“Ha habido muchas licitaciones en la Ciudad que dejan serias dudas de cómo fueron resueltas”, plantea Eduardo Epszteyn, en diálogo con Página/12. El dirigente plantea que el kirchnerismo tiene que ampliar sus bases en el territorio porteño y utilizar las PASO para potenciarse en 2015. “La derecha en la Capital ha sabido construir poder político y hoy es difícil de derrotar”, advierte.

–¿Cuál es el futuro que ve para el kirchnerismo porteño?

–Creo que tenemos un desafío importante que es el de construir una mayoría electoral que sea capaz de ganar el gobierno en 2015 en la Ciudad. La pérdida del senador por la minoría es preocupante y marca la necesidad de ampliar el espacio. Hay que utilizar las PASO, que fue una reforma de este gobierno y que el kirchnerismo hasta aquí no ha sabido utilizar. Esto permite que florezcan mil flores y aparezcan nuevos candidatos que le permitan al kirchnerismo ganar. La derecha va a estar en un proceso de reestructuración, porque Macri no va a poder ser candidato. Y hay que ver qué hace Massa en la Capital. Ante la centralidad de un gobierno de derecha que viene aumentando los impuestos, viene dejando caer la inversión social, tenemos que ser capaces de juntar masa crítica y lograr una gestión progresista en la Ciudad.

–¿Con qué espacios se aliaría?

–Lo que no podemos hacer es resignarnos a ser parte de la interna del PJ. El PJ Capital representa un pedazo chico de lo que el kirchnerismo supo construir. Hay una parte importante de la sociedad porteña, sin identificarse con el peronismo, que comparte valores. Las fuerzas de izquierda alcanzaron cerca de un 14 por ciento. En una elección ejecutiva van a buscar a quienes se sientan capaces de gobernar y hay que crecer allí, con ese 35 por ciento de porteños que alguna vez nos han votado. Hoy es prematuro hablar de candidatos, no hay que tomar esto como una cuestión de personalismos. No tiene que ser una competencia de personas. Tienen que ser distintas expresiones de una fuerza política que tiene que recrearse para ganar la Capital.

–Gabriela Cerruti, por ejemplo, ya anunció que se presenta.

–Me parece bien que ella quiera ser. Todo político quiere ser. El problema es expresar a un colectivo que tiene que ser más grande. La derecha en la Capital ha sabido construir poder político y hoy es difícil de derrotar. Hay que tener mucha imaginación y mucha generosidad.

–Ella propone dialogar con Graciela Ocaña, Martín Lousteau y Fernando Sánchez...

–No es una cuestión de nombres. Fernando Sánchez es un cuadro de la Coalición Cívica, cercano a Carrió. Puedo compartir valores con él, pero está muy alineado en la CC y dentro de la interna de la derecha. Graciela Ocaña –a quien conozco de hace muchos años– tendrá que definir para dónde quiere ir. Compartimos la lucha contra la corrupción, pero no alcanza sólo con eso.

–¿Qué opina de que César Milani sea jefe del Ejército?

–La verdad es que a mí no me resultó simpática la designación de Milani. Es una decisión que cuesta entender...

–¿Cómo ve las designaciones en la Defensoría porteña y el Ministerio Público?

–Lo que no sería aceptable es el chantaje del macrismo para votar los candidatos e intercambiarlos por leyes. Pero no creo que haya ocurrido eso. La oposición, en lugar de negociar unilateralmente, debió haber tratado de ponerse de acuerdo. De las leyes que se votaron, los cambios en la ley de compras le dan impunidad al macrismo, que convirtió en legal algo que permite niveles de opacidad importantes a la hora de contrataciones.

–¿Qué observaciones hizo sobre la licitación de las aulas container?

–Es una licitación en donde la diferencia entre la convocatoria y la presentación de la oferta fue muy corta y genera situaciones de ventaja a quienes sepan que esto va a ocurrir. Una empresa fue a hacer una consulta dos días antes de la publicación oficial. Ha habido muchas licitaciones en la Ciudad que dejan serias dudas de cómo fueron resueltas.

–¿Por qué recurren a las aulas container?

–Es fruto de la propia impericia e improvisación. Todos sabíamos que existían problemas de vacantes de la educación inicial. En ese contexto, el gobierno decide reducir el presupuesto para infraestructura de escuelas. En el medio, metieron este sistema on line que desde el punto de vista técnico fue un desastre. Y terminan con una licitación sospechada por falta de transparencia.