EL PAíS › EL PRO, LA UCR Y LA CC SE DIERON VUELTA Y DIJERON QUE NO ERA MOMENTO PARA DISCUTIR LA REFORMA AL CODIGO PENAL
Pese a que tanto el macrismo como el radicalismo tuvieron sus representantes en la comisión de reforma del Código, ayer salieron a anunciar que no apoyarían la propuesta. Lo mismo dijeron Carrió y Solanas.
› Por Werner Pertot
Frank Underwood hubiera estado orgulloso. El maquiavélico protagonista de la serie House of Cards no hubiese logrado una jugada política mejor que la que hizo Sergio Massa para lograr que sectores de la oposición rechacen un proyecto de reforma del Código Penal que ni siquiera está presentado en el Congreso. Incluso consiguió que se dieran vuelta aquellos sectores que participaron de la redacción del anteproyecto de la reforma, como el radicalismo y PRO. El procesado jefe de Gobierno, Mauricio Macri, organizó una conferencia de prensa para señalar que no es momento de discutir una reforma. Sentado a su lado estaba Federico Pinedo, que participó del anteproyecto. La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, afirmó que la reforma es “una locura”. El jefe de la bancada radical en el Senado, Gerardo Morales, anunció que la UCR no apoyará el proyecto, pese a que contribuyó a redactarlo el ex diputado Ricardo Gil Lavedra.
En pocos días y con una breve campaña por los medios y las redes sociales, Massa logró que amplios sectores de la oposición dieran un giro de 180 grados en su postura. El socialismo, la UCR y el PRO habían enviado a sus representantes a la comisión que se avocó durante más de un año a preparar un anteproyecto de la reforma del Código Penal. La integraron también el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni y el ex ministro de Seguridad León Arslanian. Una vez que terminaron de consensuar un anteproyecto –que tiene disidencias en puntos específicos–, se lo entregaron a Cristina Fernández de Kirchner. El 1º de marzo, la Presidenta advirtió que estaba siendo estudiado por el Ministerio de Justicia para elaborar un proyecto definitivo.
Massa se lanzó antes de que este proyecto esté escrito y orquestó una campaña contra la reforma. En los primeros días, tanto Pinedo como Gil Lavedra salieron a cruzarlo y a señalar falsedades en las cuestiones que el líder del Frente Renovador señalaba como reprochables. “Massa dijo muchas cosas que no son verdad”, había afirmado Pinedo, quien hizo una larga enumeración: “Ma-ssa dijo que buscaba eliminar el registro de antecedentes y el proyecto no lo modifica en absoluto. Dijo que la corrupción de menores y el robo con arma eran excarcelables, cuando en realidad tienen una pena de 12 años; que el tráfico de drogas era excarcelable, cuando tiene una pena máxima de 10 años, con otros 10 años por organización; que eliminamos el abuso sexual gravemente ultrajante, cuando lo convertimos en una figura más grave, que es la violación”.
Luego de esta extensa desmentida, Pinedo sentenció: “En lugar de oponerse hay que hacer el trabajo lo mejor posible. La función de los legisladores es sancionar buenas leyes. Me parece que, si son diputados, lo que tienen que hacer es hacer propuestas para que el Código Penal sea mejor. Rechazar una reforma es decir no estoy capacitado para mejorar la legislación. El ‘me quedo donde estoy’, en estas condiciones, no es razonable”. Pero, ayer, Pinedo se sentó junto a Mauricio Macri, quien dijo: “No se puede votar el Código Penal hoy, porque esto conduce a una nueva fractura de nuestra sociedad y nosotros no queremos más fracturas. Queremos que se debata sin animosidades, en profundidad y escuchando la postura de todos con respeto”. Macri anunció este cambio de postura luego de una reunión con su bloque legislativo y las principales autoridades del partido.
En la conferencia, Macri pidió un debate “sin demagogias ni oportunismos, fuera de un contexto electoral”, para lo que exigió que la reforma “se apruebe en un par de años. No hay urgencia”. Corrido en los hechos por la movida mediática de Massa, Macri no ahorró críticas hacia su ex aliado, cuyas críticas calificó de “oportunistas, populistas y demagógicas”. “Debatir el Código Penal es un ejercicio importante y lo tenemos que hacer y tiene que ser una reforma de todos. No lo debatamos demagógicamente y saquémoslo del debate electoral, sin oportunismos”, afirmó, sin mencionarlo explícitamente. A esa estrategia se sumó Gabriela Michetti, quien dijo que “el Frente Renovador no tiene autoridad moral para criticar la reforma del Código Penal”.
Para justificar el giro que dio el PRO respecto del tema, Macri afirmó que Pinedo había dejado asentadas sus “profundas diferencias” con el anteproyecto que se presentó. En realidad, planteó disidencias en un número menor de artículos, cuya redacción definitiva todavía debe pasar por el Congreso.
Los referentes de Unen, Elisa Carrió y Pino Solanas, coincidieron con la nueva posición del PRO. “La reforma del Código Penal requiere un amplio debate social y no el tratamiento express que propone el Gobierno. Este anteproyecto reduce las penas para delitos graves, como la producción y comercialización de drogas”, afirmó el senador Pino Solanas. “Nunca nos prestamos a la locura de reformar el Código Penal”, destacó la diputada Elisa Carrió, quien dijo que era “tan irracional la reforma propuesta como el llamado a una consulta popular” de Massa.
La oposición de Massa también quebró el frente interno de la UCR, que en un principio había ofrecido a Gil Lavedra para trabajar en el anteproyecto. Los primeros en abrirse fueron Julio Cobos, Miguel Bazze y Oscar Aguad, quien dijo que “el actual Código es un acumulado de inconsistencias, pero no es tiempo para discutir estas normas”. Ayer, de una disidencia parcial, la UCR pasó a una oposición frontal al proyecto que ellos mismos habían contribuido a redactar. El titular del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, advirtió que “la UCR no va a acompañar ninguna reducción de penas”. No está claro si Sanz consultó con Gil Lavedra sobre el contenido del anteproyecto. El coordinador de la comisión redactora, Roberto Carlés, afirmó que el anteproyecto reducía 116 escalas penales y aumentaba otras 159, además de introducir 85 nuevos tipos de delitos y despenalizar 17 conductas.
Sanz fijó la posición oficial, al igual que Macri, tras una reunión con las autoridades de su partido. “El radicalismo le pide al Gobierno que no envíe el proyecto de reforma del Código Penal”, afirmó Sanz antes de conocer el contenido del proyecto definitivo. “No vemos oportuno el tratamiento del Código Penal en este momento”, se sumó el jefe de bloque radical en el Senado, Gerardo Morales.
Sobre un telón de cambios generales de posturas en la oposición, el dirigente de Unen Martín Lousteau consideró que es “infantil la manera en que estamos discutiendo la reforma del Código Penal”. “Vemos acusaciones mutuas, amenazas de plebiscitos, exageraciones, populismo y descalificaciones –estimó el ex ministro de Economía–. Es un debate poco riguroso: sin datos y sin profundidad.”
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