EL PAíS
› EL HELICOPTERO QUE TRASLADABA AL PRESIDENTE TUVO UN ATERRIZAJE DE EMERGENCIA
Crónica de un susto grande que duró diez minutos
Kirchner se trasladaba de vuelta de la Quebrada a la capital de Jujuy. Hubo un percance y el piloto aterrizó sobre el lecho seco de un río. No pasó nada pero por un ratito se temió por la suerte del Presidente, de Duhalde, de Camaño y del gobernador Romero. La nave pertenece a la provincia de Salta, lo que detonó algunas bromas.
› Por Martín Piqué
El helicóptero blanco arrancó en medio de un calor sofocante –30 grados– en un remoto paraje de la Posta de Hornillos, entre los cerros de la Quebrada de Humahuaca, a 75 kilómetros de San Salvador, la capital de Jujuy. En el interior viajaban seis personas: el piloto y el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, estaban sentados en la primera fila. Atrás iban el presidente Néstor Kirchner, su antecesor Eduardo Duhalde, el titular de Diputados Eduardo Camaño y el secretario privado del Presidente, Daniel Muñoz, acomodados de izquierda a derecha. Comenzaron a girar las hélices y la aeronave despegó pero no logró levantar vuelo. Apenas pudo avanzar unos doscientos metros a ras del suelo. El piloto abortó el despegue y aterrizó sobre el lecho del río Grande, que corre por el valle paralelo a la ruta. Un remolino de policías, gendarmes, funcionarios y periodistas comenzó a correr hacia allí. Los seis pasajeros estaban intactos, pero la ola ya había empezado a rodar: las placas rojas de Crónica TV decían “el helicóptero del Presidente en emergencia”.
El episodio asustó a la comitiva que había acompañado al Presidente en su viaje a Jujuy. Y también asustó a los propios afectados, que luego intentaron desdramatizar el hecho con bromas y comentarios jocosos. Todo duró apenas unos minutos. El momento más difícil se vivió cuando el helicóptero casi choca contra un pequeño cerro antes de aterrizar sobre el cauce seco del río. “Muñoz estaba blanco y Camaño muy asustado”, confió Kirchner a los periodistas luego de que un grupo de personas lo ayudara a subir el terraplén que separa el río de la ruta provincial 9.
El rescate fue grabado por las cámaras de Crónica TV. El Presidente subió por sus propios medios, y atrás lo hicieron Camaño, Romero, Duhalde y su secretario privado, quienes usaron una soga para escalar la loma. Hubo un clima de histeria y nerviosismo, gritos y pedidos de ambulancia. La caravana de autos oficiales –entre los que viajaba el vice Daniel Scioli– se detuvo en seco y la gente comenzó a correr. Pero todo se tranquilizó una vez que los cinco pasajeros del helicóptero, entre ellos el Presidente, abordaron una Trafic blanca y reanudaron el viaje hacia San Salvador de Jujuy. Mientras tanto, comenzaban las suspicacias.
–¿No lo habrá enviado Menem? –le preguntaron a Kirchner por la aeronave que había sufrido el desperfecto.
–Estamos averiguando –retrucó el Presidente con una sonrisa cuando ya caminaba por las instalaciones del aeropuerto.
En rigor, el helicóptero en cuestión pertenecía al gobernador salteño y ex compañero de fórmula del riojano. Era un aparato “de tipo ejecutivo” y origen estadounidense, marca Bell, modelo 704, que Romero utiliza para viajar por su provincia. Lo manejaba uno de los dos pilotos oficiales de Salta. En el entorno de Romero aseguraron que el helicóptero “estaba en perfectas condiciones” y que transportaba una cantidad de personas (seis) acorde con su capacidad. En cambio, no descartaban que el cambio de temperatura hubiera afectado al motor. En la Quebrada de Humahuaca hacía 30 grados, diez más de lo que se había registrado en la capital jujeña, donde la misma aeronave había despegado sin problemas.
Para esa hora, los funcionarios comentaban las placas rojas que habían salido por Crónica: “El helicóptero del Presidente en emergencia/el Presidente está siendo rescatado por sogas/Duhalde está con él/Gendarmería está tratando de ayudarlo/Duhalde y Kirchner a salvo”, fue la sucesión de títulos que apareció en las pantallas. Los afectados lo comentaban con sorna en un salón VIP del aeropuerto de San Salvador, donde protagonistas y testigos compartían sus vivencias: “Es el helicóptero de Romero, ése fue el error”, repetía un allegado del Presidente. “La culpa es tuya, Daniel, que estás muy pesado”, se reía Kirchner, que acusaba a su secretario privado de cierto sobrepeso. “Yo dije que fue un hecho heroico”, comentaba Duhalde, sarcástico. Más tarde, en el Aeroparque Jorge Newbery, Scioli sepreocupó por informar a los movileros: “A todos nos tranquilizó cuando vimos al Presidente y a quienes lo acompañaban caminar con tranquilidad”.