Jue 12.12.2013

EL PAíS  › OPINIóN

Una agresión contra todas las fuerzas democráticas

› Por Hernán Patiño Meyer y otros *

1 Deploramos la pérdida de vidas humanas producidas como consecuencia del abandono extorsivo de sus responsabilidades por parte de fuerzas policiales en distintas jurisdicciones de nuestro país y llamamos a poner fin a una metodología de protesta manifiestamente contraria a la paz social.

2 Invitamos sin distinción de creencias a todos nuestros compatriotas, y al cumplirse treinta años de ininterrumpida vigencia del sistema democrático, a reafirmar nuestro más profundo compromiso con la vigencia plena de los derechos humanos, de los cuales el derecho a la vida con justicia y dignidad se encuentra a la cabeza de todos ellos.

3 Resulta racionalmente imposible atribuir exclusivamente a reacciones espontáneas el encadenamiento temporal y la similitud metodológica de los graves acontecimientos sucedidos, justamente en momentos en que el pueblo argentino y sus dirigencias políticas se disponían a celebrar el más largo período democrático de nuestra historia. Lo ocurrido ha constituido una agresión generalizada contra todas las fuerzas democráticas de la Argentina.

4 Aparece como una deuda pendiente del Estado y los responsables de su conducción la profesionalización definitiva de las fuerzas policiales y su absoluta subordinación a las autoridades surgidas del voto popular, en el marco de la vigencia plena de la ley y la Constitución Nacional.

5 Debe enfrentarse sin demoras ni ambigüedades la relación existente entre el delito, especialmente en sus manifestaciones más rentables y organizadas, las fuerzas de seguridad y cierta dirigencia política; que atentan contra el ejercicio pleno de la autoridad del Estado democrático para garantizar la protección y la paz de la población confiada a su cuidado.

6 Debe profundizarse el ataque a las causas estructurales de la inequidad social, especialmente la injusta distribución de la riqueza, el deterioro del ingreso y la corrupción en todas sus manifestaciones, para evitar que la sensación de abandono y tolerancia a la marginalidad y exclusión alimente la provocación de reacciones irracionales que pongan en riesgo la paz social y la plena convivencia democrática.

7 Pedimos finalmente a Nuestra Madre y Señora de Luján consuelo para las víctimas de la violencia y sabiduría para que con coraje y generosidad seamos capaces de enfrentar y superar las dolorosas circunstancias que nos toca vivir.

* Por el equipo coordinador de Cristianos para el Tercer Milenio: Gustavo Bottini, Rodolfo Briozzo, Cristina Domeniconi, Ana Cafiero, Juan Manazzoni, Roque Miraldi, Hernán Patiño Mayer. Por Asociación Argentina Teilhard de Chardin: Guillermo Robledo.

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