Los estudiantes de la Escuela Carlos Pellegrini tomaron ayer el colegio en reclamo de un bar institucional, financiado por la Universidad de Buenos Aires –de la que depende la escuela– y no privatizado. También piden un servicio de fotocopias. Ante la medida de fuerza, que podría prolongarse hoy e incluso hasta el viernes, las autoridades del Pellegrini, encabezadas por el rector Marcelo Roitbarg, resolvieron suspender “todas las actividades académicas”.

“No vemos correcto que dentro de una institución pública se lucre y haya concesiones privadas”, dijo el presidente del centro de estudiantes, Diego Belaunzarán Colombo, de la agrupación independiente Cambalache. “No tiene que haber dentro del colegio un empresario que venga a lucrar con nuestra educación. No pedimos que nos regalen la comida, sino que el colegio se haga cargo, que controle los precios y se elaboren menúes supervisados por nutricionistas”, sostuvo.

El reclamo de los estudiantes ya lleva varios meses, comenzó tras la finalización de la concesión que explotaba el bar. El Consejo Escolar Resolutivo –el órgano que reúne a profesores, graduados y alumnos en los colegios secundarios de la UBA– aprobó la propuesta de instalar un bar institucional, a cargo de la escuela y manejado por personal no docente, con asesoría de un nutricionista.

Pero el proyecto no tuvo suerte en el rectorado de la universidad, que rechazó otorgar personal y presupuesto para la iniciativa. La contrapropuesta de las autoridades de la UBA fue que el bar sea sostenido por la cooperadora de la escuela, con un eventual subsidio de la universidad, lo que fue rechazado por el Consejo Escolar Resolutivo.

Los estudiantes realizaron una primera toma por este reclamo a fines de junio y ayer, después de concluidas las pruebas previas al receso de invierno, el conflicto volvió a aflorar. Las asambleas de alumnos decidieron tomar la escuela hasta hoy, y esta mañana discutirán si continúan con la medida. La idea de los dirigentes estudiantiles era prolongarla durante toda la semana si no obtienen una respuesta de las autoridades. Además de las exigencias relacionadas con el bar, los alumnos piden un servicio de fotocopias y se pliegan a los reclamos docentes de regularización de los concursos.