EL PAíS › SEGUNDO ENCUENTRO DE JUSTICIA LEGITIMA CON EL TRASFONDO DE LA DISCUSION POR LA REFORMA AL CODIGO PENAL Y LOS LINCHAMIENTOS
La procuradora Gils Carbó y el periodista Víctor Hugo Morales cerraron la jornada realizada en la Biblioteca Nacional. Los hechos de los últimos días sirvieron para poner bajo análisis a la Justicia y a los medios.
“Los que golpearon a David Moreira hasta matarlo ¿eran conscientes del delito que cometieron? ¿Habrán pensado que era mejor tener un ladrón menos que decenas de asesinos sueltos? Cuando el protagonista de un crimen es un joven de un barrio marginal, se habla de violencia homicida, y cuando ese crimen es protagonizado por señores y señoras de barrios pudientes se pasa a hablar de ajusticiamiento o de palizas. ¿Es que acaso puede haber justicia cuando se parte de la idea de que algunas vidas no tienen valor?”, se preguntó anoche la procuradora Alejandra Gils Carbó al cerrar el segundo encuentro de la agrupación Justicia Legítima, en la Biblioteca Nacional. “Es inevitable asociar esos episodios brutales con una campaña que se de-sarrolló contra un anteproyecto de Código Penal, con eslóganes simplistas y falsos, auguraba una liberación masiva de violadores o autores de crímenes violentos, que causaron miedo y rechazo en la población. Ya no nos preocupa el Código Penal, ahora nos preocupa qué clase de sociedad queremos tener y qué cambio cultural estamos necesitando”, agregó la funcionaria en referencia a los cuestionamientos del diputado Sergio Massa al borrador de reforma del Código y a los ataques de grupos de personas contra presuntos ladrones.
La jefa del Ministerio Público resaltó que “los hechos de los últimos días nos conmovieron y volvieron a poner en el tapete la responsabilidad de los medios de comunicación en un estado de derecho. Hemos visto azorados cómo se pretendió desvirtuar la razón de ser de la Justicia a través de linchamientos o intentos de linchamientos en distintos puntos del país, luego de escenas de arrebatos o intentos de robos en la vía pública”. Y aseguró que “es imposible construir una sociedad sana con criterios de marginación que sólo conducen a profundizar las diferencias sociales y a instigar a la violencia. Ya no se trata de un debate jurídico, sino de generar los mecanismos para que todos podamos llevar adelante una vida digna, y combatir el delito con plena igualdad, porque la realidad es que las cárceles están llenas de pobres, la mayoría sin condena, y la respuesta de la Justicia para los grandes delitos económicos sigue siendo deficitaria”, tras lo cual fue aplaudida por el público que desbordaba el salón Jorge Luis Borges.
Para Gils Carbó, “la falacia de la neutralidad judicial consiste en trasladar las asimetrías de la sociedad y del mercado a los procedimientos judiciales. Desde que ingresamos al derecho nos machacaron con tratar a las partes con estricta igualdad, pero ¿es que siempre las partes son iguales? Una Justicia legítima debería tener a jueces, fiscales y defensores proactivos en la defensa de las vulnerabilidades de los más débiles”. De esa manera se refirió al primer panel de la jornada, dedicado a la Justicia ante las asimetrías sociales. En el primer encuentro de Justicia Legítima había quedado claro que sus integrantes cuestionaban el sometimiento del Poder Judicial a la ideología dominante del poder político y económico, según recordó. “Y nos acusan a nosotros de ideologizados”, dijo al mencionar el tema de la segunda mesa.
Luego dio paso al cierre “con un invitado de lujo”, dijo Gils Carbó al presentar al conductor Víctor Hugo Morales. “El canal de cable dominante ayer pasó durante horas un mismo episodio repetido 24 veces, el mismo delito funcionó como si fueran 24, para habilitar la idea de una Justicia ausente, y entonces estará bien que la gente haga justicia por su propia mano”, dijo. “Estos episodios nos permiten ver que hay un altísimo porcentaje de la población que se sentiría más cómoda con un gobierno autoritario que aplicara una justicia de la dictadura, pero cuando hay alguien apaleado en el piso nos están apaleando a todos”, agregó. Y le dijo al público, “con una frase tan simplista como ‘el que las hace las paga’ (que Massa usó recientemente) entra en la cabeza de la gente de una manera tan directa que los miles de libros que ustedes puedan acumular quedan indefensos, porque la imbecilidad es invencible”. Sin embargo, elogió a Justicia Legítima al expresar que “es un canto al corazón y la ilusión de muchos de nosotros”.
Poco antes, el periodista Mario Wainfeld había cuestionado “la oscuridad de una jerga imposible”, en alusión al lenguaje utilizado por los jueces, que cuando hablan de “‘alzada’ no se refieren a una mujer entusiasmada”, y cosechó risas y aplausos. Luego contó anécdotas de la época en que ejerció como abogado laboralista, con la idea de que criticar la distancia temporal y espacial del Poder Judicial respecto de “ese gran sujeto de derecho que pisa una vez en su vida los Tribunales” porque “la gente de a pie necesita un poder más cercano y humano”. Para Wainfeld. “una de las terapias homeopáticas es esta discusión a cielo abierto”.
En tanto, Omar Palermo, juez de la Corte Suprema de Mendoza, había cuestionado en durísimos términos al Poder Judicial. “Silenciamos la tortura, por complicidad o indiferencia, somos cínicos respecto de la reincidencia, no controlamos las condiciones en que se cumplen las penas privativas de la libertad”, dijo el magistrado. “La puerta no es giratoria, sólo encierran pobres; el Poder Judicial tampoco se hace cargo de la resocialización de los presos”, agregó. Respecto de la violencia policial, afirmó que “la estrategia de la impunidad es similar a la que se usaba en el terrorismo de Estado; las cifras muestran un alto grado de impunidad, invocan la legítima defensa, cuando al funcionario no le cabe”.
Horacio Corti, defensor general de la Ciudad de Buenos Aires, sostuvo que “la comunidad jurídica considera que no tiene ideología, por lo tanto habla de un lugar de ideología al cuadrado, y lo hace con una visión liberal conservadora del derecho, arrogándose el sentido común, lo universal”. Lo había antecedido en la palabra el juez del Tribunal Oral de Mar del Plata Mario Portela, para quien “la ideología es como los anteojos que usamos, y para entender la del Poder Judicial hay que saber dónde compraron sus anteojos los jueces”. A su criterio, “la mayoría de los jueces tiene una ideología de clase media, y por lo tanto incurren en todas las zonceras que describió Arturo Jauretche, en especial las del medio pelo, que se sintetizan en el terrible temor de que los de abajo puedan acceder a ellos, y de perder lo que tienen”. Su discurso, en el que habló de sí mismo como parte de una “gerontocracia militante”, tuvo formato de stand up, cada dos frases lo interrumpían los aplausos.
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