Mar 22.01.2013

EL PAíS  › POR UNA AVERíA EL BUQUE SANTíSIMA TRINIDAD QUEDó SEMIHUNDIDO

Entre el desguace y el museo

El destructor que participó en la guerra de Malvinas y que desde el 2004 estaba destinado al desguace sufrió la rotura de cañerías que empezaron a inundarlo. La Armada informó que una vez que baje la marea se empezará a repararlo.

El buque ARA Santísima Trinidad, amarrado en la base naval de Puerto Belgrano, en el sur de la provincia de Buenos Aires, sufrió una importante avería, lo cual motivó que los técnicos esperen a que la nave “toque fondo con la baja” de la Marea para poder trabajar en la reparación, informó la Armada. Voceros de la marina explicaron a este diario que “desde 2004 el buque, por resolución del jefe de Armada (en ese momento Jorge Godoy), pasó al estado de radiado, una condición que significa que no es más operativo, que entra para el desguace”. El buque, de origen inglés al igual que el Hércules, participó en la guerra de Malvinas.

La embarcación tuvo la avería “a raíz de la rotura de una tubería de 6 pulgadas, lo que ocasionó un importante ingreso de agua que superó la capacidad de las bombas de achique”, informó la Armada. La fuerza precisó que se retiró al personal que trabajaba en la nave y a los buques próximos que lo rodeaban “a la espera de que la embarcación toque fondo con la baja y de esta manera poder trabajar con mayor seguridad”.

La Armada destacó que la situación “se encuentra al momento controlada” y que se procederá a efectuar las tareas “tendientes a llevar al buque a sus condiciones normales de flotabilidad”.

Hubo alguna propuesta de convertir al destructor en museo, pero el proyecto no avanzó. Varado en Puerto Belgrano, el Santísima Trinidad estaba cumpliendo su misión como proveedor de repuestos del ARA Hércules, ante el embargo inglés posterior a la guerra.

El buque navegó efectivamente ocho años, desde 1981 a 1989, aunque la historia de su adquisición se remonta a fines de los años ‘60 cuando se decidió comprar dos fragatas misilísticas en el Reino Unido.

Una de ellas, la Hércules llegó navegando, mientras que la Santísima Trinidad se ensambló en Río Santiago. En septiembre de 1975, un atentado de Montoneros con una bomba en el muelle del astillero provocó el hundimiento parcial de la nave que, por sus averías, tardó cinco años en ser reparada. Recién en 1981, fue llevada a Inglaterra para que el fabricante avalara la construcción y salió de los talleres ingleses con el rango de destructor, al igual que su gemelo.

La época de gloria de la Santísima Trinidad fue en la guerra de Malvinas, ya que, como nave insignia, desde su cubierta partieron los primeros marinos que desembarcaron en las islas.

Su último viaje fue en junio de 1989, cuando por el embargo británico posterior a la guerra de Malvinas, comenzó a ser canibalizada para que su gemelo, el Hércules, pudiese seguir navegando.

En el 2000, el buque entró en receso temporario hasta que en 2004 se decidió que no volvería más a navegar. La avería que se produjo se atribuye a que el barco está prácticamente abandonado. La Armada informó que una vez que se estabilice se retomarán las reparaciones para evitar el hundimiento.

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