EL PAíS › HECTOR MAGNETTO, EL CEO DE CLARIN, ASISTIO A LA AUDIENCIA DE CONCILIACION CON LOS HERMANOS PAPALEO
Lidia Papaleo, viuda de David Graiver, acusó a Magnetto de haberla amenazado de muerte para que cediera las acciones de Papel Prensa. El empresario la demandó por daños y perjuicios. Sus abogados no llegaron a ningún acuerdo. Sigue el juicio.
El CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, y los hermanos Lidia y Osvaldo Papaleo, que lo vincularon con la apropiación ilegal de las acciones de Papel Prensa durante la última dictadura, cumplieron ayer con la instancia formal de mediación en el marco de una demanda por daños y perjuicios por 1,45 millón de pesos que impulsa el empresario. A pedido del hombre fuerte de Clarín, las partes no se vieron las caras, ni siquiera se cruzaron, y sólo el abogado de los Papaleo, Héctor Rodríguez, ingresó a la oficina donde estaba Magnetto para suscribir el acta que certificó el fracaso de la conciliación obligatoria. Osvaldo Papaleo no habló de la demanda civil al salir de la audiencia, pero sí reiteró su reclamo para que la Cámara Nacional de Casación Penal resuelva la recusación del juez federal Julián Ercolini en el expediente penal por los delitos que le adjudican a Magnetto. El empresario se retiró en silencio.
La causa se inició en septiembre a partir de declaraciones públicas en las cuales los hermanos Papaleo acusaron a Magnetto de participar en la maniobra para que Lidia firmara bajo presión la venta de las acciones de Papel Prensa en beneficio de Clarín, La Nación y La Razón. La papelera pertenecía originalmente al esposo de Papaleo, el banquero David Graiver, quien murió el 7 de agosto de 1976 en “un accidente provocado”, según la viuda, que heredó las acciones. Las amenazas de Magnetto habrían ocurrido en oficinas del diario La Nación en la noche del 2 de noviembre de 1976. Según la mujer, tras la muerte de Graiver la familia recibió “amenazas de todo tipo”. En ese contexto fue citada junto a los padres y el hermano del banquero a “un salón grande” del diario de los Mitre, relato que ratificó con lujo de detalles el 29 de mayo ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata. “Magnetto me amenazó a mí y a mi hija (María Sol Graiver). Recuerdo sus amenazas y la forma en que me miraba, una mirada que no voy a olvidar nunca. Decía que debíamos firmar o perdíamos la vida mi hija o yo, eran amenazas de muerte”, dijo a los jueces, antes de comenzar a explayarse sobre el secuestro y las torturas que recibió meses después en Puesto Vasco, uno de los centros clandestinos del ex Circuito Camps.
A partir de la acusación, Magnetto inició una demanda por daño moral, que valuó en 1.450.000 pesos. El CEO de Clarín, pese a que impulsó el expediente, no concurrió a las primeras audiencias de mediación, necesarias para despejar el camino al juicio. El 15 de mayo, la Sala A de la Cámara Civil de Capital Federal le ordenó cumplir con esa instancia legal. La audiencia se concretó ayer a las 14 en el estudio de la abogada Mara Orlando, en el séptimo piso de Carlos Pellegrini 1175. Magnetto ingresó junto a sus abogados y pidió no tomar contacto con los demandados, por lo que se ubicaron en oficinas distintas.
Luego de la audiencia, Héctor Rodríguez, abogado de los Papaleo, aseguró que “no se arribó a ninguna conciliación y se cerró el procedimiento conciliatorio, como prevé la ley”. Explicó que “nada de lo que ocurre en la mediación se puede revelar” y que el hecho de “que Magnetto se haya presentado no es una sorpresa porque había una orden judicial expresa para que se cumpla este trámite”. “Ahora ellos tienen que dar traslado a la demanda, nosotros tendremos un plazo para contestarla y se hará lo que se hace en cualquier demanda ordinaria por reclamo de daño. Luego se dictará una sentencia que podrá ser apelada”, detalló Rodríguez.
“Esperé desde el inicio de la democracia el momento para poder hablar y que se retome esta causa”, dijo Lidia Papaleo antes de entrar a la audiencia. En realidad se refería a la acusación contra Magnetto, que a partir de sus declaraciones presentó a la Justicia la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y que cayó en el juzgado de Ercolini, luego recusado por Clarín. La mujer agregó luego del trámite que no se cruzó con el empresario, y que de haberlo visto “no sé qué hubiese dicho, porque pasaron 30 años de espera para que se retome esta causa”. “Yo sigo firme desde el 7 de agosto de 1976 en una causa que hizo estar presa a toda una familia y también hizo morir y desaparecer gente. Lo que me importa es que se haga justicia, lo que me importa es la causa de Papel Prensa, que es una causa de lesa humanidad”, enfatizó.
Su hermano, Osvaldo Papaleo, expresó que ante la demanda por 1,45 millón de pesos “sólo podemos reírnos”. “La entendemos como un juego que hace (Magnetto) antes de tener que declarar por un delito de lesa humanidad”, explicó. Sobre la investigación por la compra ilegal de Papel Prensa, recordó que “no tenemos juez porque recusaron a Ercolini”. “Son delitos de lesa humanidad y esperamos que la causa salga de Casación. Lleva siete meses ahí”, recordó.
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