Sáb 23.02.2013

EL PAíS  › UN FESTIVAL EN EL HOMENAJE

El sonido del dolor

› Por Mario Yannoulas

Desde el medio de la Avenida de Mayo se podía percibir cada uno de los elementos que hacen a un típico acto sobre la Plaza. Las camionetas de los canales televisivos, los andamios como estructura por defecto, el humo de los puestos de hamburguesas y la dispersión irregular de las personas sobre el espacio. Pero algo faltaba, y no eran sólo los bombos y las banderas políticas, que se sabía no estarían por pedido de la organización del festival a un año de la tragedia de Once. Lo que faltaba era el sonido: ante la reiterada caída del grupo electrógeno, a la escena la asaltaba el silencio, que puede ser cruel cuando lo que se invoca es una situación dramática. Los presentes, que al empezar a caer el sol ya eran muchos, alzaron bien alto sus carteles y se unieron en un solo grito para ahogar el silencio: “Justicia”. Corriendo por los imprevistos, desde la organización celebraron: “Somos muchos más de los que pensamos que íbamos a ser. Les pedimos paciencia, hay otro grupo electrógeno en camino”.

“Tenemos la suerte de transitar muchos escenarios, pero este tiene una carga especial. Ahora vamos a tocar una canción que se llama ‘Revolución’, porque este festival es una revolución”, endulzó Gastón Sardelli, de Airbag, que ofreció un set acústico pero intenso. “Los que viajaban en ese tren eran laburantes. Su comodidad no era la de un empresario encumbrado o un burócrata, que no tienen ni idea de qué se trata”, agregó el bajista y cantante. Una vez abajo del escenario, la presencia del trío provocó un verdadero revuelo por sus fanáticas, que desesperaron hasta las lágrimas por una foto.

Los periodistas Gabriela Radice y Ernesto Tenembaum, que condujeron el acto, presentaron un spot en el que distintas figuras artísticas se mostraron solidarias con el espíritu del festival. “Necesito que se haga justicia”, pidió la actriz Leonor Manso, al igual que el cineasta Juan José Campanella y el músico Emmanuel Horvilleur, entre otros. Por su parte, el escritor Eduardo Sacheri, oriundo de la ciudad de Castelar, leyó un fuerte escrito en el que buscó desnaturalizar la situación trágica vivida hace un año en la cabecera ferroviaria. “El sol sale por el Este, y eso no está ni mal ni bien. Pero que lamentemos 51 muertes por un viaje en tren es algo que está mal, y no debemos permitir que se repita”, lanzó.

Más tarde –antes del cierre anunciado con Kevin Johansen– sería la hora de Leo García, un cantautor que se ha presentado en numerosos actos políticos y que entre su repertorio cuenta con una curiosa versión de la Marcha Peronista. En conversación con Página/12, el músico se mostró conmovido por el tono del festival: “Siento mucha emoción, porque compartir el dolor puede llevarnos a una energía de amor. Provengo de Moreno, viajé mucho en el tren Sarmiento, y esta tragedia me pega muy de cerca, pero es algo que nos debería importar a todos. Es muy importante estar acá, sea cantando o no”. Eligió entonces para construir su repertorio canciones de sus tres artistas favoritos: Moris, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati. “Participé en otras jornadas en la estación de Once y veo que esto se agranda. El pueblo es tal cuando estamos todos juntos por una causa en común, y acá nos reúne el dolor: este es el acto de amor de un pueblo”, concedió, mientras ponía a punto su guitarra.

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