Dom 01.12.2013

EL PAíS  › UNA LECTURA DE LAS ACTAS DE LAS JUNTAS MILITARES ENCONTRADAS EN EL EDIFICIO CóNDOR

La entrelínea de la dictadura

Paula Canelo es doctora en Ciencias Sociales y una experta en la política interna de los dictadores. Con los papeles en la mano, analiza los rastros de conflicto entre las fuerzas disimulados en el lenguaje burocrático y pretendidamente institucional. El ascenso de Martínez de Hoz. El misterio de quién escondió las actas.

› Por Alejandra Dandan

Detrás del lenguaje técnico, aséptico y equilibrado de la Junta Militar, las actas halladas en el Edificio Cóndor contienen para Paula Canelo las huellas de los conflictos internos, “profundos”, de las Fuerzas Armadas que ella estudia desde hace años. Doctora en Ciencias Sociales, investigadora del Conicet y autora de El Proceso en su Laberinto, analiza en esta entrevista algunas actas de la Junta Militar donde lee un “apriete” de la Armada y la Fuerza Aérea a Videla, o un aparente intento de frenar tempranamente, en mayo de 1977, el avance del superministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, cuyo ministerio y figura son, un año más tarde, “la agenda del Proceso”.

Canelo revisó por días quince actas de la Junta que mencionan el tema de Papel Prensa. Las actas van de septiembre de 1976 a fines de 1977, cuando se cortan para recomenzar con unos pocos documentos de 1980. El corpus permite a Canelo ver distintos temas, porque la Junta no discutía un tema por vez. Mientras abordaban el eje Papel Prensa o el Caso Graiver, hablaban de otras cuestiones. El Ministerio de Defensa ya había advertido que ahí y en otros documentos encontrados, sobre todo de la Comisión Asesora Legislativa, aparecen fuertes los roles de Martínez de Hoz y de ciertos sectores empresarios. Canelo muestra alguna de esas marcas, habla del peso de Papel Prensa en la agenda y de una anotación a mano del año 1984: “Lo increíble es lo que significa –dice–: que esto estuvo sistematizado, controlado, archivado, guardado y escondido en el año ’84, en plena democracia”.

–¿Qué la sorprendió de las actas?

–Hay varios temas. Lo primero es el registro aséptico, ordenado y apolítico que aparece en las actas. Es un lenguaje entre jurídico, técnico y burocrático, que es la imagen perfecta que querían dar las Fuerzas Armadas. No sólo las del Proceso, sino en general. Lo que, sin embargo, también muestran las actas todo el tiempo es el conflicto interno, profundo. Las actas van marcando un timing que trata de ser ordenado pero que, sin embargo, termina atravesado por esos conflictos. Como si no lo pudieran evitar.

–¿En qué aparecen los conflictos?

–Pueden verse alrededor de palabras muy específicas de esta dictadura. Palabras específicas, que no usaron otras. Por ejemplo, “compatibilizar”. Formar un gobierno militar con tres Fuerzas que participan en partes relativamente iguales en la estructura de gobierno requería que todo se consensuara. Eso era para evitar sobre todo los personalismos y no repetir la experiencia de Onganía, que había querido gobernar como presidente todopoderoso al margen de una Junta y le fue como le fue, con el Cordobazo, el Viborazo. Aquí hay que “compatibilizar” todo. El problema es que el resultado no es la armonía que ellos pretenden, porque los objetivos de cada Fuerza van bloqueando los propósitos de las otras dos. Cada una tiene un 33 por ciento, pero no para consensuar, sino para bloquear a las otras dos.

–¿Cómo aparece eso en las actas?

