EL PAíS › OPINION
› Por Santiago O’Donnell
Son 196 los cables del Departamento de Estado estadounidense que mencionan la palabra AMIA, dentro de los cientos de miles de despachos obtenidos por la organización Wikileaks y difundidos dos años atrás en la megafiltración que se conoció como “Cablegate”. Los documentos abarcan el período 2004-2010, coincidiendo con gran parte de las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner. Si bien la colección de Wikileaks no incluye las comunicaciones más sensibles, aquellas clasificadas como “top secret”, la serie incluye 16 documentos marcados “secret” y 75 clasificados “confidential”, que en su gran mayoría no han sido publicados ni difundidos en la Argentina.
Los cables muestran que el gobierno de Estados Unidos impulsó y alentó la investigación de los sospechosos iraníes acusados de haber cometido el atentado que en 1994 mató a 86 personas. Distintos funcionarios estadounidenses mantuvieron numerosos contactos con el fiscal encargado de llevar adelante la investigación, Alberto Nisman. En esos contactos los estadounidenses dejaron en claro que no dudaban de la culpabilidad de los sospechosos iraníes acusados por la fiscalía e insistieron en que Nisman deje de lado la llamada “pista siria” y la llamada “conexión local”, porque seguir esas pistas podría debilitar el “caso internacional” en contra de los acusados iraníes. El fiscal siempre se mostró solícito ante los pedidos y consejos de la embajada, a tal punto que muchas veces era él quien iniciaba el contacto, dicen los cables, para pasar información. En noviembre del 2006 Nisman le adelantó al embajador con tres semanas de anticipación la decisión del juez Canicoba Corral de procesar a los sospechosos iraníes. En diciembre del 2007 Nisman le presentó a la embajada el borrador de un pedido de captura de los iraníes para ser presentado ante la Interpol, pero el borrador de dos carillas no satisfizo y el representante del FBI le hizo varias sugerencias al fiscal para mejorar el texto; dos meses después Nisman volvió a la embajada con un borrador de nueve carillas que, esta vez sí, fue elogiado y ponderado por los estadounidenses. En mayo del 2008 Nisman llamó a la embajada tantas veces para “pedir perdón” por no haber avisado que iba a pedir la captura de Menem, que la embajada tuvo que escribir tres cables distintos dando cuenta de las sucesivas ampliaciones del pedido de disculpas. En diciembre del 2008 Nisman llamó a la embajada para dar “advance notice” de que iniciaría acciones civiles en contra de los sospechosos iraníes. En mayo del 2009 Nisman avisó a la embajada un día antes que pediría la captura del colombiano-libanés Samuel Salman El Reda como miembro de la “conexión local” del atentado.
Junto con algunas críticas por no seguir siempre la línea que marcaba la embajada, Nisman recibió muchos elogios de los estadounidenses por haber mejorado la causa heredada del ex juez Galeano y los ex fiscales Mullen y Barbaccia, quienes fueron procesados por numerosas irregularidades en el manejo de la investigación. Incluso respresentantes estadounidenses elogiaron la actuación del fiscal en reuniones con distintos representantes de la AMIA, la DAIA, Memoria Activa y la Asociación Familiares y Amigos de las Víctimas, cuentan los cables. A su vez, en noviembre del 2008 el secretario general de la AMIA Julio Schlosser, el vice Angel Barman y el miembro del directorio Agustín Zbar le dijeron al embajador Wayne que estaban conformes con la investigación internacional de Nisman pero querían que se ocupe más de la “conexión local”, al revés de lo que aconsejaban los norteamericanos. En medio de los elogios, en distintas ocasiones, el representante de la Cancillería argentina a cargo del caso AMIA, un consejero de la DAIA y un representante del FBI expresaron reparos sobre la solidez de las pruebas acumuladas en la investigación. El consejero de la DAIA agregó que por la presión de la comunidad judía, a sus representantes no les queda otra alternativa que aplaudir cada acción que se tome en la causa. Lo dijo en el 2008, tras el pedido de captura de Menem y otros altos funcionarios de su gobierno, acusados de encubrimiento por Nisman.
En los cables, los representantes estadounidenses se la pasan aclarando a sus pares argentinos que no quieren que se perciba que ellos están “politizando” el caso. Explican que por esa razón le ceden la iniciativa a la Argentina, pero que están listos y ansiosos por ayudar a que avance la causa, claro que en la dirección que ellos marcan. Nisman de a ratos se queja porque no recibe el mismo apoyo del gobierno argentino que del estadounidense, pero en otras ocasiones elogia un discurso del presidente Néstor Kirchner en Naciones Unidas donde le dice a Irán que deje de interferir con la investigación.
