“No somos un país fascista sino profundamente democrático, que nos gusta discutir de política en el colegio, en la universidad, en la calle”, señaló ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner haciendo foco en el conflicto que generó el macrismo porteño por la línea 0800 para denunciar actividades políticas en las escuelas. Las denuncias de “intromisión política” realizadas por el PRO se llevaron buena parte del discurso de la Presidenta en Entre Ríos, donde inauguró un tramo de la ruta 14. Criticó también las represalias sobre los docentes que realizaron una parodia del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

“Hay cierta dirigencia del país que siempre criticó a los regímenes totalitarios, pero hoy tiene prácticas similares al stalinismo que espiaba a la gente y fomentaba la denuncia contra el otro”, señaló la Presidenta en Concordia al poner en uso cuatro tramos de la Autovía Mesopotámica. La política desplegada en el área de Educación en los últimos días por el macrismo se suma a los procesamientos de Macri por escuchas ilegales a familiares de la víctimas de la AMIA. Fernández de Kirchner defendió nuevamente a la militancia juvenil al señalar que “es bueno que afloren los debates”, a la vez que pidió “no temer a las diferencias sino a los que nos quieren hacer callar la boca y no nos quieren escuchar”, y destacó como ejemplo la figura del ex presidente Néstor Kirchner, que “no dejó sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno”,

La semana pasada la agrupación kirchnerista La Cámpora fue acusada de “intromisión política” en las escuelas por desarrollar una actividad educativa con un juego basado en la historieta El Eternauta, del escritor desaparecido Germán Oesterheld. El juego toma la idea del héroe colectivo para que los alumnos aprendan el concepto por sobre el del héroe individual. A partir de la distorsión del tema –acusaban falsamente a la agrupación de utilizar un dibujo con el rostro de Néstor Kirchner– el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, anunció la línea para realizar las denuncias. Además esta semana Bullrich separó del cargo a docentes, incluyendo a la dirección de una escuela porteña por haber realizado una parodia con él y Macri como protagonistas.

“Es curioso que se digan liberales y tengan prácticas de regímenes totalitarios. No somos un país fascista sino profundamente democrático, que nos gusta discutir de política”, sostuvo la Presidenta, y agregó que “una de las cosas más terribles que dejó la dictadura militar fue el miedo a participar, porque había quedado instalado fuertemente que pelear por las ideas, tener convicciones, querer un país diferente era peligroso y te podía costar la vida”, señaló la Presidenta, recordando los años del último gobierno de facto y agregó que “esta es una Argentina en la que no se oculta a nadie más, una Argentina de libertad, donde cada uno puede pensar como quiera, donde los jóvenes tienen derecho a hablar de política en la escuela, en la calle, en la universidad y donde quieran”. Sobre el caso de los maestros destacó que tenía “autoridad moral para decir que nadie ha sido tan criticada, injuriada, parodiada y burlada”, así como el ex presidente Kirchner, y no se había tomado ningún tipo de represalia.

La Presidenta se refirió al cambio en la mirada que se construyó a partir del 2003. “Antes había algunos que miraban deslumbrados al norte y decían: ‘para qué ser amigos de los vecinos pobres, mejor de los ricos’, pero nunca se habían dado cuenta de que los países ricos no tienen socios ni amigos, sino que quieren empleados y subordinados”, dijo y resaltó que “nosotros no lo vamos a ser de nadie, porque somos un país libre con dignidad y orgullo nacional”.