–En el acta 23, por ejemplo, queda registrado en un lenguaje técnico lo que en realidad es un “apriete” de la Armada y de la Fuerza Aérea, sobre todo de la Armada, al Ejército. (N.d. R.: En esa acta la Junta discute el fin de la “excepcionalidad” de la presidencia de Videla.) El acta tiene una lógica, un lenguaje que en realidad no nos permite ver el conflicto. Muestra una estructura armónica. Lo que pasa es que como nosotros ya conocemos el conflicto es posible ver sus rastros. No aparece Massera “increpando” a Videla por el disgusto que le provoca tal designación pero lo que aparece es que al menos a principios de mayo de 1977 ya la Armada y la Fuerza Aérea están diciendo: Ejército, en diciembre de 1977 se corta esto de la superposición de cargos. ¿Cómo lo dicen? Cuando dicen: “Se ratifica la decisión de la Junta de que en diciembre de 1977 se termina la situación de excepción”. Ahí nosotros tenemos que leer un “apriete”. No hay que olvidar que en paralelo, desde mediados de 1977, se están redactando los documentos secretos de las Fuerzas Armadas que eran los planes políticos de cada Fuerza. Las tres Armas redactan sus planes que luego van a ir a una suerte de equipo que llaman “de compatibilización interfuerzas”. La Armada en esos documentos dice que la cuestión del “cuarto hombre” es algo que se tiene que terminar urgente. Hay presión. ¿Por qué? Porque la Armada y la Fuerza Aérea tienen que aprovechar esa situación de excepción que les da el 33 por ciento.

–Ellos no hablan de cuarto hombre.

–La cuestión del cuarto hombre aparece como lenguaje en los medios y varios meses más tarde. Las actas muestran una discusión previa y ellos la denominan “esquema de poder”. En las actas se ve esta idea de que la Armada y la Fuerza Aérea dicen: “Bueno, Ejército, en marzo de 1976 esto era una excepción pero ya estamos en septiembre y vamos a terminar con la excusa de la excepción”. Porque la “excepción” es lo que le permite al Ejército tener sujetos, atados, controlar, los cargos de presidente, los de los miembros de la Junta Militar y comandante del Ejército en manos además de un general en actividad. La idea es que esa gran acumulación de poder que tiene Videla se desarme y permitir la definición del cuarto hombre que serían los tres de la Junta más un presidente que no sea de la Junta.

El poder de Martínez de Hoz

–Defensa señala que los documentos están mostrando el poder que tenía Martínez de Hoz. ¿Eso se ve?

–En las actas que leí aparecen conflictos con dos ministerios. Uno es Educación y el otro es en torno de la Ley de Ministerios y el proyecto increíble que aparece es la discusión sobre la posibilidad de dividir el Ministerio de Economía. Esto es increíble y no se sabe. Es completamente nuevo. Y parece una locura. Significa que el 26 de mayo de 1977, ¿están diciendo que en el estudio de la Ley de Ministerios hay que desdoblar Economía? ¿En el momento de mayor poder de Martínez de Hoz? Esto seguramente no fue obra del Ejército, seguramente era la Armada.

–¿Por qué?

–Me llama la atención que en un acta de mayo de 1977 se hable de desdoblar Economía porque un año después, en octubre de 1978, va a haber una reforma que “limpia” el gabinete. Sólo van a quedar en pie Trabajo, Interior y Economía. Economía va a ser uno de los pocos ministerios que queda en pie. Por eso, mayo del 1977 está mostrando un conflicto. El acta no es muy explícita. Pero está claro que hay conflicto. ¿Por qué? Porque desdoblar Economía, que es lo que se propone en el acta, supone recortar el poder del ministerio. Viola en el año 1981 va a desdoblar Economía en cinco ministerios diferentes y al frente pone a enemigos de Martínez de Hoz. Pero eso todavía no ocurre en ese primer momento.

–¿Alguna relación con la Reforma Financiera?

–Hubo tres grandes paquetes de medidas económicas. El plan del 2 de abril que es un clásico antiinflacionario; la reforma financiera de junio de 1977 y la apertura de agosto de 1978 que va a completar la serie de medidas. Pero la reforma financiera del 1º de junio es la que realmente refunda el capitalismo argentino sobre nuevas bases. Acá aparece un actor, que es el capital financiero que nunca antes había tenido la influencia que va a tener. Yo no sé si se puede asociar la reforma con la propuesta de desdoblar Economía. Si la Armada veía que se venía un gran paquete y propuso el desdoblamiento, no lo sé.

–Mencionó además conflictos con otros ministerios.

