EL PAíS › EL PERONISMO ORTODOXO DE MORóN EN EL FRENTE RENOVADOR
Ex funcionarios y legisladores ligados a Juan Carlos Rousselot trabajan con Sergio Massa para intentar recuperar la intendencia.
› Por Miguel Jorquera
De la mano de Sergio Massa y con el sello del Frente Renovador, el peronismo ortodoxo de Morón –que reúne a rousselotistas, duhaldistas y barrionuevistas en sociedad con el macrismo– aspira a reeditar en octubre su triunfo en las PASO y “recuperar” la intendencia en 2015. El massismo, que encabezan Martín Marinucci, hijo de un reconocido dirigente de ese sector del PJ local, y Jorge Laviuzza, un ex concejal rousselotista denunciado por aportar la coartada para salvar a barrabravas de Deportivo Morón acusados de asesinato, reunió en un plenario a viejos conocidos: el dirigente gastronómico y presidente del PJ Domingo Bruno, a quien el neonazi Alejandro Biondini definió como “un hombre de las filas del movimiento nacional”; la ex diputada duhaldista Marina Cassese; Oscar Alvarez, el ex presidente del Concejo Deliberante que aprobó el fraudulento plan cloacal que Juan Carlos Rousselot adjudicó en forma directa a la empresa familiar de Mauricio Macri, y Adalberto Luis Orbiso, un ex dirigente del Smata que el periodista Horacio Verbitsky señaló en su libro Ezeiza como uno de los integrantes del comando que desató la masacre en el regreso de Juan Perón al país.
El plenario del Frente Renovador moronense de la semana pasada ofició como relanzamiento de la campaña electoral para las generales del 27 de octubre, además de reunir a viejos conocidos que se sumaron a la campaña massista. Marinucci les dio la bienvenida y los instó a redoblar esfuerzos para reeditar la elección de las PASO –donde venció en la interna renovadora al macrista Ramiro Tagliaferro, esposo de la vicejefa del gobierno porteño María Eugenia Vidal– y alcanzar un objetivo mayor: “recuperar” para el PJ en 2015 la intendencia de Morón, en manos de Nuevo Encuentro desde que en 1999 venció al peronismo tras la segunda destitución de Rousselot.
Para Marinucci será una revancha: en 2011 intentó sin suerte vencer como candidato del FpV al sabbatellista Lucas Ghi. Luego de su salto al massismo, Marinucci reunió en el plenario renovador a viejos militantes pejotistas a los que conoció muy joven, cuando su padre, Omar Marinucci, era el socio político del otrora poderoso senador provincial duhaldista Horacio Román, quien comandó por más de una década la estratégica Comisión de Acuerdos de la Legislatura provincial, que nombraba jueces y jefes policiales de la bonaerense, y que compartió alianzas y enfrentamientos con Rousselot.
El segundo en la lista del Frente Renovador de Morón, detrás de Marinucci, es un protagonista de esos años: Jorge Laviuzza, ex concejal del PJ y reconocido hincha de Deportivo Morón. Laviuzza fue denunciado como “encubridor” de los barrabravas de Morón y Tigre acusados por el asesinato del joven Daniel García Suárez, en la ciudad uruguaya de Paysandú, durante la Copa América del ’95. La madre del joven apuñalado, Liliana García, denunció que Laviuzza declaró ante la Justicia que el mismo día del crimen fue a llevarle comida a uno de los principales acusados por el asesinato de García, a la comisaría de Morón, donde habría estado preso por una cuestión menor. El acusado era Máximo Zutita, alias El Gordo Cadena, por entonces jefe de la barra de El Gallo y de los grupos de choque del rousselotismo. La coartada funcionó, la causa en Uruguay se diluyó y Zurita terminó preso por otros motivos: asalto a mano armada en el bonaerense partido de Merlo.
