EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER Y JOSé MUJICA ACORDARON PARA HOY UNA REUNIóN DE FUNCIONARIOS POR LA PRODUCCIóN DE BOTNIA
Luego de un acto en el que intercambiaron frases de amistad, los presidentes conversaron sobre la pretensión de Uruguay para que Botnia incremente la producción. En la Cancillería adelantaron que harán respetar el fallo de La Haya.
› Por Laura Vales
En medio de un nuevo pico de tensión por la pastera Botnia-UPM, el presidente uruguayo, José Mujica, se reunió anoche con Cristina Fernández de Kirchner. El motivo formal del encuentro fue la botadura de un catamarán de Buquebús en Puerto Madero, donde los mandatarios hicieron un corte de cintas conjunto, pero antes de viajar, Mujica anticipó que la intención de su viaje era traerle a la Presidenta una propuesta para permitir a la papelera instalada frente a las costas de Gualeguaychú –y acusada por los vecinos de contaminante– aumentar su producción. En el encuentro, los presidentes acordaron que una delegación uruguaya viaje hoy a Buenos Aires para que los funcionarios argentinos analicen el tema. El canciller Héctor Timerman dijo que “el diálogo está totalmente abierto”, pero advirtió que la Argentina hará cumplir “el fallo del Tribunal Internacional de La Haya”.
El encuentro de trabajo se realizará en la Cancillería, de la que depende la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), encargada del monitoreo de Botnia. Lo cierto es que en la Cancillería no ocultan que las cosas “vienen muy mal” en el tema. El pedido de aumento de la producción fue presentado en la CARU hace más de un año, es decir que lleva su tiempo negociándose. El domingo, la cartera a cargo de Timerman difundió un comunicado de prensa en el que informó que los funcionarios uruguayos se vienen negando a dar a la Argentina la información que les solicitan para poder analizar la cuestión. En este sentido, las autoridades diplomáticas marcaron que la producción autorizada en el fallo de La Haya es de un millón de toneladas por año, y que ante cualquier cambio que no tenga su aval, el gobierno argentino hará una nueva denuncia ante ese tribunal internacional.
Ayer, en Buquebús, los presidentes recorrieron juntos el catamarán y, sin mencionar a Botnia, remarcaron la decisión política de mantener la unidad regional. “Estamos en el mismo barco y jamás debemos cometer el error de que nuestras inevitables contradicciones nos separen en las cuestiones esenciales”, dijo Mujica en la conferencia de prensa que compartió con la Presidenta. También prometió “venir cuantas veces tenga que venir a Buenos Aires para intentar lazos de concordancia con el pueblo argentino”.
Fernández de Kirchner, a su vez, señaló que el corte de cintas conjunto “revela que tendremos diferencias, pero en definitiva todos los presidentes de la región hemos entendido que la unidad es el único camino para poder seguir creciendo”. Más adelante, remarcó que el catamarán botado es un modelo que generará menos polución y reconoció al presidente de Buquebús por su intención de convertir a su grupo empresario en el de “menor impacto de polución medioambiental”. Pero no fue más allá en el tema ecológico; con un tono afectuoso hacia Mujica, al que llamó “Pepe” en su discurso, marcó en cambio sus diferencias con el jefe del Estado uruguayo. Aclaró que, a diferencia de lo que planteó Mujica la semana pasada en la ONU al hablar contra el consumo, “yo no estoy en contra del consumo porque el consumo mueve la economía. Necesitamos que la gente consuma, porque si consume es porque tiene trabajo y un buen salario”. Después corrigió al presidente uruguayo, que había dicho que el catamarán tenía un lugar para todas las clases sociales, desde la bicicleta al Mercedes Benz, y le apuntó: “Seríamos hipócritas si dijéramos que cualquiera puede viajar en Buquebús de un lado al otro o de acá para allá; pueden viajar los que tienen un determinado nivel de vida. Creo que vamos a haber cumplido con Jesucristo, con el papa Francisco (la embarcación tendrá su nombre) y con la misión que marca el evangelio el día que cualquiera que tenga ganas pueda subir a Buquebús”.
La empresa quiere aumentar su producción a un millón 300 mil toneladas de pasta de celulosa por año.
La semana pasada, Mujica hizo saber que está dispuesto a conceder el permiso a cambio de que la empresa haga mejoras medioambientales. Así lo anticipó en una entrevista de la agencia de noticias Bloomberg, de Nueva York: “La decisión no es simple, está ubicada en la media línea, con un tipo de exigencia para mejora ambiental de la propia compañía y esperando que esas obras se vayan haciendo”, dijo a la agencia y agregó sobre esta fórmula: “Te doy para que tú me des, pero si tú no me das no te doy”.
Las mejoras que propone el presidente son una mejor refrigeración del agua que Botnia desagota en el río y el compromiso de bajar los contenidos de fósforo de esos efluentes.
Según el diario uruguayo El Observador, Mujica está dispuesto a autorizar subir la producción a 1,2 toneladas al año. El matutino La República habló con la senadora Lucía Topolansky, esposa de Mujica, que les dijo que la propuesta fue redactada y encarpetada.
Desde la oposición uruguaya, blancos y colorados respaldaron un aumento de la producción de la pastera. Los senadores Luis Alberto Heber y Pedro Bordaberry hicieron público ese apoyo en sus cuentas de Twitter, donde dijeron que estarán con Mujica si da su aval a Botnia y advirtieron que en cambio lo criticarán si no da la autorización a la empresa.
Sin embargo, anticipándose al encuentro entre los dos presidentes, el domingo la Cancillería argentina difundió un comunicado muy crítico hacia el gobierno uruguayo y su manejo del pedido de Botnia.
En concreto, la cartera diplomática denunció que las autoridades del país vecino vienen negándose a dar la información que los funcionarios argentinos les pidieron para analizar la solicitud de aumento de la producción. En este sentido, la Cancillería ratificó que la empresa quedó autorizada según el fallo de la Corte Internacional de La Haya a producir un millón de toneladas por año. Y advirtió que ante cualquier modificación unilateral que se realice, el gobierno argentino hará una nueva denuncia ante La Haya. “Todo cambio que se realice en Botnia-UPM altera la sentencia de dicho tribunal”, advirtió.
El fallo de La Haya estableció que la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), integrada por representantes argentinos y uruguayos, sea la encargada de controlar los efectos de Botnia sobre el río. El pedido de aumento de la producción fue presentado en la CARU por los representantes uruguayos en marzo del año pasado.
Al hacer esta solicitud, señaló la Cancillería, “el Uruguay reconoció que el aumento de la producción puede afectar la navegación, el régimen ambiental del río y la calidad de sus aguas. También reconoció que se requiere la opinión de la Argentina para decidir dicho cambio”.
El pedido de aumento de la producción encuentra una situación de fuerte malestar entre los vecinos de Gualeguaychú, que bloquearon el puente internacional de Fray Bentos durante tres años y medio en contra de la instalación de la pastera y lograron así que el gobierno argentino hiciera la denuncia ante La Haya. El fallo de ese tribunal, que estableció que los dos países debían realizaran un monitoreo conjunto, fue una válvula de escape para el conflicto. Pero aunque el plan de vigilancia se puso en marcha, por diferencias entre los representantes argentinos y uruguayos hasta ahora sus resultados nunca se hicieron públicos.
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