“Le dedicamos este minitriunfo al compañero Diego Martínez y a David Alfonso, que murieron en sus tareas, y a Mariano Ferreyra, que peleó por los tercerizados”, dijo anoche Néstor Segovia en la conferencia de prensa que dieron los metrodelegados en su sede de la calle Carlos Calvo. Hacía minutos habían salido de la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad tras firmar el demorado, y ya consensuado, acuerdo. “Es un acuerdo transitorio de mínima, el problema sigue, nuestro salario no está resuelto, somos los únicos que hace ocho meses no podemos resolver nuestra paritaria cuando hay 1500 cerradas en todo el país. Pero a pesar de eso dijimos ‘vamos a hacer un gesto’, no por ellos que tuvieron desprecio por nosotros, sino por los usuarios”, dijo Roberto Pianelli, secretario general de la AGTSyP (Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro). “Ellos” son, según Pianelli, la empresa Metrovías y el jefe de Gobierno Mauricio Macri, a los que acusó de haber tenido “una brutal actitud coercitiva”.

Martínez trabajaba en el taller Congreso de Tucumán, de la línea D, y Alfonso en el de la estación Constitución, de la C, y ambos fallecieron tras recibir descargas eléctricas del deficiente equipamiento. Anoche los metrodelegados aclararon que quedó pendiente de resolución su pretensión de un 28 por ciento de aumento en sus sueldos, pero no hubo mención a la falta de inversión en mantenimiento y seguridad que, antes del conflicto y en su inicio, venían denunciando como parte del reclamo.

“Les decimos a los usuarios del subte, que nos conocen, que nos ven y saben quiénes somos, que viajan todos los días igual que nosotros, que no nos pone felices tener que resolver nuestros derechos dejándolos diez días sin poder usar el subterráneo. Pero hubo muchos actores en esta película, algunos pretendieron demonizarnos diciendo que complotamos”, dijo Pianelli. “Queríamos resolver esto hace meses, pero la empresa Metrovías y el grupo Roggio y el jefe de Gobierno de la Ciudad, junto con el presidente de Sbase, se dedicaron a tirarnos con artillería pesada, dijeron que fuimos un invento de hace cinco años, cuando todos saben que hace más de doce años que venimos luchando bajo este gobierno y bajo el que estuvo antes”, agregó. Sobre la multa que amenazaron con aplicarles, contestó: “Nos metieron una sanción de cinco millones de pesos y les dijimos que somos mucho menos solventes que Metrovías, tenemos mucha menos plata. Nuestro sindicato no es un sindicato millonario, como muchos de los sindicatos que han hecho de la palabra sindicalismo una vergüenza. El nuestro es un sindicato de trabajadores en el que cada uno colabora con lo mínimo, acá no hay millonarios, acá ninguno andamos con choferes, y lo saben nuestros compañeros de trabajo porque saben dónde vivimos”.

Ante cámaras y micrófonos, Pianelli se despachó contra “los que sí viajan con choferes, los que no conocen el subte salvo para inaugurar estaciones y se la pasan viajando por Europa en lugar de administrar” por el “desprecio que demostraron por los derechos del trabajador”. Y mencionó que se burlaron de la necesidad de viajar ante la muerte de un familiar “miles de kilómetros y tener que volver corriendo a trabajar”, o de la necesidad de una licencia para hacer trámites porque “ellos tienen sirvientes que los hacen”. Este último punto quedó afuera del acuerdo. “Nosotros cuidamos a nuestros hijos, no tenemos institutrices”, agregó. A modo de conclusión, expresó que “fue un conflicto durísimo en el que nos amenazaron hasta de mandarnos presos, y por eso dijimos que no les tenemos miedo. En base a ese acuerdo mínimo suspendemos la medida de fuerza, para seguir discutiendo nuestro salario y condiciones laborales, porque hoy lo que nos dieron fueron migajas, por eso no estamos contentos sino más aliviados”. Y antes de ceder la palabra, se quejó del “grupo monopólico TN que puso en el banquillo a los trabajadores, pero no dijeron una palabra del grupo empresarial Benito Roggio y trataron de blindar de una manera escandalosa al jefe de Gobierno, nos resulta repugnante porque agreden a los indefensos y defienden a los poderosos”.

Por su parte, Luis Ramírez, abogado de la AGTSyP, ponderó la firma del acuerdo como un “reconocimiento explícito de la capacidad de este sindicato para negociar un convenio colectivo y condiciones de trabajo para el subte”. Sintetizó los puntos principales (ver nota central), entre ellos el reconocimiento de una suma de dinero para compensar los jornales caídos durante el conflicto. “Hasta último momento hubo intentos de la empresa y de otro sector para poner que esto estaba condicionado a que la empresa consiga dinero, eso no fue aceptado y por eso este acuerdo que estaba listo cerca de las 19 recién se firmó hace minutos”, dijo Ramírez pasadas las 22. Y enfatizó que el gremio “solamente ha suspendido la medida de fuerza como un gesto para generar las condiciones y continuar la negociación salarial y demás puntos del petitorio”. Sin embargo, cuando le preguntaron a Pianelli si la reunión final en un despacho del gobierno porteño implicaba que la Ciudad se hace cargo del subte, el dirigente respondió. “Muchas veces hicieron cosas y después negaron hacerse cargo del subte, no se sabe que va a decir mañana (por hoy) el jefe de Gobierno, quizá diga que fue en otro lado o que no existió” el encuentro.

Antes de retirarse, Pianelli elogió la actitud de la jueza Patricia López Vergara, que intervino ante el amparo de la legisladora María José Lubertino para tener un ámbito para negociar, y también a los funcionarios de la Subsecretaría de Trabajo “que actuaron ayudando a resolver el tema”. Pero reiteró que “este conflicto pudo haber terminado antes si no lo hubieran politizado”.