Lun 18.08.2003

EL PAíS

Kirchner no se olvidó del desafío de Scioli

El Presidente prepara una señal de autoridad que deje clara su molestia por las reiteradas declaraciones del vice sobre las políticas oficiales. Scioli intenta quitarles trascendencia a los roces.

› Por Fernando Cibeira

El presidente Néstor Kirchner no va a dejar pasar así nomás el desafío que le planteó su vice, Daniel Scioli, con un par de declaraciones a contramano de la filosofía del Gobierno. Por eso, tiene previsto realizar una señal de autoridad –sería un recorte de poder en las áreas a cargo de Scioli– que funcionará como correctivo para el vice y antecedente a tener en cuenta para quienes se sientan tentados a seguir su camino. Según contaban cerca del Presidente, lo que más lo molestó fue que Scioli se mostrara en contra de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final. “Esa es la antítesis del pensamiento de Kirchner. La cuestión de los derechos humanos es central para nuestro gobierno”, explicaba un hombre del entorno presidencial.
La primera vez que Scioli tuvo una salida por el estilo –ocurrió mientras el Presidente estaba de gira por Europa y tenía que ver con el índice CVS–, Kirchner lo consideró un paso en falso y lo dejó pasar. La semana pasada, el ex motonauta anunció una inminente suba de tarifas ante un público empresarial, lo que ya suponía una declaración pensada y no una simple distracción. Y la gota que colmó el vaso fue que el vice considerara que Argentina quedaba como un país “poco serio” porque el Congreso anuló las leyes de impunidad.
“No es serio un país que tiene impunidad y que tiene desaparecidos”, subrayó ayer un hombre cercano al Presidente. Kirchner mostró a sus allegados el malhumor que le produjeron las apariciones de Scioli, sobre todo porque considera que en el campo de los derechos humanos su gestión ha mantenido una línea clara, que no admite doble lectura. “Nuestra política ha sido asumir todos los temas y no colocarlos debajo de la alfombra”, respondían en el entorno de Kirchner.
Por ese motivo, el Presidente habría resuelto que resultaría nocivo dejar pasar por alto los planteos de Scioli. “No puede quedar así, porque si no queda como que cualquier funcionario puede salir a hablar mal de las posturas del Gobierno y sigue todo como si nada”, explicaba un dirigente que conoce los modos de conducción política del Presidente.
Todavía no estaba definido cómo será la respuesta que el Presidente le dará a su segundo. La decisión podría ser notificada mañana mismo, en cuanto Kirchner retome la actividad en su despacho. Una de las posibilidades que se barajaba era un recorte en las áreas de poder que maneja el ex motonauta. Como vice, Scioli está a cargo del Senado y el área administrativa correspondiente. También, en forma excepcional, se le permitió seguir manejando la secretaría de Turismo y Deportes, el puesto que ocupó durante la gestión de Eduardo Duhalde. Aunque la Secretaría sigue dependiendo de Presidencia, Scioli colocó al frente a Germán Pérez, un hombre de su íntima confianza. En algunas de esas áreas, entonces, se producirían los cambios.
Pese al enojo, en el entorno de Kirchner dudaban de las reales intenciones de Scioli. “No está todo mal con Scioli”, decía ayer Alberto Fernández. “No hay roces, son opiniones distintas”, moderaba. Es decir, algunos hombres del Presidente entienden que el vice está en la búsqueda de un perfil político diferenciado, pero no se arriesgan a asegurar que esa búsqueda signifique una ruptura con la línea que sigue el Ejecutivo. “Nosotros sabemos que hay un frente al que nos tenemos que enfrentar: Macri-Puerta-Menem”, subrayaba otro dirigente kirchnerista. Esa alianza, consideran en gobierno, es la que impulsan los sectores del establishment que se sienten relegados en la actual gestión y que buscan instalar la idea de la “falta de plan económico” del Gobierno.
La duda es si Scioli realmente busca instalarse como referente de esta línea o si lo suyo son simplemente declaraciones puntuales sobre temas en los que considera necesario mostrar una opinión diferenciada. “Puede ser que haya gente de afuera que lo esté empujando a Scioli a tomar esa posición. No creo que él esté muy convencido de hacerlo porque siempre tuvo una buena relación con Néstor”, insistía el dirigente que todavía le dejaba un –módico– crédito abierto al vice. El propio Scioli aseguraba ayer que “se está queriendo instalar una pelea donde no la hay. Coincidimos en la mayoría de las cosas aunque en alguna podemos llegar a tener un punto de vista distinto... Sucede en cualquier ámbito, mucho más en democracia”.
Habrá que ver qué sucede después que el Presidente dé a conocer su decisión.

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