El ex jefe de Inteligencia de Santiago del Estero Musa Azar amplió su declaración indagatoria ayer. Aseguró que “la Justicia estaba subordinada al Ejército y se pagaba por información” a través de fondos reservados. Azar está procesado junto con integrantes del grupo de tareas que encabezó durante la represión ilegal en la dictadura y declaró ante el Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero. Su estrategia fue descargar todas las responsabilidades sobre los militares. Musa Azar estuvo al frente del Departamento de Informaciones Policiales en la dictadura y ya cumple con tres condenas a prisión perpetua. En la denominada Megacausa II de Santiago Del Estero, en la que se investiga el secuestro y tortura de 34 personas y un homicidio, se lo comenzó a indagar el viernes y continuaron ayer. “Estaba subordinada al jefe del área del Ejército”, se defendió y mencionó a “Liendo Roca, Grand, Bustos Arias y Eduardo López”, nombres que no coinciden con los responsables militares del área 312 en la dictadura: teniente coronel Ariel De Gregorio hasta noviembre de 1976, teniente coronel Alfredo Nizza hasta enero de 1979 y luego los tenientes coroneles Augusto Vidal y Juan Rodolfo Brocca. “Se disponía de gastos reservados para pagar información al que la tenía”, afirmó Musa Azar. “Antes del golpe militar del ’76, el gobernador (Carlos) Juárez también se subordinaba al Ejército, mantuvo en mi presencia una reunión con Videla y el clero también estaba subordinado, como el caso del cura Muñoz”, afirmó, en alusión a un ex capellán policial. Además, recordó que se enteró del golpe militar 12 horas antes que la población general y le ordenaron “la toma de la policía santiagueña, mientras que los militares se ocupaban del gobierno, hasta que llegaran los refuerzos”. “Las órdenes, en Santiago del Estero, eran impartidas por Correa Aldana y Fiorini, jefe y segundo de la guarnición militar”, aseguró. Ante preguntas de la fiscal Cecilia Iliana Garzón, Musa Azar indicó que los secuestrados en Santiago del Estero “si eran montoneros, los llevaba la policía, y a los del ERP, el Ejército; en mi caso, yo estaba subordinado por ley”. Se le preguntó por el asesinato de la empleada doméstica Consolación Carrizo, a lo que Musa Azar contestó que ese operativo “estuvo a cargo de los militares, que realizaron un allanamiento en la casa de Villegas Beltrán, ministro de Obras Públicas”. “El operativo surgió tras una escucha, porque se tenían intervenidos los teléfonos de los funcionarios y desde la casa de Villegas Beltrán, una mujer hablaba y le decía a un hombre que estaba viajando a Tucumán que tenga cuidado con los milicos en la ruta. Al tocar el timbre, Carrizo se asomó al balcón y al ver a los militares, se asustó e intentó escapar, cayó al vacío entre cables y sufrió graves heridas”, fue la versión de Azar.
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