Hilda Duhalde ya tiene a su disposición más de 1 millón de productos para distribuir entre familias carenciadas. Se trata de ropa y alimentos decomisados por la Dirección General de Aduanas que ahora el Ministerio de Desarrollo Social podrá utilizar para fortalecer sus programas asistenciales.
El listado de mercadería entregada por el organismo que conduce Mario Das Neves, y al que accedió Página/12, es variado. Entre las “donaciones” más importantes figuran: 141.306 pares de zapatillas; 69.120 camisas de manga larga; 28.300 suéteres; 108.000 latas de fruta; 94.080 latas de atún en aceite desmenuzado; y 84.000 latas de conserva vegetal.
Estos productos se suman a otros que Chiche Duhalde distribuyó la última semana en Clorinda, beneficiando a más de 427 mil personas, de acuerdo a lo expresado por la ministra durante el último encuentro del gabinete social.
La incorporación de la mercadería le sirve al Gobierno para apuntalar la ayuda social, sobre todo en una semana en la que se darán a conocer los nuevos índices de pobreza y en el que se anuncian nuevas protestas y cortes de ruta. Hasta ahora Chiche cimentaba su tarea en un programa de subsidios para jefes y jefas de familia y en un plan alimentario.
“El Estado tiene la solución dentro del Estado. En un país en default, la Aduana tiene la manera de ayudar”, señaló Das Neves, optimista por la original fórmula que encontró la administración duhaldista para afrontar la crisis y eclipsar escenarios de estallidos.
En el detalle de la mercadería a disposición del Ejecutivo no sólo aparecen ropa y comida. También hay libros científicos, de cuentos, accesorios de computación, y cuadernos para colorear, que se destinarán a escuelas de bajos recursos. El titular de Aduanas se encontrará con el ministro de Salud, Ginés González García, ya que en próxima tanda de donaciones contemplará instrumental médico.
Al asumir en Desarrollo Social, Chiche había señalado que en los 54 puestos aduaneros del país había containers suficientes para llenar varias residencias de Olivos. Entonces, el presidente Eduardo Duhalde echó mano a un decreto de necesidad y urgencia para darle “razón social” a productos que de otra manera serían quemados o vendidos en el mercado negro. Se trata de mercadería incautada en galpones por ser de contrabando o cuyos dueños la abandonaron o no realizaron los procedimientos administrativos legales para retirarla.
La emergencia económica y social sirvió al Gobierno para justificar la nueva normativa. En busca de transparencia, y sobre todo para acallar las voces que detrás de esos movimientos ven políticas clientelísticas, se acordó el monitoreo de voluntarios de asociaciones civiles y otras organizaciones no gubernamentales.
El decreto 54/2002 se refiere expresamente a “mercaderías básicas y de primera necesidad y aquellas otras cuya naturaleza resulte apta para el debido cumplimiento de las actividades específicas asignadas a los organismos del Estado”.
Técnicamente, los productos decomisados por la Aduana se pusieron a disposición de la Secretaría General de la Presidencia. Se buscó así tener la “garantía” directa del más alto nivel del Gobierno. Aunque en los hechos, la cartera de Aníbal Fernández se ocupará básicamente del papelerío para autorizar a Chiche Duhalde el reparto de la mercadería.
“Aduana nos informó qué está en condiciones de ser donado, nosotros ahora se lo notificamos a Desarrollo Social y este ministerio dispondrá qué va a cada provincia, de acuerdo al mapa de necesidades que tienen confeccionado”, señaló Fernández a Página/12. El reparto, dicen en Gobierno, será inminente.