EL PAíS › DIFERENTES POSTURAS EN LA OPOSICIóN SOBRE LA PRESIDENCIA DE DIPUTADOS
› Por Miguel Jorquera
La oposición volvió a la carga con la idea de reflotar el Grupo A en el Congreso y desplazar al kirchnerismo de la presidencia de la Cámara de Diputados, aunque algunos de sus referentes intentaron tomar cierta distancia en medio de la campaña. El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, avaló la propuesta y afirmó que sería “una forma lógica de ejercer la dinámica democrática”. El peronista opositor Francisco de Narváez ratificó su adhesión a la propuesta con el argumento de que no haberle arrebatado la presidencia del cuerpo al oficialismo fue el “error” que generó el fracaso opositor en 2009. El radical Oscar Aguad propuso que Julio Cobos sea quien presida la Cámara a partir de diciembre, pero el ex vicepresidente puso en duda la metodología de no respetar “la tradición de la primera minoría” –que todo indica que seguirá en manos del kirchnerismo– y afirmó que no prefería cargos. En cambio, el socialista Hermes Binner rechazó la propuesta opositora y sostuvo que “siempre fuimos defensores de la primera minoría” como una cuestión a “respetar” para “garantizar del ejercicio democrático”. El intendente de Tigre, Sergio Massa, prefirió postergar su definición. “Ya se verá en su momento. Hay que esperar las elecciones. Hay mucha gente muy apurada”, sostuvo.
La postura del candidato del bonaerense Frente Renovador no es sólo mesura. Sabe que con el resultado de las PASO no alcanzan los números para desplazar al oficialista Julián Domínguez de la presidencia de la Cámara baja. Según apuntaban cerca suyo, su intención era esperar al resultado de octubre para, si dan los números, entrar en la pulseada opositora. “Hay mucha gente apurada”, insistió ayer para matizar la espera. Pero, mientras tanto, se mostró fuera de la puja por el cargo. Massa se postuló como “soldado raso” cuando llegue a la Cámara en diciembre y planteó que los legisladores “más experimentados” de su tropa se encargarán de esos menesteres. Varios de ellos, como Graciela Camaño y Felipe Solá, ya tienen la experiencia del armado opositor que en 2009 se quedó con la mayoría de los miembros en todas las comisiones legislativas en el Congreso.
Su socio en el entramado bonaerense, Mauricio Macri, no dudó en adherir a la resurrección del Grupo A para tomar el control de la Cámara baja. Fiel a sus definiciones escuetas, el jefe de Gobierno porteño juzgó que no sería “un problema” ni “una amenaza de desestabilización” que el conglomerado opositor se quede con la presidencia de la Cámara baja. “A partir del 10 de diciembre de 2009, nosotros debimos asumir la presidencia de la Cámara de Diputados. Ese fue nuestro error”, dijo De Narváez para admitir, sin mencionarlo, el magro desempeño opositor en los dos años que controló la mayoría legislativa en Diputados. “En el recinto se sientan 257 diputados, que representan al pueblo, no a las provincias. Si hay una mayoría de diputados que fueron elegidos por el pueblo, y esa mayoría coincide en el presidente, no veo cuál es el golpe institucional, de ninguna manera”, insistió el peronista opositor, cuya alianza con Hugo Moyano quedó relegada al cuarto lugar en las recientes primarias bonaerenses.
El radical cordobés Oscar Aguad en uno de los más entusiasmados con la idea de que la oposición se apodere de la Cámara de Diputados. Ayer le propuso que su correligionario Cobos –que se presenta como su adversario directo para heredar la jefatura de la bancada de la UCR que dejará vacante Ricardo Gil Lavedra– presida la Cámara baja. “Cobos podría ser extraordinario como presidente de la Cámara. Es un hombre muy equilibrado, que le pondría equilibrio a la Cámara de Diputados”, consideró Aguad.
Cobos agradeció el ofrecimiento de Aguad, pero enseguida se diferenció de la propuesta de no respetar a la primera minoría parlamentaria. “Hay que ser respetuosos de esa tradición, más allá de que el peronismo no lo hizo. Nosotros somos distintos”, aseguró. Aunque también criticó el manejo kirchnerista en Diputados. “Tienen que tener en cuenta que presidir la Cámara es someter a debate todos los proyectos, no sólo los que manda el Ejecutivo”, dijo. En medio del debate que divide a los radicales, el titular de la UCR, Mario Barletta, hasta ahora esquivó un pronunciamiento sobre el tema.
El líder del socialismo, aliado de los radicales en distintos frentes provinciales, rechazó el intento opositor de ir por la presidencia de Cámara baja en el Congreso Nacional. “Siempre fuimos defensores de la primera minoría. La Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe está gobernada por la mayoría del oficialismo (nacional). Son cuestiones que hay que respetar y es lo que garantiza el ejercicio democrático”, sostuvo Binner sobre la provincia que gobierna el socialismo pero donde el Frente para la Victoria es la primera minoría parlamentaria en ambas cámaras legislativas, pero que tampoco traba los proyectos del oficialismo provincial.
“La gente quiere vivir con tranquilidad y no en guerra permanente”, explicó Binner para tomar distancia de la propuesta opositora al tiempo que pidió “salir del blanco o negro, amigo y enemigo. Con la crispación nunca sacamos ventajas”. Una postura que, si se mantiene, tiraría por tierra el anhelado objetivo del resto del abanico opositor.
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