EL PAíS
› APOYO MASIVO AL JUICIO POLITICO, CON RESPETO
Casi todos por el cambio de Corte
› Por Raúl Kollmann
Nueve de cada diez personas creen que deben hacerse cambios en la Corte Suprema y una inmensa mayoría considera que hay que remover a todos los jueces. Eso sí, esa mayoría piensa que el gobierno de Néstor Kirchner debe respetar la independencia entre poderes, pero aportar todo lo que pueda para que se cambie al máximo tribunal. “La lógica de la situación, es que vamos a un choque entre poderes –señala el consultor Enrique Zuleta Puceiro–, con una franja insistiendo en el principio de la división de poderes y otra franja respaldándose en el de la democracia, es decir lo que quiere la mayoría. Y veo difícil que los hombres de la Corte se puedan defender con la división de poderes cuando ellos mismos nacieron de un atropello a ese principio. Varios fueron elegidos como parte de una movida del Ejecutivo de entonces, que aumentó el número de ministros de la Corte y ubicó allí a jueces adictos.”
La consultora OPSM, que lidera Zuleta, hizo un extenso estudio sobre el conflicto desatado entre la administración Kirchner y la Corte y la repercusión de ese choque en la sociedad.
u El 92 por ciento de las personas cree que es buena o muy buena la decisión del Congreso de reiniciar el juicio político.
u El 69 por ciento sostiene que el cambio en la Corte debe ser total.
u El 53 por ciento piensa que es probable o muy probable que esta vez sí haya destituciones, en especial la de Julio Nazareno.
En función de esa óptica mayoritaria de que deben producirse cambios, hay también una enorme proporción de encuestados que dicen que el Gobierno debe intervenir activamente en lograr las destituciones. El 60 por ciento cree que el Ejecutivo tiene que mantener un cierto respeto a la división de poderes, pero debe aportar los elementos para el juicio político. También existe una amplia mayoría a favor de una elección de los nuevos jueces con control de las asociaciones de abogados y el Congreso y, por supuesto, hay cierta desconfianza en que se elijan jueces adictos.
“Estamos ante un choque entre la amplia mayoría de la población y el Ejecutivo que quieren cambios y la postura de los jueces y una parte de los especialistas que resisten a esos cambios, argumentando que debe imponerse el principio republicano de la división de poderes –explica Zuleta–. Esta situación ya se vivió en Italia. Se lanzaron plebiscitos para imponer el principio de la mayoría. Eso hizo estallar el poder establecido. Kirchner parece el hombre ideal para producir el cambio: no está casado con la ortodoxia constitucional y tiene un enorme apoyo. Y los hombres de la Corte no pueden refugiarse en la ortodoxia constitucional, cuando ellos surgieron de lo que fue un verdadero atropello. Encima, en los últimos años la Corte ha atropellado a los demás poderes: intervienen en las internas partidarias, sacan y ponen candidatos, aumentan o bajan tarifas, intervienen de forma asombrosa en privatizaciones, anulan leyes votadas por el Congreso y, en resumen, casi han jugado un papel de gobierno.”