EL PAíS › LA ADMINISTRACION DE PROGRAMAS ESPECIALES (APE) PASO A LA ORBITA DE LA SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD
El organismo que asiste a las obras sociales con fondos para atender enfermedades complejas quedó a cargo de la santacruceña Beatriz Korenfeld. Con los cambios, Hugo Moyano terminó de perder la influencia que tenía sobre el área.
El gobierno nacional pasó la Administración de Programas Especiales (APE) a la órbita de la Superintendencia de Servicios de Salud, a cargo de la ex diputada Beatriz Korenfeld. Mediante la firma de tres decretos publicados ayer en el Boletín Oficial, la presidenta Cristina Fernández resolvió el traspaso y absorción de la APE y también una reestructuración de toda la cúpula de la Superintendencia, que tendrá cinco gerentes en reemplazo de los once anteriores. En el decreto, se instruye al organismo que conduce Korenfeld a presentar en un plazo de 90 días un nuevo organigrama para la APE, que maneja fondos por más de mil millones de pesos destinados a auxiliar a las obras sociales en la cobertura de enfermedades de alto impacto económico. Distintos dirigentes gremiales, entre ellos el camionero Hugo Moyano, venían reclamando fondos supuestamente adeudados a los sindicatos por un total de 12 mil millones de pesos.
Mediante los decretos publicados ayer en el Boletín Oficial, el Gobierno avanzó con modificaciones en un área sensible en la relación con los sindicatos. Lo hizo poco después de la fractura de la CGT y de recibir al sector encolumnado detrás de Antonio Caló en la Casa de Gobierno. Entre los fundamentos de la medida, el decreto refleja la necesidad de “asegurar un contexto de mayor control y cumplimiento de las funciones del Estado”. La decisión fue recibida de manera dispar por parte de los sindicalistas y con cautela por parte de la oposición, que viene cuestionando hace tiempo el manejo de estos fondos.
El senador radical, José Cano, titular de la Comisión de Salud, sostuvo que la responsabilidad sobre el destino de los recursos no es de Moyano –quien hasta hace poco tenía a personas de su confianza en cargos clave de la APE–, sino del Poder Ejecutivo, que realizó sus designaciones. “Habrá que analizar definitivamente de qué manera se van a administrar estos recursos, que tienen un papel importante en garantizar los tratamientos de alto costo, que son de gran impacto sobre todo para las obras sociales más pequeñas”, agregó el senador radical.
Según informó la SSS, con estas medidas se “garantiza a todas las obras sociales la participación de los fondos del Seguro Solidario de Salud en forma justa y equitativa”. Desde el organismo agregaron que también se les asegura a todos los beneficiarios del Sistema del Seguro de Salud el “acceso a prestaciones de alto impacto económico, administrando en forma equitativa y justa los fondos provenientes del aporte solidario de las obras sociales”.
La situación del APE fue duramente criticada por un informe de marzo último de la Auditoría General de la Nación, que dijo haber encontrado 700 millones de pesos otorgados a los sindicatos sin su respectiva rendición. Entre otras irregularidades, la AGN citó el otorgamiento de subsidios para el tratamiento de 117 personas, ya fallecidas.
En ese contexto, el 3 de julio último, la Presidenta designó a la ex diputada santacruceña Beatriz Korenfeld al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud, en reemplazo de Ricardo Bellagio, vinculado con Moyano. Korenfeld ya venía desempeñándose desde marzo como gerenta general de ese organismo, momento en el que se decidió quitar a la APE de la órbita del Ministerio de Salud que conduce Juan Manzur y ponerla bajo su área de influencia.
Ahora, con las firmas de la presidenta Cristina Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el ministro de Salud, Juan Manzur, se avanzó un paso más en este proceso de reestructuración y ordenamiento. Mediante el decreto 1196, se aceptó la renuncia del secretario general de Superintendencia de Servicios de Salud, Alejandro Romero, que fue reemplazado en el cargo por Claudia Simomutti, mientras que se designó en el nuevo cargo de gerente general a Ariel Lieutier, ex subsecretario de Trabajo del Gobierno porteño.
A través del decreto 1197, se aceptaron las renuncias de seis gerentes, del defensor al beneficiario del organismo y de cuatro subgerentes. Además de Korenfeld como titular, el único funcionario que se mantiene de la anterior estructura es el ex director del Hospital Argerich, Donato Spaccavento, que pasó de la Gerencia de Prestaciones de la APE a la gerencia de Articulación con los Integrantes del Sistema de Salud. Resta aún definir el nuevo organigrama de la APE, actualmente a cargo de su gerente general, Manuel Martín Alves.
Ante la situación crítica de algunas obras sociales, se viene analizando la posibilidad de modificar el mecanismo por el cual el sindicato costeaba el tratamiento y luego el Ejecutivo le reintegraba el dinero. Una de las alternativas es que sea directamente el Estado el que pase a hacerse cargo del paciente.
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