La movilización opositora que anoche se concentró en la Plaza de Mayo dejó tranquilo al gobierno nacional. “Se pudo ver muchos más dirigentes políticos y menos gente que en las movilizaciones anteriores”, aseguró a Página/12 un dirigente kirchnerista que siguió la movilización desde la primera hora. “Hay un activo opositor al Gobierno que quiere movilizarse, pero no se ve que esto pueda transformarse en una opción política que se encauce en votos”, agregó el funcionario kirchnerista.

“Los que marchan son votantes y manifestantes a los que no les gusta el programa que lleva el Frente para la Victoria, pertenecen a un sector evidentemente opositor”, analizaron en la Casa de Gobierno, a la par que destacaban que “sin desmerecerlos, por supuesto que los que votaron para que este modelo se extienda en el tiempo son muchos más que los manifestantes que se vieron en la calle”. En la Casa Rosada observaban con atención cómo transcurría la marcha, en principio con cierta preocupación por las manifestaciones agresivas que habían mostrado las marchas anteriores. “Se trató de armar un clima durante toda la semana. Algunos programas televisivos del multimedios Clarín, la pose de la oposición con respecto a la discusión de la democratización de la Justicia y podemos meter ahí también el fallo de la Cámara”, aseguraron y destacaron que “a pesar de esto, la gente que se movilizó mantuvo la tranquilidad, a diferencia de ocasiones anteriores”.

La de anoche fue la tercera movilización que se concreta para protestar contra algunas políticas del gobierno nacional. Supuestamente convocadas a través de las redes sociales por autoconvocados, los motivos de las manifestaciones nunca fueron claros. La regulación de la compra de dólares por parte del Estado fue uno de los puntos que más resaltaron en las primeras dos –en agosto, todavía sin cumplir un año de su segunda gestión la Presidenta, y en noviembre– y ayer las consignas eran interminables. Pero a diferencia de las anteriores, donde la presencia de dirigentes opositores fue escasa, en esta ocasión la oposición se lanzó a convocar a la manifestación.

“Si uno ve los dirigentes que aparecen en la movilización haciendo declaraciones, uno puede darse cuenta de lo lejos que está de existir una representación política que pueda encauzar los votos detrás de una propuesta”, analizó el dirigente, apuntando a la presencia de casi todo el arco opositor, desde “Hermes Binner y el Frente Amplio Progresista, pasando por Raúl Castells y el macrista Sergio Bergman, hasta Elisa Carrió y Fernando Solanas”. Al igual que en las movilizaciones anteriores, el reclamo “fue para la oposición, que no puede ofrecerle a la gente una alternativa política al modelo que encabezamos”.

“Hubo más dirigentes y menos gente. Hay un activo opositor al Gobierno que quiere movilizarse, pero esto no es nuevo para nosotros porque ya es la tercera movilización que realizan. Es sano para el país que la gente pueda salir a la calle y expresar sus ideas, sobre todo sin agresividad ni agravios”, aseguraron en Balcarce 50, destacando la diferencia del tono con el que encararon los manifestantes la convocatoria. “Pero algo que se vio bien claro fue que Mauricio Macri no se animó a salir a la calle. Estuvo convocando durante toda la semana a la movilización y cuando llegó el momento se dio cuenta de que no puede enfrentar a los vecinos porteños por la mala gestión que lleva en la ciudad”, enfatizó el dirigente sobre la ausencia del jefe de Gobierno.