El jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, mantuvo una reunión en su despacho con el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, donde se fijó la fecha del 9 de abril para que el ministro coordinador rinda su informe mensual de la gestión de gobierno ante el Congreso y, por primera vez, desde que está al frente de la cartera, ante la Cámara baja. En el encuentro de ayer, ambos analizaron la posibilidad de establecer una metodología que no resulte extenuante, como la maratónica sesión del Senado, la semana pasada, donde Capitanich expuso y respondió preguntas durante doce horas corridas. Con ese objetivo, Domínguez comenzaría una ronda de consultas con los distintos jefes de bancadas para tratar de acordar un procedimiento para el informe del ministro, aunque cerca de Capitanich insistieron en que su postura es responder todas las consultas de los legisladores.

Capitanich ya fijó fecha para su nuevo informe de gestión ante el Congreso, cuando todavía repercuten sus respuestas y sus cruces con los senadores de la oposición en la sesión de la Cámara alta realizada el jueves pasado. Esta vez será el 9 de abril en Diputados, con lo que el jefe de Gabinete parece dispuesto a concurrir mensualmente al Parlamento para rendir cuentas sobre la marcha del gobierno nacional, como establece la Constitución.

Así lo acordó el ministro en el encuentro que mantuvo ayer con el presidente de la Cámara de Diputados. En la charla, Capitanich y Domínguez también evaluaron la posibilidad de establecer una metodología que no convierta en tediosa y extenuante la exposición del jefe de Gabinete ante los diputados, pero sin que la modalidad elegida cercene las preguntas y consultas de los legisladores. La idea es mejorar la dinámica utilizada en la Cámara alta, donde la sesión duró doce horas, en especial porque el número de miembros de la Cámara baja casi cuadruplica la cantidad del Senado.

Para eso, Domínguez arrancará una ronda de consulta con los presidentes de todos los bloques de la Cámara de Diputados, en busca de un acuerdo. En más de una oportunidad, diputados oficialistas y opositores habían manifestado su insatisfacción con las metodologías aplicadas, que volvían intrincadas las sesiones a las que asistían los ministros coordinadores, donde muchas veces preguntas y respuestas volvían a repetirse a lo largo de la sesión, donde cada bloque hace sus propias consultas. La idea de fijar de antemano un temario acotado tampoco convencía a los legisladores, al menos cuando las visitas de los jefes de Gabinete al Congreso eran más espaciadas.

En ese sentido, Capitanich les imprimió su impronta a los informes de gestión en su primera visita al Senado. El ministro expuso, escuchó y respondió una a una las preguntas de los senadores de cara a las bancas, modificando la tradición parlamentaria. Antes, tanto el ministro como los legisladores debían dirigirse a quien presidía la sesión, sin que el funcionario mirara directamente a sus interlocutores. O que el ministro agrupara las preguntas para luego responderlas en conjunto.

La idea de Capitanich es seguir la misma senda. “El ministro ha demostrado que no tiene inconveniente en responder a todas las preguntas, como lo hizo en el Senado y lo hace todas las mañanas” (en sus diarias ruedas de prensa), afirman sus colaboradores más directos. El jefe de Gabinete tampoco quiere que el método empleado o elegido limite las consultas de los legisladores. El desafío de encontrar el procedimiento más adecuado quedará ahora en manos de los diputados.