Por Daniel E. Maglioco *

Federales y unitarios, radicales y conservadores, yrigoyenistas y antiyrigoyenistas, peronistas y antiperonistas son sólo algunos ejemplos de los antagonismos que han existido a lo largo de nuestra historia.
En la mayoría de los casos, el paso del tiempo dejó de lado el debate de fondo sobre qué sociedad pretendían quienes sostenían las posiciones contendientes, convirtiéndose en enfrentamientos sin contenido.
Durante la década del 70, los sectores más lúcidos visualizaron la necesidad de superar esta situación. De ahí el intento de generar respuestas desde ámbitos multisectoriales y multipartidarias, el abrazo de dos líderes hasta entonces profundamente enfrentados como Perón y Balbín.
La sangrienta dictadura y su nefasta política económica no hicieron diferencia alguna sobre la pertenencia partidaria de las víctimas de la represión y el hambre.
Tanto la convocatoria a todos los sectores hecha por Raúl Alfonsín para refundar la democracia en 1983 como el concepto de transversalidad definido por el actual presidente demuestran la madurez que está transitando esta nueva etapa del país.
Llama, entonces, la atención la propaganda electoral del candidato a jefe de Gobierno Cristian Caram basada exclusivamente en restaurar viejas antinomias a partir de la pertenencia partidaria del presidente Néstor Kirchner y del gobernador Felipe Solá.
Sólo la falta de ideas puede llevar a tratar de descalificar al otro por cualquier medio y apelando a cualquier argumento por absurdo que sea. Agravado, en este caso, por olvidar que tanto Solá como Kirchner ocupan sus puestos por la voluntad expresada por el pueblo a través del voto obligatorio, universal y secreto por el que Hipólito Yrigoyen y la Unión Cívica Radical lucharon toda su vida, cuestión que pareciera no recordar quien quiere ser su representante en la Ciudad de Buenos Aires.
* Afiliado radical. Presidente Sección novena UCR porteña.