EL PAíS › STELLA SEGADO, DIRECTORA DE DERECHOS HUMANOS DEL MINISTERIO DE DEFENSA, ENCABEZARá EL ANáLISIS DE LOS DOCUMENTOS
Explica que los archivos encontrados por la Fuerza Aérea dan cuenta de “la política pública del golpe” y que hasta el momento se conocían algunos papeles de este tipo, pero que “lo novedoso es la unidad de conjunto”.
› Por Ailín Bullentini
La directora de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, Stella Segado, no sale de su asombro. Siente, sencillamente, que durante los próximos seis meses “la historia” estará pasando por sus manos. Es la titular del equipo que analizará, sistematizará y digitalizará para enviar a la Justicia los 1500 biblioratos, libros y registros con información relativa al funcionamiento burocrático de la última dictadura cívico-militar. “Por primera vez tenemos frente a nosotros el registro burocrático de aquello que le dio marco político a la muerte”, consideró en diálogo con Página/12, desde la línea de largada al camino del análisis exhaustivo.
Tal como informó el ministro de Defensa, Agustín Rossi, el lunes, Segado tomó contacto por primera vez con la documentación hallada en un subsuelo del edificio Cóndor de la Fuerza Aérea y desde entonces no volvió a trabajar en otro tema. “Realizamos un relevamiento general del material, sin ponernos a revisar en profundidad nada. Nos teníamos prohibido a nosotros mismos detenernos a leer cada papel, porque si no no terminábamos más”, reveló. El equipo de investigación de la dependencia que dirige se dedicará en pleno a la sistematización y análisis de la documentación encontrada, junto con un grupo de archiveros y algunos expertos en conservación de papel. En total, son 30 personas. Tendrán seis meses para terminar el trabajo. La intención de Segado es que, luego, los documentos queden en el archivo de la Fuerza Aérea.
–¿Por qué dejarlos allí?
–Soy una defensora de mantener los archivos en la fuerza como propios. De no moverlos hacia otra dependencia, no desguazarlos. Así, junto con otros documentos encontrados en la Fuerza Aérea, hay muchísimo de Malvinas, por ejemplo, dentro de su misma estructura, se puede observar una real dimensión de lo que fue el circuito represivo: su burocracia, su doctrina, su política. Todo.
–¿De qué hablan los documentos hallados?
–Hasta el momento hicimos un trabajo general desde el que podemos decir que son registros que revelan el funcionamiento burocrático de la última dictadura. Es increíble y fundamental. Primero porque, como destacó Rossi, los papeles los entregó la misma fuerza. Ellos descubrieron todo este papelerío y así como lo descubrieron cerraron la puerta con candado y nos llamaron, con la sospecha de que era inédito. La totalidad que abarcan los papeles es la otra razón de importancia, la unidad documental que significan y que dan cuenta de la política pública del golpe, de una política de exterminio no sólo de vida, sino total y absoluta. En el Archivo General de la Nación hay algunos expedientes de la Comisión Asesora Legislativa (CAL), también algunas actas de la junta. En el Archivo de la Armada también hay algunas otras. Lo existente de esta información estaba suelto, disperso. Lo novedoso e inédito del hallazgo en la Fuerza Aérea es la unidad de conjunto.
–¿Se podrán resolver incógnitas que persisten desde aquellos años?
–Dudo de que se encuentren datos relativos al destino de los bebés apropiados o de los desaparecidos, pero nada indica que no pueda aparecer entre tanta orden alguna punta que pueda dar algún indicio. Es que en estos papeles, por lo que por ahora pudimos ver, siquiera se apropian de su política de muerte: cuando hablan de los desaparecidos lo hacen como si fuera mentira: cómo hacemos para que los desaparecidos no molesten desde la opinión pública, cómo se tenía que manejar en ese aspecto los dichos sobre los desaparecidos. En ningún lado de lo que leímos hasta ahora se hacen cargo de que son sus asesinatos.
–¿Por qué es tan importante este derrotero burocrático?
–Hasta ahora, siempre pasó que la perlita documental, aquel papel valioso era el que revelaba operativos, ofrecía nombres de personas o de estrategias de los que ya se tenía conocimiento. La prueba. Aquellos documentos que ofrecen un hecho delictivo, penal. Que se pensara sólo la importancia de los papeles que daban esos datos hacía que los abogados querellantes debieran quemarse las pestañas rearmando la estructura general del genocidio, aquello que le daba marco a la muerte. Por primera vez tenemos el registro burocrático de aquello que le dio marco político a la muerte. Frente a nosotros aparecen documentos en los que la junta designa quién sería el responsable de tal o cual tema, como el de seguir el “problema” de Papel Prensa, por ejemplo. Aparecen cargos, no aparecen los nombres, pero desde allí se puede empezar a rastrear. Habrá que hacerlo. También están las pruebas de todos los pedidos que llegaban a diario a la junta. Pedidos de organismos de derechos humanos, como el de Hebe o el de Abuelas, pedidos de personas individuales.
–¿En qué consistirá su trabajo?
–Trabajaremos en un catálogo muy preciso de lo hallado con una descripción minuciosa de cada cosa. A la vez lo iremos digitalizando y con eso armaremos unidades temáticas para mandar a la Justicia. No vamos a esperar a que la Justicia nos lo pida o lo vengan a buscar abogados. Lo vamos a entregar nosotros.
–¿Por dónde van a empezar?
–Por las actas, que están armadas casi cronológicamente, además de muy bien preservadas. Además están los escritos en los que los secretarios organizaban el temario, con anotaciones en lápiz, discusiones internas que son más pruebas de la lucha de poder hacia el interior del núcleo militar. Los informes de la Comisión Asesora Legislativa (CAL) nos van a llevar más tiempo porque estuvieron guardados en carpetas de cartulina, una por cada decreto del Poder Ejecutivo Nacional, están todos, y todos húmedos, ya que estuvieron expuestas en un lugar que se inundaba. Habrá que restaurarlas. Hay reglamentos, el libro de entrada y salida de expedientes. Encontramos el “Documento final de la Junta Militar sobre la guerra contra la subversión y el terrorismo”, la carta de salida de los genocidas del gobierno con todos sus borradores, en los que debatieron por qué no poner la palabra de-saparecidos, por ejemplo. El manejo de las privatizaciones con los peros y posturas de cada una de las fuerzas; qué decía Economía, qué decía la CAL. Hay, por ejemplo, versiones taquigráficas de reuniones de la CAL con los directores de diferentes empresas y las discusiones que se armaban ahí.
–¿Volverán a revisar las dependencias a partir de este descubrimiento?
–Están casi todas las unidades del país revisadas por nosotros. Fuimos a Córdoba, a Mar del Plata, a Puerto Belgrano. Las fuerzas las registraron en su totalidad. Lo que pasa es que uno busca en los lugares que cree que pueden llegar a ser depósitos de documentación. En este caso, se encontraron los documentos en un sótano, como si fuera el garaje de una casa.
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