Sáb 07.06.2003

EL PAíS  › DIANA CONTI Y NILDA GARRE RECLAMAN ANTE BELIZ

Por un lugar para las mujeres

“Es una cuestión discriminatoria cultural. Los cargos de mayor poder generalmente son ocupados por hombres.” Así explicó la senadora Diana Conti a Página/12 uno de los motivos que la impulsaron a realizar, junto a la diputada Nilda Garré, un pedido al ministro de Justicia Gustavo Beliz para que considere la presencia de mujeres en la Corte Suprema de Justicia, ante su eventual renovación. “Que el recambio de la nueva gestión no sea sólo generacional, que también se tenga en cuenta la pluralidad de género”, piden.
Las legisladoras del Frepaso presentaron ayer una nota al ministro de Justicia para propiciar que el máximo tribunal cuente con magistradas mujeres “que poseen la idoneidad suficiente y una sólida formación jurídica y académica para ocupar los cargos”. La ausencia femenina en la Corte es un reflejo de lo que ocurre dentro del Poder Judicial. Las Cámaras y Juzgados Federales sólo cuentan con un 12 y un 20 por ciento de mujeres, respectivamente, y por lo general son relegadas a los fueros considerados menos importantes como el correccional, el de familia y el laboral.
Según Conti, la inclusión de las mujeres es importante no sólo por la necesidad de la representación del género sino porque posibilita una mirada complementaria a la del hombre, más social, frente a los diferentes conflictos que deben ser resueltos por los jueces.
Resulta paradójico que, paralelamente, las mujeres sean mayoría en la Facultad de Derecho. Según los últimos censos universitarios representan más del 65 por ciento del total de los estudiantes de abogacía. Por otra parte, fue hace más de treinta años la primera y única vez que una mujer juró como ministra de la Corte. Se llamaba Margarita Argúas y, paradójicamente, ocupó el cargo desde 1970 hasta 1973, durante los gobiernos militares de Levingston y de Lanusse.
Cuando se eligieron los jueces del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, aunque no existe una norma explícita que lo establezca, se tuvo especial consideración respecto de la presencia femenina. Dos de sus cinco integrantes son mujeres, Alicia Ruiz y Ana María Conde. Lo mismo ocurrió en la provincia de Buenos Aires, donde el gobernador Felipe Solá también promovió la idea por la que Hilda Kogan tuvo la posibilidad de llegar a la Corte provincial.
En la carta que Conti y Garré enviaron a Beliz también se recuerda que la misma Constitución nacional otorgó jerarquía, en su artículo 75, a los instrumentos internacionales que, en procura de eliminar toda forma de discriminación contra la mujer, propician medidas de acción positiva que favorezcan la igualdad real de oportunidades para todas las personas en el acceso a los cargos y funciones públicas.

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