña. Los fiscales porteños y de la provincia de Buenos Aires se apretujaron en un estadio que terminó siendo pequeño para la convocatoria que tuvo.
El discurso de Carrió fue particularmente duro contra el establishment financiero y al mismo tiempo generoso y agradecido con sus militantes. Antes de subir al palco que tenía un gran cartel que rezaba “fiscales para ganar”, la candidata presidencial del ARI habló con los periodistas en los vestuarios del estadio de box. Un cronista de la televisión checa quiso saber sobre la reacción de los sectores de mayores recursos ante su propuesta de implementar una mejor distribución de la riqueza. “¿Cómo cree que convencerá a los ricos para que den más a los pobres?”, preguntó con un dificultoso español. “No se preocupe, no hay que convencer a los ricos. Hay que hacer justicia”, respondió tajante la chaqueña. Luego insistió con su denuncia sobre el posible fraude del domingo: “Yo le tengo miedo al boca de urna de las tres de la tarde porque estará en manos de (Eduardo) Duhalde. Entonces, si su candidato no está ganando puede haber problemas, incidentes. Yo esto lo digo sólo para poner sobre aviso a los responsables”, dijo mientras guiñaba con picardía su ojo derecho y desde el estadio llegaba un permanente bullicio convocando a la candidata.
Ya en el palco, Carrió insistió con su llamado a votar con conciencia. Le habló a las mujeres, les pidió que militaran, que convenzan a sus maridos “que se resisten a votar a una gorda”. Manejando muy bien los tiempos del discurso, la chaqueña logró que los presentes la acompañaran con aplausos, con silbidos y abucheos cuando atacó a los que la atacan y hasta consiguió que varios derramaran lágrimas cuando su discurso tuvo un costado emotivo. Luego les pidió que sean valientes y que se preparen a “resistir la embestida de los violentos y patoteros” que intentarán perjudicar al ARI. Anticipó que “esta es una pelea contra el régimen, contra esos candidatos que votan mirando a la Bolsa”, señaló con voz firme y con el ceño fruncido. Inmediatamente después mostró una amplia sonrisa para sostener que “vamos a tener dificultades porque el régimen no les perdonará que apoyen a una candidata que no se peina frente al poder económico, que no hociquea ante el establishment”, indicó al tiempo que de las tribunas bajaba una estruendosa ovación. Con un tono más intimista los calmó al recordar que pronto terminará todo: “Faltan sólo dos tapas de diario que digan que me estoy cayendo a pedazos”, dijo y no pudo continuar por la furibunda silbatina. Cuando el griterío pasó, Carrió tomó aire para anunciar que “el domingo viene el triunfo. Miren si después mi sodero encuestador tiene razón. Ya lo veo debatiendo con los encuestadores que utilizan sus conocimientos y su saber para ser mercenarios de los otros candidatos”.
A pesar del exitismo que flotaba en la Federación de Box, Carrió no descuidó la posibilidad de una derrota al sostener que “nacimos para luchar todas las veces que sea necesario hasta que la verdad triunfe. Yo no necesito cargos públicos para pelear por la justicia”, dijo para luego afirmar que “para ser presidente no se necesita tener un aparato político.Se necesita autoridad moral. A mí me critican por el exceso de peso, porque creo en Dios y porque soy mujer. Sin embargo, el resto de los candidatos no pueden explicar su responsabilidad en el tráfico de armas, el narcotráfico, el saqueo y la entrega de la Nación. En definitiva, nos atacan por lo mejor que tenemos”, dijo y se fue otra vez bajo una ovación.

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