Otros de motores renovadores de Morón es el gastronómico Bruno, titular del PJ local y de la CGT regional oeste, ahora también encolumnadas en el massismo. Bruno reporta a Luis Barrionuevo –cuya candidatura a diputado nacional por Catamarca respalda Massa– y a su mujer, la diputada Graciela Camaño, convertida en una de las “armadoras” del FR provincial. Bruno tiene una excelente relación con la hermana de “Luisito”: María Esther Barrionuevo, senadora provincial duhaldista cuya banca está ahora al servicio del massismo, que no dudó en golpear a los periodistas que cubrían una caravana que en los ’90 escrachó a los concejales que aprobaron el plan cloacal de Rousselot y que participó de la campaña electoral de Catamarca de su hermano en 2003, que terminó con la quema de urnas cuando la Justicia inhabilitó la candidatura del gastronómico a gobernador.
Bruno también compitió por la intendencia de Morón en 2011, pero quedó detrás de Ghi y el propio Marinucci. Por entonces, fue al programa radial Causa Nacional que conduce el dirigente neonazi Biondini para promocionar su candidatura. Allí, Biondini lo definió como un hombre de “larga y transparente historia de lucha en las filas del movimiento nacional”, que “reafirma los principios de Dios, Patria, Hogar y Justicia social”. Sin sonrojarse, Bruno respondió que su misión era “combatir al sabbatellismo y al kirchnerismo” en Morón. Ahora, junto a Marinucci en el FR, considera que el objetivo está más cerca.
El plenario renovador moronense también reunió a otras viejas figuras del PJ, como la ex diputada duhaldista Cassese, que como concejal de Morón en algún momento coqueteó con enfrentar a Rousselot de la mano del entonces secretario de Deportes de Carlos Menem y actual suegro de Massa, Fernando “Pato” Galmarini. A Marinucci lo une la estrecha amistad con su tío Hugo, un ex diputado provincial por San Isidro. Entre otros, tampoco faltaron dirigentes sindicales como el mercantil Víctor Hugo Pintos y el municipal Pablo Salvo.
Otro invitado fue Oscar Alvarez, uno de los últimos y más fieles incondicionales del fallecido Rousselot y puntero del PJ de El Palomar. Como concejal y presidente del Concejo Deliberante, Alvarez avaló la fraudulenta adjudicación directa al grupo Socma (sociedad Macri) de un costoso plan cloacal, cuyo contrato el locutor firmó junto al entonces joven Mauricio Macri en representación de la empresa familiar.
Pero la sorpresa más grande del plenario renovador la acaparó la presencia de Orbiso. El ex sindicalista del Smata fue uno de los principales colaboradores de Rousselot, a quien conoció como jefe de prensa del organizador de la banda paramilitar las Tres A, José López Rega. En su libro Ezeiza, Verbitsky identifica a Orbiso, según los relatos que recogió en su investigación, como “el jefe de las fuerzas del Smata en Ezeiza”, que había copado parte del palco desde donde se disparó a la multitud en el regreso de Perón el país en el ’73 y que “al año siguiente fue designado interventor de la filial de los mecánicos en Córdoba y presidente del Banco Social, después del motín del coronel Domingo Antonio Navarro”, que desplazó al gobernador Ricardo Obregón Caño y su vice Atilio López. Orbiso siempre trató de desmentir su participación en Ezeiza. Pero nunca tuvo empacho en contar que llegó “armado” a Córdoba para cumplir su papel de interventor y “combatir” al sindicalismo clasista que encabezaban el luego asesinado Atilio López, el perseguido Agustín Tosco y el desaparecido René Salamanca.
Volvió a ganar notoriedad en Morón conduciendo una de las poderosas máquinas con las que bloqueó el Concejo Deliberante al grito “de acá no sale nadie”, amenazando a los concejales que se disponían a suspender a Rousselot por el fraudulento plan cloacal. Luego se peleó con el locutor, a quien le reclamó “mayor lealtad” con una huelga de hambre frente a la municipalidad. Esa misma noche, el primer día de ayuno, fue reconocido mientras compraba una pizza en pleno centro de la ciudad.
Ahora, todos reunidos bajo el Frente Renovador, van por su revancha.
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