–Además de Economía, se plantean temas similares con Bienestar Social y Educación. Bienestar Social es el coto de la Armada, el ministerio que la Armada no quiere soltar nunca porque forma parte del proyecto político de Massera. Y está el conflicto de Cultura y Educación, que tiene una tensión a lo largo de toda su existencia entre el Ministerio de Cultura por un lado y Educación por otro. Fue muy conflictivo y uno de los ministerios que quedó en manos de los civiles. La distribución del gabinete en 1976 buscó esquizofrénicamente el equilibrio: había ocho ministerios, quedaron dos para el Ejército, dos para la Armada, dos para la Fuerza Aérea y dos para los civiles. Y ahí también hubo un equilibrio, liberales en Economía y nacionalistas conservadores en Educación. Para entonces, los nacionalistas como corriente de influencia estaban bastante debilitados, a diferencia del liberalismo que estaba en explosión, en avance y reformulación. Pero lo que es llamativo es la intención de desdoblar Economía. ¿Cuándo? En mayo de 1977, cuando en octubre de 1978 se limpian todos los ministerios menos a Trabajo, Economía e Interior. ¿Qué es eso? Que la figura de Economía y la figura de Martínez de Hoz son la agenda del Proceso.

Papel Prensa y 1984

–¿Observa alguna relación entre la agenda Papel Prensa y el resto?

–Me llamó muchísimo la atención la presencia que tiene Papel Prensa. Lo que pasa es que estoy trabajando con un corpus de actas que están seleccionadas porque aparece Papel Prensa, así que tengo restricciones para evaluar, pero me llama muchísimo la atención la importancia que le dan. Me parece que es un tema que los tenía muy preocupados y que era realmente una de las cuestiones de agenda más relevantes por esos años.

–¿Qué datos de las actas sugieren eso?

–No sólo la frecuencia, sino el espacio que ocupa en cada acta. Yo no puedo hablar de la frecuencia porque el corpus está preseleccionado. Pero lo que tengo acá es que en algunas actas el tema ocupa el 70 por ciento. Habría que ver pero del “Esquema de poder” tenemos cuatro líneas, y estamos hablando del presidente de la Nación. ¡Cuatro líneas! La Ley de Ministerios, dos líneas. Pero a Papel Prensa le dedican la mitad del acta y después dos anexos. Y después aparece la cuestión del listado de empresas suspendidas muy detallado (N. d. R.: listas de empresas expropiadas a los Graiver).

–¿Hay algún otro dato?

–Hay una anotación a mano, al pie del acta 21. Eso es otro dato increíble: es increíble que el 6 de agosto de 1984 alguien esté controlando esto. Ya en plena democracia, ya habiéndose afirmado y estando en pleno conflicto la cuestión del Juicio a las Juntas. Ya estaban los primeros decretos de Alfonsín y la creación de la Conadep. Estamos en pleno momento de arranque de la judicialización de las violaciones a los derechos humanos y hay alguien que escribe ahí: ¡Aquí se constata que falta el acta tal! Dice: “No está esta la resolución tal de la Junta Militar”. Lo increíble es lo que significa esto: esto estuvo sistematizado, controlado, archivado, guardado y escondido en el año 1984, eso es evidente.

–¿Cree que fue responsabilidad de la Fuerza Aérea?

–No lo sé. La Fuerza Aérea sale de la dictadura como una de las fuerzas mejor paradas. Y durante el gobierno de Alfonsín, la cúpula es muy cercana a Alfonsín, porque todas las fuerzas y armas que salieron bien paradas de Malvinas van a tener un protagonismo político fuerte con Alfonsín. Pero estamos en plena democracia. Que haya un funcionario que no sabemos si es civil o militar, pero que estuvo revisando esto en 1984 y lo escondió... o se lo dio a alguien que lo escondió como se puede inferir, eso es lo grave. Que lo haya hecho un funcionario designado por la democracia.

–Cuando vio todo esto ¿se metió rápidamente a analizarlo o se emocionó?

–Desde el primer contacto que tiene un investigador con la “fuente nueva”, uno puede decir que son “caramelos”. Más allá de que hay cosas que son obvias y otras mas novedosas, todo lo que es “fuente nueva” es la posibilidad de saber más o saber si lo que uno venía diciendo era o no era así. Un testeo. También son eslabones que se agregan a cadenas. Cadenas que construimos con pequeñas partes y éstas son eslabones que hacen la cadena más fuerte. Después aparece la idea de que faltan muchas cosas todavía. Las listas, por ejemplo. Que siempre han negado los militares. Pero que muy probablemente estén, en algún lado. Y también me dije, cuando escuché todo esto, que ojalá que lo que se encuentre sirva no sólo para investigar Papel Prensa sino para ayudar a encontrar a los hijos, a los nietos, a toda la gente que sigue desaparecida y los familiares no saben dónde están.

Una de las actas de las reuniones en las que “hablaban” Ejército, Armada y Fuerza Aérea.

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