EL PAíS › SECTORES DEL KIRCHNERISMO Y DE LA OPOSICION COINCIDEN EN PROPONER CAMBIOS EN LAS PRIMARIAS ABIERTAS SIMULTANEAS Y OBLIGATORIAS
Las modificaciones serían para que de la interna no resultara electo el binomio presidencial, sino que el vice pudiera surgir entre los perdedores.
› Por Nicolás Lantos
Hay pocas cosas en las que pueda coincidir todo el arco político argentino, año 2014. Poquísimas. Entre ellas pueden contarse las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que se dispusieron por ley en 2009, en el marco de la reforma política impulsada por el gobierno nacional: más allá de algunas críticas para la galería, hay consenso en todas las fuerzas de que el sistema, aplicado ya para los comicios presidenciales de 2011 y de las legislativas de 2013, “ha funcionado para comenzar a ordenar el desprolijo mapa partidario autóctono, aunque no se lo ha utilizado en todo su potencial”, en palabras de un legislador oficialista.
La consideración que tienen las PASO es tan positiva que varios distritos que todavía no aprobaron su propia ley que establezca la obligatoriedad de estas internas, lo harán para 2015, incluyendo algunos como la Ciudad de Buenos Aires, cuya administración está insospechada de kirchnerismo. Sin embargo, aunque funcionan bien, es probable que las primarias no lleguen a las próximas elecciones tal como se llevaron a cabo hasta ahora: tanto en el Frente para la Victoria como en algunos sectores de la oposición consideran que la actual reglamentación necesita una serie de ajustes que permita su óptimo funcionamiento, y es probable que en el transcurso de este año parlamentario el tema regrese al Congreso para discutir la reforma de la reforma.
La clave del asunto está en la conformación de la boleta presidencial. La ley electoral 26.571, aprobada hace un lustro, establece que en las primarias deben competir entre sí los binomios completos, presidente y vice, y que el ganador se queda con toda la boleta. Así se aplicó en las elecciones de 2011, o mejor debería decirse, “no” se aplicó, debido a que ninguno de los partidos que se presentaron lo hicieron con más de una alternativa para el premio mayor. “El hecho de que el ganador se lleve todo y al perdedor solo le quede acompañar desde el llano alentó a que muchos dirigentes, con aspiraciones altas, decidieran jugar por la propia más que buscar una alianza poniendo en juego su lugar en la boleta”, explica uno de los diputados que trabajaron en el proyecto de la reforma.
Así, sin incentivos para arriesgar ese valor en pos de conformar una alianza más amplia, en esa ocasión finalmente hubo una gran dispersión del voto opositor, que sumado a la contundente elección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sentenciaron rápidamente el pleito luego de las PASO. En los últimos comicios legislativos, en los que las listas se podían conformar de manera proporcional con candidatos de todas las líneas internas que competían, sí hubo una mayor inclinación a realizar frentes, y el caso exitoso de Unen en la Ciudad de Buenos Aires alimenta las expectativas de varios candidatos de llegar a la Casa Rosada.
La idea de reformar la ley para permitir que la fórmula presidencial incorpore a los perdedores de las PASO circula desde hace algunos meses y ha tomado fuerza. Entre la oposición, cuenta con el entusiasmo de buena parte de las bancadas del radicalismo y sus aliados socialistas, que ven en ese mecanismo una forma de dirimir las diferencias y llegar juntos a 2015. Mauricio Macri y Sergio Massa son menos proclives a exponer su liderazgo en una elección interna, aunque en segundas y terceras líneas reconocen que el ganador de una primaria entre ellos podría salir fortalecido y no ven con malos ojos la idea. “De todas formas –explica el diputado–, si el Frente para la Victoria y los radicales se ponen de acuerdo, sobran los votos para aprobar holgadamente la propuesta.”
En el oficialismo ya dan casi por hecho que el candidato a suceder a CFK saldrá de las PASO de agosto de 2015, donde un puñado de dirigentes (gobernadores, miembros del gabinete, legisladores) apuestan a meter cuchara. La posibilidad de que haya premio para dos ayuda a contener a todos los que tienen aspiraciones y evitar que la idea de exiliarse en otra fuerza resulte más tentadora. Falta ver qué opina al respecto la Presidenta, que aún no ha dicho públicamente ninguna palabra sobre su sucesión, pero en la Casa Rosada reconocen que la idea de reformar la ley electoral nuevamente está en estudio.
“Es una alternativa posible, que ayudaría a mantener cohesionados a los espacios políticos que ya tienen una identidad, como el kirchnerismo, y a ordenar un poco el panorama de la oposición”, analiza un funcionario cercano a la mandataria. La idea también suena bien en los oídos de algunos de los precandidatos, como el gobernador bonaerense Daniel Scioli o el entrerriano Sergio Urribarri, según pudo averiguar Página/12. “Sería lo más lógico, mantenés a todos dentro del corral y tenés algo más para repartir entre los que queden relegados en las primarias para mantenerlos estimulados para la campaña”, razonan en el entorno sciolista.
Restan definir algunos puntos que van a traer sin dudas debate: si el segundo en las primarias ocupará automáticamente la candidatura a la vicepresidencia o si, por el contrario, como en Estados Unidos, es el candidato el que decide quién será su compañero de fórmula. Desde la oposición, en tanto, piensan en aprovechar la ocasión para intentar negociar la inclusión de otros cambios, como la boleta única, a la que el Gobierno se opone. De todas formas, el tema ya está en discusión y seguramente pase por el Parlamento en algún momento antes de fin de año, anticipando el debate electoral.
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