La embajada parte del escepticismo más absoluto tras el fallo de septiembre del 2004 que absolvió a 22 sospechosos y dejó en la picota a los dos fiscales y el juez que habían investigado el atentado. “Nuestras discusiones con el juez Galeano, ex fiscales, y la SIDE, así como nuestra revisión del fallo AMIA, indican que la investigación se basó mayormente en evidencia circunstancial que requería mucha corroboración y que los investigadores fallaron al no seguir pistas locales e internacionales. Creemos que es improbable que, diez años después, las pistas que quedan puedan producir pruebas útiles”, dice un cable firmado por Lino Gutierrez.
Con la llegada de Kirchner al poder y Nisman a la investigación, la embajada pasa a mostrarse más esperanzada. Después de que Nisman pidiera la captura de los iraníes, un cable de octubre del 2006 dice: “El silencio del gobierno de Argentina demuestra su preocupación por no antagonizar a los iraníes. La embajada no tiene indicios de que el gobierno vaya a demorar o influenciar la decisión de Canicoba Corral. Esto es consistente con lo que el gobierno ha hecho todo el año. La Casa Rosada no retrocede en su compromiso de llevar adelante el caso, pero se contenta con dejar que el proceso judicial siga su curso”.
Decenas de cables describen el esfuerzo conjunto y secreto de Argentina y Estados Unidos durante el 2006 y el 2007 para lograr que Interpol apruebe el pedido de captura de cinco funcionarios iraníes y un líder libanés de Hezbolá, tras negociaciones que dejaron afuera de la lista a otros tres funcionarios pedidos por Nisman y Canicoba Corral, uno por haber sido presidente de Irán, otro por haber sido canciller, y el tercero por haber sido liberado en Londres por falta de pruebas durante la investigación de Galeano. Argentina hizo lobby con China e Italia, Estados Unidos con Marruecos, Sudáfrica y Kazajstán, dicen distintos cables, mientras el tema sufría postergaciones y pasaba del comité ejecutivo a la asamblea general de Interpol hasta culminar, al decir de Aníbal Fernández, en “un gran triunfo para la Argentina”.
Mientras tanto el gobierno iraní intentó diversos acercamientos con sus pares argentinos y con el juez Canicoba Corral, dicen los cables. Esos contactos eventualmente generaron recelos por parte de los estadounidenses. Un cable secreto de marzo del 2006 informa sobre los nombres de los únicos dos diplomáticos iraníes que entonces cumplían funciones en la Argentina, el encargado de Negocios Ohammad Ali Tabatabaei y el tercer secretario Bahram Saifzad el Sani Garmrood. El cable dice por entonces que la relación bilateral entre Argentina e Irán era “tenue” debido al atentado de la AMIA. “El contacto entre el canciller argentino y el encargado de Negocios iraní se ha limitado a temas consulares. En los dos últimos años, la embajada iraní en dos ocasiones solicitó la aprobación de la Cancillería para la visita de funcionarios de alto nivel para discutir temas de la IAEA (la organización nuclear de Naciones Unidas). En ambas ocasiones la Cancillería declinó la visita propuesta, manteniendo que los temas de la IAEA se deberían discutir en Viena (sede de la organización)”, dice el cable.
En octubre del 2007 el gobierno de Néstor Kirchner rechazó una oferta secreta de negociación por parte de Irán. “(Guillermo) González confirmó que el Ministerio de Relaciones Exteriores había recibido una nota diplomática de Irán lamentando `la falta de voluntad para cooperar’ de la Argentina ante los esfuerzos iraníes para resolver el caso de manera amigable.’ En la nota, el gobierno de Irán propone formar una comisión política y judicial conjunta para discutir temas legales que lleven a la resolución de discrepancias sobre el caso AMIA. Con respecto a ésta y otras recientes propuestas de diálogo del gobierno de Irán preguntamos sin vueltas si los argentinos cerrarían un trato con Irán. González dijo inequívocamente ‘no’, que Kirchner se la había jugado en la Asamblea de Naciones Unidas y no pensaba retroceder.” Según declaró el canciller Héctor Timerman en el Congreso este miércoles, la diferencia entre las propuestas anteriores rechazadas y la que eventualmente se aceptó, es que ésta incluye la posibilidad de indagatoria a los acusados en Irán, algo que está por verse.
Aníbal Fernández había sido enfático en noviembre del 2006 en una reunión entre el entonces ministro del Interior con el entonces embajador Earl Anthony Wayne. “Fernández contó que tras asumir en el 2003 el presidente Kirchner dijo, en referencia a la AMIA, que no habrá pactos de impunidad. Fernández entonces citó a Ariel Sharon y dijo que no se puede negociar con los terroristas, y que somos socios y hermanos en este tema. El embajador coincidió diciendo que ambos países están combatiendo el uso del terrorismo como herramienta política y que todos los países tienen la responsabilidad de combatir el terror.”
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