Los trabajadores del ingenio azucarero salteño San Martín de El Tabacal continuaron ayer su manifestación en La Planchada, el punto en el que se cruzan la ruta nacional 50 y el ingreso al feudo empresarial, escenario de la represión de la que fueron víctimas el sábado en manos de la policía provincial y que acabó con un saldo de siete obreros internados, dos de ellos con heridas de bala. “Aquí seguimos, con nuestras familias, con vecinos y gente que se acercó, solidaria, porque no se ha arreglado nada”, argumentó Martín Olivera, titular del Sindicato de Trabajadores Azucareros de Salta, quienes reclaman la reincorporación de 57 empleados despedidos. El gobernador Manuel Urtubey viajó a Orán, donde tiene lugar el conflicto entre los azucareros y el ingenio, para “garantizar la paz social”.

Tras una orden judicial al gobierno salteño de liberar la circulación del tránsito, la policía actuó rápido. A las 16 del sábado, entre 300 y 350 efectivos cercaron a los obreros que protestaban en el ingreso de El Tabacal, como le dicen al ingenio, desde hacía seis días. Reclamaban la reincorporación de 57 empleados que habían sido cesanteados, algunos “a modo de represalia, por una causa persecutoria y discriminatoria”, mencionó Olivera en referencia al argumento que la empresa habría aducido en algunas cartas documento con las que comunicó la desvinculación: “La empresa considera que la medida de fuerza que adoptó el sindicato es ilegal”. Muchos de los despedidos habían participado de un paro por reclamos laborales días antes.

Según Olivera, los policías trasladados desde Salta, Tartagal, Aguas Blancas y Embarcación, más los agentes locales, se repartieron entre la manifestación en la ruta y el barrio Villa Las Rosas, en donde vive la mayoría de los azucareros. Allí “entraron a las casas y rompieron cosas”. En la ruta nacional 50, el avance represivo fue con balas de goma y también de plomo. “Vimos a un policía que, luego de acabar sus balas de goma, sacó su pistola reglamentaria e hizo seis disparos con plomo. A un compañero le pegó en una pantorrilla y a otro le rozó una pierna”, resumió el secretario general.

Además de los siete obreros, fueron heridos once policías, producto de los “piedrazos y palos” con los que se defendieron los trabajadores. “Hoy (por ayer) seguimos en la ruta, con nuestras mujeres, nuestros hijos, padres y hermanos. Hacemos cortes intermitentes”, informó Olivera, quien aseguró que se mantienen a la espera de una respuesta de la empresa.

El gobernador Urtubey aseguró que la policía custodiará la transitabilidad en caminos internos del ingenio para “garantizar la conectividad” de la ciudad. También reiteró a medios locales que el gobierno provincial trató de interceder en el conflicto, pero que “las partes están muy reticentes a hacer esfuerzos y se dificulta la búsqueda de soluciones”. “Por supuesto que acompaño a los trabajadores en su defensa de los puestos de trabajo, pero difiero en la metodología elegida”, consideró el gobernador, sin hacer mención a la represión policial. “Fue un megaoperativo con policías de varias zonas que llegaron con la intención de golpear. Todos los funcionarios, desde el gobernador para abajo, sabían de esto”, remarcó el secretario general de los Azucareros. También aseguró que, tras la represión, ningún funcionario de la provincia los llamó o se acercó.