EL PAíS › NUEVOS TESTIMONIOS SOBRE LOS CRíMENES COMETIDOS EN LA CACHA
El abogado Carlos Bozzi dio detalles de su secuestro en Mar del Plata durante la denominada Noche de las Corbatas. En el mismo operativo, los represores se llevaron a Tomás Fresneda, padre del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda.
Las escenas del terror se suceden en los relatos de los testigos sobrevivientes que siguen declarando en el juicio oral por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención La Cacha. Ayer dio su testimonio el abogado Carlos Bozzi, secuestrado junto a Tomás Fresneda, padre del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, y uno de los seis letrados detenidos en julio de 1977 en Mar del Plata, durante la denominada Noche de las Corbatas.
El operativo fue el 8 de ese mes en el estudio jurídico de Bozzi en la ciudad balnearia, y también se llevaron a Fresneda y a su esposa, María de las Mercedes, embarazada de cuatro meses. Esa misma noche también fueron secuestrados los abogados Norberto Centeno, Salvador Manuel Arestín y Raúl Hugo Alaiz.
Bozzi declaró ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que investiga los delitos cometidos contra 135 víctimas en La Cacha, entre ellas siete embarazadas, por haber estado en un operativo de las fuerzas represivas donde resultaron asesinados dos estudiantes que habían estado detenidos en La Cacha. Fue un operativo concretado en la Ruta 2 y el acceso a Santa Clara con el fin de simular que la organización Montoneros había secuestrado a los abogados que los represores detuvieron, en realidad, en el estudio de Bozzi. Según relató el abogado, lo trasladaron a las instalaciones del viejo radar situado en la base aérea cercana a la ciudad balnearia. Una noche le informaron que lo iban a liberar en La Plata, y es ahí cuando comienza el simulacro que montó el Ejército con el fin de pretender atribuir a Montoneros este hecho. Bozzi fue introducido en el baúl de un automóvil, que luego supo pertenecía al abogado Norberto Centeno, con los ojos vendados, y al llegar a un cruce de la Ruta 2 y la entrada a Santa Clara comenzó a oír un intenso tiroteo.
Cuando ya no se oían disparos, personal de seguridad lo sacó del baúl y le dijo que “sus compañeros montoneros” acababan de ser abatidos, mostrándole que en el automóvil había dos cuerpos, que luego supo pertenecían a Stella Maris Giourgas y Carlos Weber, detenidos en La Cacha. Bozzi remarcó que para las fuerzas represivas “la operación era sencilla: ‘Liberamos a un abogado (Bozzi), matamos a los montoneros (Weber y Giourgas) y el coche donde estaba este abogado (Bozzi) era de (Norberto) Centeno, así la población ve lo que hace esta gente (en alusión a Montoneros)’”. Y recordó que “esta versión oficial” salió publicada en el diario marplatense La Capital, en su edición del 21 de julio de 1977.
Entre los casos que se están juzgando en este juicio se encuentran los de las embarazadas desaparecidas Graciela Quesada, cuyo hijo o hija debió haber nacido en enero de 1978; Laura Carlotto, cuyo hijo Guido nació el 28 de junio de 1978 y aún no fue recuperado; Olga Casado y María Elena Corvalán. Otras de las víctimas de este centro fueron María Rosa Tolosa de Reggiardo, madre de los nietos restituidos Gonzalo y Matías Reggiardo Tolosa, y Cristina Lucía Marrocco de Picardi. Además, en este proceso se analizan el caso de Ana María Caracoche, madre de los nietos restituidos Felipe y María Eugenia Gatica Caracoche.
En la audiencia anterior había declarado la sobreviviente Patricia Pérez Catán, quien pudo identificar a varios represores. “Le pido disculpas por la demora”, fue lo primero que escuchó en boca del presidente del tribunal, Carlos Rozanski. “Esperé 38 años, unas horas más no me hacen nada”, respondió la testigo.
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