A horas de que concluya el plazo para establecer frentes de cara a las primarias de agosto y los comicios de octubre, sólo el oficialismo parece tener definida su estrategia electoral en todo el país. Mientras, los distintos sectores de la oposición trabajan contrarreloj para llegar a sellar acuerdos en cada distrito antes del último minuto de hoy, límite para la inscripción. “El Frente para la Victoria irá con una alianza nacional para el Consejo de la Magistratura, y con alianzas para cada provincia y, en todos los casos, las alianzas se presentarán como Frente para la Victoria”, informó ayer el apoderado del Partido Justicialista, Jorge Landau.

El peronismo disidente y el PRO acordaron en Entre Ríos, pero siguen lejos de confluir en los principales distritos, a pesar de que Francisco de Narváez se apersonó ayer de sorpresa en el despacho de Mauricio Macri para intentar acercar posiciones. En ese espacio algunos todavía le prenden velas al intendente de Tigre, Sergio Massa, que volvió a postergar una definición sobre su eventual candidatura, pese a que por las dudas inscribió un sello.

En cambio, el radicalismo, el FAP y la Coalición Cívica cerraron distintos esquemas en la Capital, la provincia de Buenos Aires y Santa Fe (aunque no pudieron coincidir en Córdoba ni en Mendoza): eso no hizo disminuir el caudal de chicanas y acusaciones cruzadas entre ellos. Los restos de Proyecto Sur que no participan de ese armado siguen sin poder acordar entre ellos, mientras la izquierda busca otro milagro y apuesta al desgaste del progresismo porteño para colar un diputado.

Unidos y organizados

“La conformación de alianzas del Frente para la Victoria está muy avanzada. El FpV tiene suficiente estructura para hacer las presentaciones de manera ordenada en los próximos días”, sostuvo ayer el apoderado Landau, al anunciar que el oficialismo competirá bajo ese sello en todo el país, tanto en una alianza nacional para las elecciones de miembros del Consejo de la Magistratura, si es que finalmente se llevan a cabo, como en cada uno de los veinticuatro distritos en lo que respecta a los comicios legislativos. “En todos los casos se presentarán como Frente para la Victoria”, ratificó el diputado nacional.

Según agregó Landau, la inscripción a nivel nacional la realizará él en persona esta mañana, ante el Juzgado Federal con competencia electoral Nº 1, a cargo de María Servini de Cubría, mientras que en cada provincia el apoderado local se encargará de hacer lo propio a lo largo del día. La alianza estará encabezada por el Partido Justicialista excepto en los casos de San Luis, Santa Cruz y Córdoba, donde se utilizará a otras estructuras partidarias para constituir el frente. Si bien en la mayoría de los casos la decisión acerca de las candidaturas se tomará en la Casa Rosada, no se descarta que en algunos distritos se habilite a que más de una lista corra en primarias para definir las boletas de octubre.

Lejos de repetir

El peronismo disidente y el PRO intentan limar asperezas para poder reeditar, sobre el filo, el acuerdo que en 2009 los llevó a ganar la provincia de Buenos Aires: con esa intención, el diputado Francisco de Narváez visitó ayer al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. El legislador le acercó “una propuesta concreta para que el PRO participe” en “un frente lo más amplio y coherente posible” en “Córdoba, Capital Federal y provincia de Buenos Aires, en algunos lugares con un consenso y en otros con una interna que es la que ordena”. En el espacio encabezado por Macri anoche estaban preparando una contraoferta como último intento de acercar posiciones.

Sin embargo, desde el macrismo bonaerense acusaron al mismo De Narváez de dinamitar puentes. El intendente de Vicente López, Jorge Macri, lo acusó de no aceptar que el resto de los espacios que conformen el frente en provincia “tenga apoderados propios”, mientras que desde Unión Celeste y Blanco, el partido del empresario nacido en Colombia, retrucan que el PRO pide demasiados lugares en una lista que ya tiene compromisos con el moyanismo y el delasotismo, dejando pocos lugares expectantes para la gente del partido de amarillo.

La indefinición de Sergio Massa no facilita la tarea de los operadores del PJ disidente, que esperan que el tigrense no se presente para concitar las adhesiones de dirigentes que planean jugar con él y quedarían huérfanos a último momento.

En Córdoba, ajeno a estas negociaciones de último momento, el gobernador José Manuel de la Sota anunció ya los nombres de los primeros tres candidatos de su lista de diputados, dejando fuera de juego a sus potenciales aliados, alejándolo aún más de un ya de por sí improbable acuerdo a esta altura del partido. La única alegría macrista llegó en Entre Ríos, donde esta entente conservadora llevará como candidato a senador al dirigente ruralista Alfredo De Angeli, pero ni siquiera este acuerdo fue incruento: le costó al PRO la renuncia de su apoderado en la provincia, Armando “Mandy” Saliva, que propulsaba un acuerdo con la UCR.

Atados con alambre

De no haber novedades durante la jornada de hoy, el radicalismo, el Frente Amplio Progresista, la Coalición Cívica y Proyecto Sur llegarán de la mano en tres de los cinco distritos más grandes del país, aunque en cada uno con una modalidad distinta. En territorio porteño acuñaron UNEN, una sigla bajo la cual competirán en las primarias con dos listas. En la provincia de Buenos Aires acordaron a dedo una nómina encabezada por Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín. Mientras, en Santa Fe el armado volvió a coronar al socialismo gobernante. Aun así, siguen cruzando reproches entre los socios: ayer fue el turno de Adrián Pérez (CC), que reclamó lugares expectantes para su agrupación en la lista bonaerense.

Los ex miembros del espacio encabezado por Pino Solanas que decidieron abrirse de Proyecto Sur también tienen dificultades. Si bien pudieron unificar posturas en la provincia, en Capital la alianza entre Unión Popular (encabezada por Claudio Lozano) y el Movimiento Socialista de Trabajadores (Alejandro Bodart) podría volar por los aires a último momento si el diputado no cede lugares preponderantes en las listas que acordó con Marea Popular a figuras del MST y se rehúsa a disputar internas.

Por último, el Frente de Izquierda y los Trabajadores ampliará su alcance respecto de su primera edición, en 2011, ya que esta vez participará con esa denominación en 19 distritos, lo que los habilita a llevar candidatos para consejeros de la Magistratura. Sin embargo, todos los cañones apuntan a la CABA, donde merced a los vaivenes del “centroizquierda que se ha pulverizado”, en palabras del dirigente del Partido Obrero, Jorge Altamira, puedan acceder a una histórica banca en el Congreso nacional.