EL PAíS › FUERTE DEBATE DE LOS ASPIRANTES A DIPUTADOS DE CAPITAL FEDERAL
Cabandié y Carrió se trenzaron por las ausencias en el Congreso, la corrupción y los nietos recuperados. Bergman, relegado al segundo plano.
› Por Sebastian Abrevaya
Antes de empezar y casi sin conocerse personalmente, se saludaron con un beso. Casi una hora y media después, al terminar el debate en los estudios del canal TN, el beso de Juan Cabandié y Elisa Carrió se convirtió en un insípido apretón de manos. En el medio y casi como observador, quedó el rabino Sergio Bergman. “Yo tengo un mandato histórico, el de una generación que no está. Lo que dijo es una falta de respeto a la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que si no fuera por esa lucha yo hoy no sería Juan Cabandié y mi hijo no sería Pedro Cabandié”, aseguró enérgico el candidato del kirchnerismo, en medio de un fuerte contrapunto con la diputada de la Coalición Cívica. “Yo voy a estar orgullosa de por vida de haber defendido a esos dos hermanos de la ignominia a la que los sometieron los Kirchner”, retrucó Carrió, en referencia a los análisis de ADN que los hijos de la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, se negaban a realizarse pese al pedido judicial. El candidato del PRO, en cambio, quedó al margen de los cruces más fuertes y se trenzó con Carrió cuando ella le recriminó haber acompañado la candidatura a jefe de Gobierno de Jorge Telerman, en 2007.
Sobre el final del programa, el clima en el estudio se puso cada vez más tenso. Estaban los candidatos más importantes de las distintas fuerzas como Daniel Filmus, Paula Español y Jorge Taiana, del FpV; Gabriela Michetti, Diego Santilli e Iván Petrella, del PRO; Fernando Solanas, Fernanda Reyes y Gustavo Vera, de Unen.
Era ya el último segmento de “debate libre”, en el que los candidatos podían interrumpirse libremente. El candidato a diputado del kirchnerismo retomó una discusión que había asomado varios bloques atrás y que dejó una punta abierta. En respuesta a las habituales denuncias de Carrió sobre la corrupción del kirchnerismo, Cabandié le preguntó si ella pensaba combatir la corrupción “junto al Coti Nosiglia”, en referencia a Juan Nosiglia, hijo del Coti y candidato a legislador en la lista de Unen. “Yo no tengo ninguna relación con el señor Nosiglia. Y los delitos no se heredan, vos como hijo de desaparecidos deberías saberlo”, retrucó Carrió en su defensa, mientras Cabandié agregaba que Juan Nosiglia forma parte de “la banda de la Facultad de Ciencias Económicas”, cuyo centro de estudiantes conduce Emiliano Yacobitti, presidente de la UCR Capital.
La discusión siguió por otros rumbos hasta que, luego de un corte en el que se les acercaron los asesores a sus candidatos, Cabandié le preguntó a Carrió si había querido decir que sus padres desaparecidos habían cometido un delito. La chaqueña respondió que ella hacía referencia a sus apropiadores, y que el delito que ellos cometieron no podía trasladarse a sus hijos biológicos. Justamente, la hija de los apropiadores de Cabandié, Vanina Falco, mantiene una muy buena relación con él.
Para fastidio de los conductores, el debate se extendió varios minutos, derivando hacia el tema de la identidad de los nietos restituidos. Cabandié le preguntó a Carrió si seguía considerando como “fascismo puro” la iniciativa propuesta por Abuelas de Plaza de Mayo para la extracción de ADN de manera no invasiva, pero sí compulsiva por orden de un juez. Carrió dijo que en el caso de Marcela y Felipe se trató de una “persecusión política” y aseguró que respeta la lucha de las madres y las abuelas en otros casos. Tratando de explicarse, sostuvo que ella ya sabía que no eran hijos de desaparecidos porque se lo había dicho el ex titular de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos (APDH), de la que –acotó Cabandié– fue expulsada.
Más allá de ese cruce, que fue el más duro, hubo también otros ejes en los que sí participó el tercer candidato, el rabino Sergio Bergman. Carrió le recordó que él había apoyado a Telerman en 2007, cuando Mauricio Macri resultó electo por primera vez jefe de Gobierno. “No es verdad”, le respondió Bergman, quien insistió en que su primera participación en política partidaria la hizo en el PRO y que lo otro fue como integrante de “la sociedad civil”. Fuera de cámara, los asesores de la candidata de Unen recordaban cómo Bergman había estado en el bunker de Telerman el día de la elección y horas más tarde se pasó al del macrismo. Bergman repitió, en cambio, varias veces el slogan macrista “juntos podemos” y recurrió a sus habituales aforismos y juegos de palabras.
Otro momento picante lo disparó Cabandié, que se había preparado varios carteles y gigantografías. Ante las reiteradas apelaciones a falta de República por parte de Carrió, sacó un cartel gigante, que como un rollo de papel caía hasta el piso. Contenía el listado de las votaciones de Carrió desde 2011 y subrayado en rojo la cantidad de ausentes. “Yo estoy a favor de la República, pero para eso hay que ir a debatir al Congreso. Carrió tiene un 70 por ciento de ausentes”, disparó. Lilita le replicó que tuvo licencia por enfermedad, y que sin embargo había participado de los grandes debates. “En los estudios de televisión”, remató Cabandié y la chaqueña la siguió: “Yo no voy a ir cuando se debate el día del pastelito”.
Carrió intentó llevar el debate al terreno nacional y apuntó contra dos figuras del kirchnerismo: llamó “maestro salvaje” a Guillermo Moreno y dijo que “el responsable del narco-crimen” en Argentina es Aníbal Fernández. “Son una banda de ladrones”, espetó Carrió. Dando cuenta de su derrotero político, Cabandié consideró que la chaqueña “pasó de creerse Juana de Arco a defender a los monopolios”. “Soy las dos cosas”, aseguró Carrió y le guiñó el ojo a la cámara. El clima cordial del comienzo no duró más de una hora.
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