EL PAíS › EL JUICIO POR EL NIETO CAGNOLA PEREYRA
En el juicio por la apropiación del hijo de Liliana Pereyra y Eduardo Cagnola declaró ayer Constanza Bacca, hija de la pareja que anotó al niño como propio. Aunque defendió a sus padres, la mujer señaló: “Hay una irregularidad, entiendo las razones de las Abuelas, de la familia biológica”.
“Me explicaron que era un bebé sin papás, por eso estaba con nosotros. En ese momento creí que era Jesusito. Con el paso del tiempo pregunté, pero mucha información no había”, dijo cuando le preguntaron cómo había llegado el niño a su casa. Constanza Bacca aseguró en todo momento desconocer el origen de Hilario (el nombre que le pusieron los apropiadores al niño), pero describió que al salir a la luz que Guillermo Minicucci era un represor, algo cambió en su familia: “Cuando fui creciendo me di cuenta de que había miedo, incertidumbre, que se habían dado cuenta de que algo no estaba bien, que había un bebé y probablemente una familia que lo estaba buscando”. Es que el bebé había llegado a la familia de José Bacca y Cristina Miriñelarena en brazos de Inés Graciela Lugones, mujer de Minicucci, quien está siendo juzgada como entregadora de la criatura. Clemente Minicucci, hijo del represor, también declaró ayer. Aseguró que ambas familias eran “amigos, íntimos”, pero que se dejaron de ver luego de sus respectivas separaciones. Sobre el rol de su padre durante la última dictadura (fue jefe de los centros El Olimpo y El Banco), dijo sólo saber que era militar y que se enteró de las tareas concretas que hacía “como todos”.
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