Jue 24.01.2013

EL PAíS  › EL MINISTRO DE DEFENSA RATIFICó SU POSTURA ANTE EL HUNDIMIENTO DEL BUQUE SANTíSIMA TRINIDAD

“O es negligencia o es un sabotaje”

Puricelli aseguró que no descarta “nada” y que instruyó al jefe de la Armada para que determine las causas y las responsabilidades del hundimiento. También dijo que se le va a caer “la cara de vergüenza” ante la Presidenta.

El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, insistió con que hubo “negligencia” o un “sabotaje” en el hundimiento del ex destructor Santísima Trinidad, amarrado en la Base Naval de Puerto Belgrano, y que instruyó al jefe del Estado Mayor de la Armada para que realice el sumario correspondiente para determinar las causas y las responsabilidades. Puricelli reconoció que se le va a caer “la cara de vergüenza” cuando la Presidenta le pregunte cómo se hundió el buque insignia del desembarco en Malvinas ordenado por la dictadura militar en 1982. La nave de construcción inglesa revistaba desde 2004 en condición de “radiado” (el paso previo al desguace) tras ceder partes de su estructura a su gemelo Hércules, transformado ahora en un buque de transporte rápido de tropas, luego de que el Reino Unido declarara el embargo de repuestos militares a la Argentina tras la guerra en el archipiélago austral.

“Esto tiene que tener una explicación muy sólida. Le pedí al jefe de la Armada (almirante Daniel Martin) que acelere todos los tiempos en el marco de la planificación correspondiente, para rápidamente darle una explicación a la sociedad”, aseguró Puricelli, aunque no fue esa su única preocupación. “Como ministro de Defensa, cuando la Presidenta me pregunte, se me va a caer la cara de vergüenza, sinceramente, al decir que se me hundió un buque amarrado en el puerto”, agregó.

Puricelli reconoció que “si hay una responsabilidad, es del Ministerio de Defensa y, en particular, de los hombres de la Armada que tenían a su cargo la vigilancia del buque; si tenían una guardia mínima, debieron arbitrar las medidas para que no pase lo que pasó”. Pero también le apuntó al “grupo de arsenales que tenía a su cargo la vigilancia del buque, sin perjuicio de las autoridades superiores” como presuntos responsables.

De todas maneras, el ministro volvió a proclamar que no descarta “nada” en relación con el caso y sugirió varias hipótesis. Mencionó a quienes “usan a las Fuerzas Armadas para criticar al Gobierno” como “la cadena del desánimo”, y sostuvo que “se les terminó el discurso de la Fragata” Libertad, que regresó al país tras superar un embargo judicial de un fondo buitre en Ghana. Pero además sostuvo que puede “tratarse de un atentado” y que un desconocido pudo “abrir la válvula para producir un naufragio en cuestión de horas” en el Santísima Trinidad, “justo cuando la Presidenta está culminando una exitosa gira por el exterior”.

“Dentro de toda la sorpresa que me causa el incidente vivido por el Santísima Trinidad, indudablemente nosotros no descartamos bajo ningún aspecto la posibilidad de un sabotaje”, ratificó el ministro y remarcó que “es raro que, estando amarrado a puerto, se pueda hundir en cuestión de horas sin ninguna razón aparente”. “Nadie planteó ‘acá hay un problema en este buque que puede tener una avería y nos falta algún elemento’. No es un problema presupuestario. Este es un problema o de negligencia o es un sabotaje”, insistió Puricelli.

“No es posible que un buque fabricado en la década del 70, a 40 años, se esté hundiendo por obra del azar o por falta de mantenimiento”, razonó el ministro y señaló a modo de ejemplo que la Fragata Sarmiento “tiene más de 100 años, está amarrada en Puerto Madero” y no presenta problemas.

El destructor, que fue la nave insignia en el desembarco a Malvinas en 1982, había sufrido el domingo pasado la rotura de una válvula de seis pulgadas, lo que provocó el hundimiento de varios compartimientos, aunque se analizaba si una grieta en el casco precipitó la situación. Todo eso será ahora motivo de investigación en el sumario que ordenó el ministro.

Desde la Armada se había informado que el destructor fue pasado a la condición de “receso temporario” en el año 2000, “radiado definitivamente del servicio activo en el año 2004” y desde esa fecha “solamente permanecía a bordo una mínima cantidad de personal de guardia”. Partes de su estructura sirvieron para reparar a su gemelo, el destructor Hércules. Ambos construidos en el Reino Unido en la década del ’70 y similares a los Sheffield ingleses hundidos por la aviación argentina en Malvinas, y para los cuales ya no había repuestos por el embargo británico posterior al conflicto.

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